Los depósitos del Gobierno en el Banco Central se redujeron drásticamente en noviembre, presionados en parte por la necesidad de dinero del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). La última actualización, muestra que en el penúltimo mes del año el Gobierno se vio forzado a retirar del BCN 2,210 millones de córdobas, lo que ocasionó que su saldo cayera casi a niveles de diciembre del año pasado.
Según cifras del BCN, hasta octubre de este año el Gobierno central tenía en el BCN 16,537.3 millones de córdobas, sin embargo en noviembre ese monto se redujo a 14,327.9 millones de córdobas, un saldo muy similar registrado en diciembre del año pasado.
La caída es más profunda si se compara con marzo de este año cuando el Gobierno llegó a acumular un máximo anual de 20,235.3 millones de córdobas, que luego se mantuvo fluctuante hasta empezar a caer a partir de agosto y desde entonces no se ha podido recuperar. Es decir que entre marzo y noviembre el régimen se ha “comido” casi seis mil millones de córdobas.
La principal razón es el asfixiante déficit que sufre el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, que este año se espera arribe a su octavo año con problemas para cubrir sus obligaciones, por lo que el Gobierno se ha visto obligado a lanzarse un salvavidas para evitar que este incumpla a los pensionados y cotizantes.
Un economista, que prefiere no ser citado por temor a represalias, explica que a inicios y hasta julio de este año, los depósitos del Gobierno habían mostrado un robusto crecimiento, tanto así que se había logrado recuperar los niveles similares a los de marzo 2018, es decir, antes de la crisis sociopolítica.
Sin embargo, el golpe de la pandemia en la recaudación fiscal y el déficit del INSS, que se expandió de nuevo a niveles récord, proyectándose que alcanzaría más de 6,000 millones a fin de año, volvieron a poner en descenso los depósitos del Gobierno en el BCN.
Pero además la situación se agravó porque también se ha ampliado el déficit de otras entidades públicas. “La única forma de financiar estos déficits masivos sería un fuerte retiro de depósitos del gobierno en el Banco Central. De hecho, entre julio y noviembre de 2020 los depósitos del gobierno en el BCN se redujeron en 4,873.6 millones de córdobas, o el equivalente a 145.8 millones de dólares, cayendo a niveles muy cercanos a los mas bajos de 2018”, explica.
Préstamo del FMI, dio un alivio
En ese contexto, llegó el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Un empréstito por 185.32 millones de dólares, de los cuales el Gobierno destinó solo al INSS 2,084.6 millones de córdobas (unos 60 millones de dólares), lo hizo vía Presupuesto General de la República 2020.
“No sé sabe hasta dónde habrían llegado (los depósitos del Gobierno) en diciembre, de mantenerse esta reducción, pero entonces llegó al rescate el préstamo del FMI”, sostuvo el economista.
Tales han sido los retiros masivos del Gobierno en el Banco Central, que el saldo acumulado hasta noviembre de este año, está por debajo de los depósitos acumulados en igual mes del año pasado cuando ascendían a 15,156.1 millones de córdobas. Con relación a diciembre de 2019, el aumento es raquítico.
¿Comprometidas sus finanzas?
Al haber llevado los depósitos del Estado al mínimo se evidencia que el Gobierno ha comprometido su liquidez y los ingresos fiscales no han aumentado, señaló el economista Juan Sebastián Chamorro. “Al continuar la crisis económica yo no vería un incremento en los depósitos del sector público en el BCN, lo que les queda es vivir con lo que recauden, eso es el escenario que veo para el 2021”, aseveró.
No obstante, cabe mencionar que el Gobierno en el último tramo del 2020 aceleró el proceso de contratación de deuda, que según una estimación realizada por LA PRENSA, superaría los 1,000 millones de dólares, aunque una parte de estos fondos vendrían atados a proyectos destinados a la reactivación económica y reconstrucción de las zonas afectadas por el huracán Iota y Eta para el 2021.
“Muy probablemente el Gobierno vaya a utilizar el argumento de los huracanes para pedir plata internacional, porque recordemos que estos préstamos que consiguió se dieron antes de la presencia de las tormentas”, comentó.
Pero el Talón de Aquiles para las finanzas del Gobierno seguirá siendo el INSS. En 2021, se prevé un déficit del instituto por 8,050.3 millones de córdobas, es decir, 29.5 por ciento más que los 6,218.7 millones que se espera al término de este año.
“Esa situación empeorará en 2021, porque el INSS es un hoyo estructural, no coyuntural y ya no aguanta otra reforma por lo tanto se necesita una solución externa”, enfatizó Chamorro.
A juicio de este economista, el INSS ya está fracasado por lo tanto urge obtener recursos externos y ya no puede ser autosostenible. “El déficit solo tiende a crecer, porque los cotizantes siguen sin aumentar considerablemente y las obligaciones siguen su curso, entonces ahí ya la solución debe venir por fuera del sistema y eso significa que inyectes recursos para cubrir ese déficit y dejar de hacer inversiones previstas”, precisó.
¿Impulsar un sistema de seguridad social privado? Para Chamorro eso es inviable en este momento en Nicaragua. “En un sistema quebrado no habría inversionistas interesados y las obligaciones que están en curso no las van a asumir fácilmente. Para privatizar un Sistema Social, que dicho sea de paso ha mostrado problemas de sostenibilidad, lo veo muy difícil”, sostuvo.
Recordó que Chile era un modelo de privatización del la Seguridad Social, sin embargo las pensiones que se están pagando han generado un gran descontento y se ha revertido la política hacia la participación del Estado nuevamente.
Cubrir otros huecos
El sociólogo y economista, Óscar René Vargas señala que otro factor que presionan los depósitos del Gobierno en el Banco Central no solo se limita a la crisis del INSS, sino también a las ineficiencias de otras empresas del sector público.
“Los ingresos por préstamos que ha tenido el Gobierno este año seguirán usándolo para tapar huecos, como hicieron ya, creo que van sobre la misma línea de este año, lo que pasa es que esta gente no tiene una estrategia, es decir, aquí hay varios problemas y como no tienen estrategias, el dinero que reciben del exterior no lo invierten en sectores productivos y en segundo lugar el problema es de corrupción”, apuntó.
La situación empeora, considera, porque además de la corrupción y el pago de deuda externa, el Gobierno se niega a reducir el gasto corriente en el Estado. “El Estado recauda dinero para pagar la planilla, pero no para resolver problemas”, dijo Vargas.