00Dice pregonar el amor y la paz, pero de su boca solo salen insultos. La primera dama y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, ha dedicado en los últimos tres años, más de treinta minutos al aire en sus habituales discurso del mediodía que se transmiten por los medios de comunicación oficialistas que controlan sus hijos a lanzar virulentos ataques verbales contra la oposición, la iglesia católica, organismos defensores de derechos humanos, excarcelados políticos, medios de comunicación y periodistas independientes, incluso hasta ha lanzado embestidas de ofensas a la comunidad internacional.
Desde el estallido de la Rebelión de Abril en 2018, a través de la cual un gran porcentaje de la población nicaragüense demandó y continúa exigiendo la salida de la dictadura del poder, Murillo, en medio de sus “mensajes cristianos” ha proliferado una lista de epítetos con los que se refiere a los que consideran oposición sin diferenciar funciones, por el hecho de criticar la mala gestión de la dictadura. Los ha llamado asaltantes, terroristas, golpistas, mentirosos, indignos, pequeñitos, almas endemoniadas, difamadores, entre otros descalificativos.
Para la directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, escuchar los mensajes de Murillo es como recibir a diario un latigazo mental, es una tortura. Sin embargo, considera que es importante analizar el discurso, ya que después de sus palabras viene la acción represiva.
Lea además: Advertencia de Murillo augura un 2021 represivo para opositores y presos políticos
“Ya cansan. Definitivamente es un abuso contra la gente, es un abuso contra el auditorio cautivo que tienen sus llamados medios de comunicación y aquellos medios de los que se han apoderado, prácticamente imponen todos los días una tortura. Para nosotros como organismos de derechos humanos es importante analizar que es lo que dice porque sabemos que después de sus palabras viene la acción represiva”, aseguró Núñez.
Asimismo señaló, que “no es casualidad que después de aquella orden ‘Vamos con todo’, que llegó a trasmitir, a ordenar directamente Fidel Moreno en nombre de ella (Murillo) inmediatamente vino la represión contra el pueblo. Ese vamos con todo lo han cumplido prácticamente al pie de la letra”.
El politólogo y dirigente opositor, Félix Maradiaga, considera que Murillo demuestras a través de su discurso lo que realmente tiene en su mente y corazón. “A través del discurso falso de reconciliación ha mostrado su verdadera esencia de odio”, expresó.
“Las verdaderas intenciones de todo gobierno en el mundo deben ser medidas por la acción, por los resultados y no por los discursos vacíos. Desde que Daniel Ortega y la codictadora Murillo han estado en el ejercicio del poder, el mensaje de amor y paz ha sido un emblema superficial porque a la par de esas canciones y mensajes han habido asesinatos, presos políticos y no solo desde 2018, pero además de eso la mayor polarización experimentada en los últimos 30 años”, manifestó Maradiaga.
Lea también: Daniel Ortega intensifica agresividad de su discurso contra Estados Unidos
Recientemente “al escuchar los mensajes de Murillo, lo único que se le puede reconocer a ella es que en las últimas semanas ha estado mostrando lo que realmente tiene en su corazón. No le duro demasiado la máscara de ese discurso falso de reconciliación, de tolerancia y lo que ha mostrado es su verdadera esencia, que es el odio”, agregó.
Murillo no quiere paz, quiere tranquilidad
Por otro lado, el analista político, Eliseo Núñez, reflexiona que la dictadura lo que busca no es la paz, sino la tranquilidad manteniendo una campaña de desprestigio permanente contra los opositores. “El concepto de paz de ellos está distorsionado, lo que ellos piden no es paz, es tranquilidad y son dos cosas muy distintas”, señaló.
Pero, “lo más preocupante del discurso de Rosario es que nos quiere despojar a los opositores de nuestra condición de humano, esas ofensas que ella pone, lo que persigue es que perdamos la condición de humano y cuando pierdes la condición de humano cualquier cosa te puede pasar”, alertó el analista.
“Además de eso, ellos (la dictadura) mantienen campañas masivas de desprestigios en contra de los opositores. Entonces, esto es un juego de varias villas que lo que persigue es desmembrar, desprestigiar, pero principalmente persigue conseguir que su gente mire a los opositores como enemigos”, añadió Núñez.
Podría interesarle: Rosario Murillo lanza nueva advertencia a los opositores excarcelados por Amnistía
La directora del Cenidh, considera que los Ortega Murillo han llegado a niveles de descomposición personal, pese a que reconoce que no puedo hablar en términos psicológicos del estado mental de la pareja dictatorial. Sin embargo, “pienso que sí, definitivamente uno puede ver desde fuera en su entorno que ellos poco a poco han ido acumulando odio, frustración, miedo, resentimiento, que cada día van acumulando esos sentimientos negativos y eso es lo que los hacen proferir cada vez más insultos, más amenazas, descalificativos y todo eso lógicamente son riesgos; riesgos físicos y también psicológicos que tenemos que soportar”, comentó.
La aplicación de tortura de Murillo no solo está en su discurso, sino también en el tono de voz en que lo transmite, dice la defensora de derechos humanos. “Aquel tono completamente perverso, es un manoseo terrible en términos de derechos humanos, jurídicos y religiosos. Esa persistencia con que ella habla, insulta es como para decir no crean que nos han vencido”, expresó Núñez.
Un mensaje tranquilizador para su militancia
Guillermo Medrano, consultor y coordinador de programas de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), opinó que Murillo a diario brinda un discurso vacío de contenido, nada esperanzador si se analiza desde el punto de vista del cargo que se le fue designado, pero que si brinda un discurso motivador para que su militancia implemente y repita la lista de descalificativos que ella utiliza.
“Su discurso está orientado a tranquilizar a sus bases, para su militancia, donde para ellos ella habla de amor, tratando de que estén en armonía y de que no haya mayor deserción, o mayor desencanto entre las filas de su partido que cada día miran la exclusión y la falta de oportunidades, la falta de implementación de políticas públicas”, señaló Medrano.
Lea además: Periodistas piden a la dictadura que cesen sus agresiones al gremio independiente
Además, mencionó que los mensajes de Murillo tienen una estrecha relación con lo que hacen sus activistas, porque cuando la esposa del dictador, descalifica o usa un adjetivo contra un opositor, políticos, miembro de alguna organización o cuando se refiere a un periodista trata de ponerlo al mismo nivel en calidad de opositor a como lo hacen sus seguidores cuando agreden y “hay que recordar que la función del periodista independiente no es opositor, sino que no es oficialista, que son cosas muy diferentes”, aclaró.
“Ese mensaje es para que sus militantes tengan ese contenido exclusivo y de forma como un enlatado lo trasladen a su lenguaje, porque en ese partido no existe la libertad de pensamiento, sino que solo existe el derecho a repetir. El que repite es el que esta bien, y el que opina o puede cuestionar lo consideran disidente. Entonces más o menos el lenguaje de amor no existe, para nada. Todo lo contrario, es un lenguaje político esperanzador para que sus bases no se sigan desalineando”, insistió.
“Me parece también, que como ellos no han podido derrocar la decisión del pueblo de Nicaragua de por lo menos seguir protestando, resistiendo, quieren mantenernos sometidos a base de este chantaje emocional, a base de estas amenazas y como prácticamente están aislados, ya son señalados en todas las instancias internacionales como violadores de derechos humanos en su máxima expresión, ellos tratan de seguir mintiendo, de seguir creyendo que convencen, pero ya nadie les cree”, agregó la directora del Cenidh.
Lea también: Rosario Murillo arremete contra “grandes comunicadores” y los acusa de inventar noticias falsas del Covid-19
También recalcó que de acuerdo a sus comportamientos, la dictadura cumpliría cualquier parámetro de medición para declararlos incapaz de gobernar, “que es lo que jurídicamente nosotros podemos decir. Tienen un odio contra toda la gente, odian a todos los nicaragüenses, porque ellos se creen dueños del país, y ven a un porcentaje grande de la población que ahora estamos tratando de sacudirnos de ellos, nos dicen traidores, y nos creen traidores y según ellos a los traidores hay que eliminarlos”, avizora Núñez.
Al respecto, “¿cómo respondemos a eso?”, se cuestionó el dirigente opositor Félix Maradiaga, “reiterando de que nosotros (opositores) no vamos a caer en provocaciones, de que esta es una lucha de la democracia contra la dictadura, no es una lucha ideológica y recordando de que la lucha no violenta también tiene armas, no de armas de fuego como la que tienen ellos, pero tenemos de nuestro lado la verdad y además de eso el amplío respaldo popular hacia una transición democrática. Yo creo que el pueblo de Nicaragua ya habló y dijo que el régimen de Ortega y Murillo no tienen absolutamente ninguna respuesta para los verdaderos problemas del país”.