El dictador Daniel Ortega intensificó su discurso contra Estados Unidos este viernes en un acto del Ejército de Nicaragua, realizado en la denominada Plaza de la Revolución en Managua.
Ortega acusó a Estados Unidos de ser racistas, nazis, fascistas, esclavistas, tiranos, sinvergüenzas, asesinos del general Augusto C. Sandino —personaje que le da nombre a partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)—.
“Desde la embajada yanqui, conectada con Washington, y con los oficiales yanquis del Ejército yanqui, se fraguó el crimen de Sandino. Una actitud cobarde, porque Sandino al final de cuentas había decidido arriesgarlo todo por la paz (…) Sandino asumió el reto de venir de la montaña a Managua a negociar la paz, y fue una trampa mortal, propia de cobardes, propia de asesinos. Los asesinos de Sandino están en el Norte, siguen estando en el Norte, porque querían liquidar a Sandino y lo asesinaron después de invitarlo a una cena (…) Eso es lo que querían: asesinar a Sandino e imponer a un instrumento de ellos, a alguien que se les arrodillara, a alguien que ya había nacido vendido frente al imperio yanqui por 30 monedas, como Judas vendió a Cristo…”, aseveró el mandatario de Nicaragua.
Totalmente a la defensiva, Ortega fustigó contra los norteamericanos porque, según él, tratan a Nicaragua “como su colonia” y quieren imponer a los gobiernos de este país.
Señaló a los países que comparten el mismo criterio político de Estados Unidos de ser serviles, en un contexto que la comunidad internacional demanda elecciones libres y justas en Nicaragua, para resolver la crisis generada por la represión contra las protestas civiles que comenzaron desde 2018.
Los acusa de tener un sistema que propicia el fraude electoral
Ortega manifestó que el gobierno norteamericano no tiene derecho a dar lecciones de democracia, porque su sistema electoral ni siquiera respeta el voto de la mayoría.
“Quieren dar lecciones de democracia en todas partes del mundo, quieren decidir ellos como deben ser las elecciones en todas partes del mundo, quieren decidir ellos qué partido debe ganar en todas partes del mundo. Veámoslos a ellos y que se vean ellos en su propio espejo. Ahí están peleándose y acusándose de fraude, tienen un sistema electoral donde el voto del pueblo no vale”, dijo.
Estas expresiones de Ortega intentan minimizar los fraudes electorales que se comenten en Nicaragua desde que él regresó al poder en 2007, logrando reelegirse dos veces consecutivas y en 2021 buscará su tercera reelección.
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El régimen de Ortega ha recibido una serie de llamados de advertencia de la comunidad internacional, para que regrese al camino de la democracia al país, luego de los fraudes electorales perpetrados por el Consejo Supremo Electoral (CSE), institución controlada por los militantes sandinistas.
Estados Unidos encabeza las presiones de la comunidad internacional contra el régimen de Ortega, para que detenga las violaciones de derechos humanos y regrese al camino de la democracia.
En Nicaragua, el régimen de Ortega no permite las protestas o manifestaciones civiles, tampoco la libertad de prensa ni cualquier tipo de expresión crítica o de reclamo. Los opositores son perseguidos, agredidos y encarcelados por la Policía Orteguista (PO).
El gobierno estadounidense ha sancionado a 24 familiares y funcionarios de Ortega, quienes han cometido actos de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
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Ortega también atacó a la Organización de Estados Americanos (OEA), a los opositores que protestaron en 2018 y, como ya es habitual, los acusó de intentar un golpe de Estado contra su gobierno.
Este mensaje fue expresado en la graduación de oficiales del Centro Superior de Estudios Militares General de División José Dolores Estrada Vado, donde les recordó su origen sandinista, como ha hecho en otros eventos y ceremonias del Ejército de Nicaragua.