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¿Por qué los pensionados y cotizantes deben prepararse para una nueva y dura reforma al INSS?

Se avecinan enormes déficits financieros en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, lo que hace temer que la próxima reforma al INSS implicará medidas más duras que las vistas en el 2019, que derrumbaron las nuevas pensiones. Estas son las perspectivas.

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La decisión del régimen de Daniel Ortega de oxigenar al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) con dinero del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirma la magnitud de la crisis que está afrontando esta entidad y alerta sobre las duras medidas de ajustes que se requerirán en la próxima reforma que se deberá hacer para salvar a la entidad de la quiebra, advirtieron ayer especialistas, que coincidieron que esta medida solo fue un parche en un contexto de mayores déficits que se avecinan.

Resulta que esta es la primera vez que un Gobierno recurre a un préstamo de un organismo internacional para cubrir los gastos del INSS, que desde el 2013 cayó en déficit financiero y desde entonces se han aplicado reformas paramétricas, que han alargado su agonía, pero que no le han dado la sostenibilidad que se requiere para seguir garantizando sus obligaciones con más de 700 mil cotizantes y casi 300 mil pensionados.

“Si se emplea el enfoque meramente actuarial, las reformas tendrían que ser extremadamente brutales por la magnitud de los déficit futuros, que van a ser enormes, entonces las medidas tendrían que ser extremadamente brutales. Ninguna medida mucho más suave (que la de 2013 y 2019)  va a ser capaz de hacer frente a la magnitud de los déficits futuros”, explicó un economista, que prefiere no ser citado por temor a represalias.

El especialista se refiere a estudios actuariales que periódicamente se han aplicado al INSS, incluido en gobiernos anteriores, y que arrojaban que se avecinaban fuertes problemas financieros crecientes en la Seguridad Social y que urgían medidas que abarcaban hasta elevar la edad de jubilación y aumentar las semanas cotizadas, entre otros ajustes bruscos. Ninguno asumió la tarea y menos este Gobierno que lleva casi 15 años en el poder.

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De manera directa la actual administración de Daniel Ortega no ha recurrido a esas medidas antes mencionadas, pero ha hecho caer las nuevas pensiones desde el 2013 más del 37 por ciento y ahora un futuro pensionado requiere trabajar más de 50 años para acumular la cantidad de semanas cotizadas para obtener hasta el 70 por ciento de su salario base como pensión, antes era el 80 por ciento.

“De hoy en adelante lo que se va a producir es una explosión de déficits, porque el costo de pago de pensiones y el costo de la atención médica  se va a disparar”, advierten los especialistas, que señalan que esto estará ligado a un aumento en la población que requerirá cobrar una pensión, así como la incidencia de más enfermedades crónicas.

Los números oficiales muestran que en el 2013 el déficit del INSS era de 192.1 millones de córdobas y para este año se está proyectando 6,218.7 millones de córdobas, lo que refleja la enorme profundización de la crisis de la entidad. Otras proyecciones de especialistas apuntan a que el mismo alcanzará en el 2026 los 15,895 millones de córdobas, lo que muestra la gravedad de la crisis que se avecina para la institución y que el préstamo del FMI es solo un parche insostenible.

“Lo que hemos visto no es nada para el 2019 se proyectaba un déficit como de 8,000 millones de córdobas y se redujo a casi 3,000 millones de córdobas, pero ya para el 2022, para el 2023, 2024 y  más allá esos déficits van a ser mayores, 8,000 millones (proyectado para el 2021) va a ser nada” para lo que viene, advierte el especialista.

El Gobierno, sofocado por tres años de recesión que han erosionado drásticamente las finanzas del INSS, se vio obligado a buscar dinero en el Fondo Monetario Internacional y transferirle de urgencia al instituto 2,084 millones de córdobas (73.3 millones de dólares). A eso se sumaron los más de 3,000 millones de córdobas que ya le había pasado desde el Presupuesto General de la República.

De hecho el Gobierno cuando recibió el préstamo del FMI le prometió que aplicaría próximamente reformas fiscales y económicas.  «Las autoridades tienen la intención de implementar medidas fiscales para garantizar la sostenibilidad de la deuda y reformas estructurales para promover un crecimiento inclusivo», sostuvo el FMI en su comunicado cuando anunció la aprobación del préstamo el pasado 20 de noviembre. Hasta ese momento se desconocía que parte de ese préstamo iría al INSS.

“El INSS en su historia nunca había necesitado un préstamo para financiar sus gastos, y esto sucede porque están en un estado grave, están quebrados, no tienen plata; pero si el gobierno no resuelve financieramente se puede volver a dar un estallido, entonces están buscando cómo resolver, pero hay que aclarar que el INSS está necesitando mucho más, porque el número de pensionados cada mes va aumentando”, dijo Róger Murillo, exgerente de la Superintendencia de Pensiones del INSS.

A criterio de Murillo no debió dársele dinero al régimen y más a sabiendas que le han dado un manejo oscuro a las finanzas. “Seguirle prestando al gobierno es oxigenarlo y no se lo merece”, expresa.

El propio Estados Unidos en sanciones aplicadas al presidente ejecutivo de la entidad, Roberto López, señaló a la administración del INSS de involucrar el dinero de los cotizantes en negocios ilícitos y tráfico de influencia.  El instituto es «uno de los principales vehículos que facilitan la corrupción y ha sido usado como caja negra por el gobierno», indicó el Departamento del Tesoro en noviembre del 2019.

Los analistas consultados dejaron claro que ese alivio es temporal y no es suficiente para frenar el deterioro de la institución, que para el 2021 el déficit global sería por 8,050 millones de córdobas (unos 229.1 millones de dólares).

“Definitivamente esto no es una solución, lo que está haciendo el gobierno es poner la plata por el medio que sea para sostener la institución y eso es lo que tienen que hacer los gobiernos como tal, pero si mi memoria me ayuda esta es la primera vez que se tiene que recurrir a fondos externos para poder hacer eso, esto responde a la circunstancia actual, la salida de afiliados, la caída de la economía y además se hace porque las reservas ya se agotaron”, dijo Donald Soza, exfuncionario del INSS y asesor independiente en seguridad social.

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¿Qué hacer?

El economista que pidió no ser citado señala que urge que el INSS deje de asumir funciones de protección social que no le corresponde y que debe ser asumido por el Presupuesto General de la República, también se debe revertir todo el proceso de tercerización, que a criterio del especialista es usado por las empresas para evitar pagar el Seguro Social, así como también se requiere crear condiciones para que los trabajadores coticen más tiempo, debido a la enorme cantidad de afiliados que no logran completar las 750 semanas mínimas requeridas.

Todo lo anterior vendría acompañado de nuevas medidas que se deberán discutir tras un nuevo análisis exhaustivo a las finanzas del INSS y su administración, para buscar una sostenibilidad de mayor plazo. En este esfuerzo, indica, la empresa privada deberá apoyar más inevitablemente.  En paralelo, se debe empezar a trabajar para transformar el mercado del trabajo.  El Gobierno advierte que ni el Gobierno ni el sector privado han tenido visión para manejar esa crisis del instituto.

A criterio de Soza y Murillo en este momento no hay margen para hacer nueva reforma que logre esa sostenbilidad, aunque la misma es casi inevitable.

“Pueden hacer las reformas que quieran pero no va resolver nada,  el seguro vive de las cotizaciones y yo he dicho que un indicador es el número de asegurados versus pensionados y si el número de asegurados es bajo el seguro va estar en problemas siempre, deben haber cinco asegurados por cada pensionado y no es así, por eso implementar otra reforma no es factible. ¿Qué pueden hacer? Darle menos a los jubilados, que se eleve la edad de jubilación a 70 años, y si hacen una reforma de ese tipo es insostenible para la gente”, dijo Murillo.

¿Por qué el Seguro Social está al borde del colapso?

Para el analista político Eliseo Núñez, el Seguro Social está al borde del colapso por dos razones: el fracaso del modelo económico de Ortega y el nivel de corrupción.

“El INSS tiene dos problemas serios: la corrupción y modelo económico de Ortega, porque a diferencia de otros sistemas que están en problemas como el de Europa, se debe a que la población está envejecida y no hay quien sostenga la pensión de ellos, en Nicaragua el INSS quiebra bajo un bono demográfico en el que supone un crecimiento económico, pero la situación no es favorable porque Ortega creó un modelo económico inequitativo, bajos salarios y poca educación por eso el aporte al INSS es bajo” dijo Núñez.

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“El otro problema es la corrupción galopante, y es algo que se ha venido señalando, esas dos cosas encaminaron al fracaso al INSS e inyectarle dinero puede solucionar los problemas pasados pero no los que se van creando, mientras tenés un tema grave de corrupción, los supernumerarios y las inversiones fraudulentas, no es sostenible, porque el INSS es un máquina para crear déficit”, agregó Núñez.

Lo expuesto por Núñez plantea la interrogante ¿por qué el FMI aceptó financiar a un instituto señalado de corrupción?  Al respecto señala que son fondos de emergencia y que casualmente están atados a atender la emergencia generada por la pandemia del Covid-19 y en esa batalla el INSS se vio afectado con la pérdida de empleo “y ellos puede argumentar que si se deja caer el INSS, se va a recargar el sistema público”.

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