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Las reformas aplicadas por el dictador Daniel Ortega perjudicaron a los pensionados. LA PRENSA/ARCHIVO

Régimen usará parte del préstamo del FMI para cubrir déficit del INSS y así evitar que colapse

El régimen utilizará 2,084.6 millones de córdobas del préstamo que consiguió del FMI para inyectárselos al INSS, siendo una medida urgente debido a que los ingresos propios del Seguro Social son insuficientes para cubrir, sobre todo, el pago de las pensiones.

El gran déficit financiero que enfrenta el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) es tan grave que la dictadura orteguista no puede hacerle frente debido a las pérdidas en la recaudación, por lo que usará parte de los 186.8 millones de dólares del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI)p ara transferirlos al Instituto y así evitar su colapso, revelan documentos oficiales.

En la propuesta de reforma al Presupuesto General de la República del 2020, el régimen reveló que utilizará 2,084.6 millones de córdobas (alrededor de 73.3 millones de dólares) del préstamo que consiguió del FMI para inyectárselos al INSS, siendo una medida hasta urgente debido a que los ingresos propios del Seguro Social son insuficientes para cubrir sus gastos, sobre todo el pago de las pensiones a los jubilados y los servicios médicos a los asegurados.

“En lo que refiere al servicio de amortización de la deuda interna, se aumenta en un monto neto de C$2,361.1 millones. Entre sus destinatarios principales están el INSS con la incorporación del monto neto de C$3,063.6 millones, que corresponden a adelantos de pagos de nueve cuotas anuales de la deuda histórica (del Estado) y con destino a financiar su déficit para el pago de las pensiones de los jubilados”, se precisa en la iniciativa de modificación presupuestaria.

En los anexos de la propuesta referidos al Servicio de la Deuda Pública, se detalla que para cumplir con los nueve abonos al Instituto el régimen dispondrá de 2,084.6 millones de córdobas del préstamo del FMI, y completará con 978.8 millones de córdobas de los recursos del Tesoro, es decir con la recaudación de impuestos.

La reforma al Presupuesto del 2020 será aprobada este miércoles 9 de diciembre en la Asamblea Nacional, de forma expedita y sin ser consultada con otros sectores, tal como lo solicitó el dictador Daniel Ortega.

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El FMI le aprobó a Nicaragua a finales de noviembre un préstamo por 186.8 millones de dólares, donde la mitad será para atender la emergencia de la pandemia del Covid-19, y el resto para oxigenar las reservas internacionales y en apoyo presupuestario.

Nicaragua fue el último país que el organismo financiero decidió ayudar en el contexto de la pandemia, pero condicionó que el 50 por ciento del crédito que se usará en la crisis sanitaria lo manejaran agencias de Naciones Unidas, esto debido al descrédito de la Administración de Daniel Ortega por las violaciones a los derechos humanos desde abril del 2018, así como  negarse a implementar las medidas preventivas de la pandemia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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La reforma del Presupuesto 2020 incorpora el detalle del Servicio de la Deuda Pública que muestra que se usará parte del préstamo del FMI para ayudar al INSS. LA PRENSA/ CAPTURA

Evita que quiebre, por ahora

El economista Róger Arteaga refirió que los recursos del FMI significan un alivio a las finanzas estatales, puesto que al ser en apoyo presupuestario, el régimen tiene manos libres para usarlos en donde le urge, como es el caso de honrar las cuotas de la deuda histórica con el INSS, y “con ello frena, por ahora, declararlo en quiebra”.

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La dictadura ha tenido que transferirle millonarios recursos del Presupuesto estatal al INSS en concepto del pago de la deuda histórica que arrastra el Estado, pero los últimos tres años se ha obligado a incrementarle las cuotas al empeorar el déficit financiero del Seguro Social debido a la pérdida de 218 mil afiliados como consecuencia del desempleo por la crisis social y política desde el 2018, y que se agudizó con la pandemia del Covid-19 en el 2020.

Sin embargo, el régimen enfrenta grandes dificultades para seguir sosteniendo al INSS debido a la pérdida de recaudación en impuestos porque la recesión empeoró por la pandemia, y el hecho que han tenido que disponer de fondos presupuestarios para atender parte de la emergencia causada por los huracanes Iota y Eta, cuyos daños económicos se calcularon en 742.6 millones de dólares.

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“No disponen de dinero, eso lo saben los funcionarios y por eso recurrieron al Fondo Monetario, y no les resultó fácil convencer a los miembros del directorio (del organismo), pero la situación del país es tan grave que el Fondo decidió ayudar, pero ya vimos que todo es condicionado. Y mejor que le paguen al INSS con parte de ese préstamo, porque en el Gobierno saben que ese es un gran problema”, señaló Arteaga.

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La crisis sociopolítica le causó al régimen de Ortega imponer en abril del 2018 una reforma al sistema de Seguridad Social que incrementó las contribuciones de trabajadores, empleadores y cobraba a los jubilados un porcentaje para que pagaran sus servicios médicos. Tras las manifestaciones sociales en rechazo a esas medidas, y los primeros muertos que dejó la brutal respuesta de la Policía Orteguista y grupos de choque, el régimen derogó esas reformas, pero ya era tarde para detener el descontento de los nicaragüenses.

Un año después, y aún sin resolver la crisis social, Ortega aprobó reformas más duras al sistema del INSS. Aunque no impuso cobro a los jubilados, sí les afectó al cambiarse la fórmula para el cálculo de las pensiones que les hizo perder entre 30 y 40 por ciento de los ingresos.

Y en 2019 y 2020 el Banco Central de Nicaragua (BCN) bajó del 5 al 3 y al 2 por ciento anual la tasa del deslizamiento del córdoba frente al dólar, lo que también significó pérdida para los jubilados. Cada año se ajustan las pensiones conforme a la tasa del deslizamiento cambiario, y al bajar esa tasa entonces los jubilados reciben menos dinero.

Medidas insuficientes

Las medidas del régimen de Ortega no han frenado el hundimiento del INSS.  Las perspectivas oficiales son que en 2020 el Instituto cierre con un hueco financiero de 6,219 millones de córdobas (unos 182.3 millones de dólares), 119 por ciento superior al déficit registrado en el 2019, según la Ley del Presupuesto General de la República 2021 aprobada por la Asamblea Nacional.

Para el 2021 el déficit global sería por 8,050 millones de córdobas (unos 229.1 millones de dólares), una estimación que solo se había hecho antes de la reforma a la Seguridad Social que se aplicó el año pasado para supuestamente evitar la debacle de la institución.

Mientras no se adopten reformas estructurales al sistema, economistas consultados advierten que la insolvencia del INSS irá ensanchándose cada año.

Un economista que pidió no ser citado, explicó a LA PRENSA, que en el 2021 posiblemente el régimen tenga menor presión ya que entrarán alrededor de 800 millones de dólares que los organismos multilaterales, como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), le aprobaron a Nicaragua en el contexto de la emergencia por la pandemia del Covid-19 y ayudarlo a la reconstrucción de los daños dejados por los huracanes Eta e Iota.

“Están ganando tiempo. El año que viene puede que vaya bien por esos 800 millones de dólares adicionales que estimularán un poco la economía, así como a las reservas internacionales y la disponibilidad de fondos del Gobierno en el Banco Central. Por eso pienso que hasta el 2022 se podrá  evitar que haya mayores reformas al INSS”, dijo el economista.

“Para 2021 se proyecta un déficit del INSS de C$8,050 millones, pero las transferencias presupuestarias al INSS solo serían de C$4,303.3 millones. En este caso, no habría manera de recurrir al retiro de depósitos del Gobierno en el BCN sin producir una caída de reservas de imprevisibles consecuencias. Sin embargo, los masivos recursos recién aprobados (por emergencia) podrían proporcionar un importante alivio en esto”, refirió el economista.

Estimaciones de economistas independientes son que para el 2022 el INSS alcance un déficit de 12 mil millones de córdobas, algo insostenible si no se adoptan medidas urgentes, que el Gobierno que esté al frente entonces tendrá que implementar. Los expertos advierten que serían reformas más drásticas que las anteriores.

Arteaga, exdirector del BCIE, coincidió en que Ortega no se arriesgaría a aprobar reformas a la Seguridad Social en el 2021 porque es un año electoral y ese tema por ser tan sensible no lo querrá en la campaña, aún cuando su régimen carece de credibilidad y empatía social.

“El Gobierno tuvo que buscar ayuda externa para cumplir sus obligaciones con el INSS. Lo están priorizando pero es prolongar la agonía, evitar que no muera en el ahorita ni en el 2021. Esto debe ser un llamado de atención para ver cómo corrigen la mala administración del INSS, porque sus grandes pérdidas son por el derroche de los pocos fondos del Seguro, haciendo inversiones fallidas”, cuestionó Arteaga.

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