Soy un demócrata convencido y me impactó la inconstitucional destitución de la diputada María Fernanda Flores, ya que sus colegas, sandinistas y liberales, actuaron ignorando y violando elementales principios constitucionales y legales.
Al efecto, el Art. 2 Cn nos define como una nación democrática, agregando que el “poder político, lo ejerce el pueblo por medio de sus representantes elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto”.
Los diputados, siendo representantes del pueblo, deben cumplir con los términos de su mandato que están señalados en el Art.130 Cn, que estipula: “Ningún cargo concede a quien lo ejerce más funciones que las que le confieren la Constitución y las leyes”.
Los argumentos para la destitución de la diputada Flores son obviamente deleznables, ya que la Asamblea Nacional resolvió cuestiones internas del Partido Liberal que no le corresponden. El Poder Legislativo tiene restringidas sus atribuciones a los 22 incisos del Art.138 C.N. que son taxativos, lo que quiere decir que no se puede agregar ninguno más.
El inc. 10 del Art. 138, solo puede ser aplicado en los siguientes casos: a) renuncia del cargo; b) fallecimiento; c) condena por delito; d) abandono; e) empleo remunerado en otro Poder del Estado y f) no declarar sus bienes.
En el caso de la diputada Flores, bastó el exordio de su contrincante por el control del Partido Liberal, diputada Osuna, para que la mayoría de la Asamblea le quitara su inmunidad y la destituyeran de su cargo. Se ignoraron los 7 incisos del Art. 10 del Art 138 CN. y se pasaron por donde a usted se le ocurra el reglamento de la Constitución.
La Asamblea en este y otros casos violó la Constitución y su reglamento, porque recibe órdenes que no son discutidas. No existe Estado de Derecho ya que vivimos en una autocracia, a pesar de ser firmantes de la Carta Democrática Interamericana, acordada en Lima, Perú, el 11 de septiembre de 2001, que sostiene en su Arto. 2 que “la democracia representativa es la base del Estado de Derecho…”
Todo lo ocurrido a doña María Fernanda es culpa del pacto Alemán-Ortega, que tanto combatió el Partido Conservador y otros partidos que sabíamos que se tendía un “puente de plata” para que Ortega ganara la presidencia de la República, para “nunca jamás”, ya que él siempre se ha creído destinado para ese cargo y que no se necesitan nuevas elecciones en donde esté en juego el poder.
¿Por qué pactó Alemán y su Partido Liberal estando en el poder? Que lo expliquen los analistas políticos, pero mi conclusión es que al FSLN ya no le interesa el pacto y quiere deshacerse de Alemán y su partido. Y lo ocurrido a doña María Fernanda son “polvos de los mismos lodos”.
El autor es abogado, dirigente en retiro del Partido Conservador.