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Comerciantes del mercado El Mayoreo con armas de fuego, machetes, palos y tubos, custodian las instalaciones de este centro de compras para evitar ser saqueados por las turbas. Foto: AFP/ La Prensa.
Los saqueos que buscaron manchar las protestas de abril de 2018
El sábado 21 de abril de 2018 las protestas contra el régimen sumaban cuatro días y 20 personas fallecidas. El dictador Ortega, en su afán para desprestigiar a la población, sembró el caos mandando a sus turbas a saquear los centros comerciales en varios puntos del país.
Al filo de la medianoche del sábado 21 de abril de 2018, la dictadura reprimía a la población. Con lujo de violencia, tiraba a matar a los manifestantes usando a la Policía y sus francotiradores. Esa noche, las fuerzas de choque reunieron a un ejército de pandilleros de los barrios marginales de Managua y la orden era tomar como objetivo los centros comerciales, mercados y empresas de electrodomésticos para empezar a saquearlos, como fue el caso de algunas gasolineras de la Carretera Norte que también funcionan como tiendas de conveniencia.
Estos establecimientos fueron las primeras víctimas de estas turbas que al amanecer del domingo ya habían creado un caos con los saqueos múltiples en distintos puntos de la capital.
Algunos sectores de los mercados Iván Montenegro, Roberto Huembes y Linda Vista quedaron totalmente limpios por los saqueadores. No fue así en el mercado de Mayoreo y el mercado Oriental donde los dueños de tramos se organizaron con armas, machetes y palos para evitar ser saqueados, también levantaron barricadas en las entradas principales de estos centros de comercio.
El objetivo de estos saqueos era ensuciar las protestas para inculpar a los autoconvocados, pero esa acción delincuencial del régimen no funcionó debido a que la misma población salió a las calles para evitar que siguieran saqueando establecimientos, custodiando estos centros y recuperando lo robado por las pandillas del régimen.
“¡No al Saqueo!, ¡No al Saqueo!”, así coreaba un grupo de pobladores en el supermercado La Colonia, en la sucursal del barrio Monseñor Lezcano, mientras un grupo de saqueadores merodeaban el lugar como buitres sobre la carroña. En medio del bullicio, un bus lleno de antimotines se acercó al lugar para “establecer el orden”.
Mientras tanto, en el mercado Israel Lewites los comerciantes con machete en mano custodiaban las entradas del populoso centro de compras.
En la pista del Dorado, un centenar de policías se hizo presente para apostarse en los alrededores y custodiar una sucursal de un supermercado que ya había sido saqueado por las turbas.
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