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¿Conoce la diferencia entre AC, UNAB y Coalición Nacional? Le explicamos el tablero de la oposición nicaragüense

Estudiantes, campesinos, empresarios. Alianza Cívica, UNAB, Coalición Nacional. Le explicamos en palabras sencillas cómo está organizada la oposición nicaragüense en el "juego" contra la dictadura.

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En el principio no existía Alianza Cívica ni UNAB y mucho menos Coalición Nacional. Las tres organizaciones eje de la oposición nicaragüense que tanto han dado de que hablar nacieron después del 18 de abril de 2018, como una respuesta a las necesidades de la ciudadanía autoconvocada que se encontraba protestando en las calles.

A partir de entonces se han unido y, en sus palabras, se han “separado para unirse”. Muchos miembros originales han abandonado la Alianza Cívica y algunos de ellos se han integrado a la Coalición Nacional como grupo independiente o a través de otras organizaciones.

En ese estira y encoje de la oposición, el pasado lunes 26 de octubre la Alianza Cívica finalmente se salió de la gran Coalición Nacional, una iniciativa que ella misma promovió en enero de este año, en compañía de la UNAB, luego de semanas anunciando que “algo grande” se acercaba.

El juego de la oposición ha cambiado mucho en los últimos meses, pero los actores siguen siendo los mismos. A continuación le explicamos a grandes rasgos lo que debe saber sobre estas organizaciones que tienen la tarea de hacerle frente al régimen en unidad.

Los estudiantes de la Alianza Cívica.

El origen: la Alianza Cívica

Las protestas ciudadanas que estallaron en abril de 2018 tomaron desprevenidos a todos los sectores de la sociedad nicaragüense. No existía oposición organizada y la Iglesia católica improvisó una para que actuara como contraparte del régimen Ortega-Murillo en el Diálogo Nacional convocado por la propia dictadura en mayo de ese año. Así nació la Alianza Cívica.

“La idea del diálogo vino de la dictadura. Nosotros, al acoger la propuesta, tuvimos que comprometernos a ponerles a alguien delante para que dialogaran”, explicó monseñor Silvio Báez en julio de 2020, en entrevista con DOMINGO. Sin embargo, la oposición estaba “destruida absolutamente”. “Era una dictadura que pide dialogar con la oposición cuando no había oposición”.

Apremiada por el tiempo y las circunstancias, la Iglesia escogió a un grupo que fuera “un poco representativo de todos los sectores del país”. Los religiosos llamaron a campesinos y estudiantes, que fueron los mayores protagonistas de aquella mesa de diálogo; organizaciones de la sociedad civil, empresarios del sector privado y notables como Carlos Tünnermann y Luis Sánchez Sancho.

En ese momento no se incluyeron partidos políticos (para eso nacerían más tarde la UNAB y la Coalición Nacional), porque se necesitaba “una oposición auténtica”.

Actualmente en la Alianza Cívica (AC) quedan cinco miembros del sector privado que se encuentran dentro de la organización a título personal: Álvaro Vargas, de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua; José Adán Aguerri, expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada; Juan Sebastián Chamorro, de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides); Mario Arana, presidente de la Cámara Americana de Comercio, y Michael Healy, presidente del Cosep.

Además de cuatro organizaciones estudiantiles, que son la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), el Movimiento Universitario 19 de Abril, el Movimiento Estudiantil 19 de Abril y el Movimiento UNA 19 de Abril.

También la conforman la Unidad Sindical Magisterial y la Unidad Médica Nicaragüense; así como los sectores político, laboral y académico.

Ya no hay campesinos en la AC. Encabezado por el líder Medardo Mairena, el Movimiento Campesino se retiró en junio de 2020 tras afirmar que sus “puntos de fondo” no habían sido escuchados ni su delegación consultada. No obstante, continuaron formando parte de la Coalición Nacional (CN).

Otras personalidades que igual se han ido de la Alianza Cívica son el abogado José Pallais Arana, el líder juvenil Edwin Carcache y el académico Ernesto Medina, quien recientemente anunció su renuncia, luego de que la organización se retirara de la CN. Este sábado 31 de octubre también salieron de la Alianza el doctor Carlos Tünnermann, Azahalea Solís, el padre José Alberto Idiáquez y su suplente, Juan Carlos Gutiérrez.

El ambiente festivo el día que se presentó la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).

La prima hermana: UNAB

La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) nació en octubre de 2018, conformada por más de cuarenta organizaciones. Este nuevo grupo fue pensado para que la oposición fuera más inclusiva y se pudiera organizar sin necesidad de pertenecer a la Alianza Cívica, que más bien pasó a ser parte de esa nueva organización.

La UNAB fue conformada por empresarios, universitarios, campesinos, activistas de derechos humanos, feministas, políticos y movimientos de todo el país. En total fueron 43 organizaciones. Entre ellas destacaban: la Alianza Cívica, la Articulación de Movimientos Sociales, madres de caídos, Comité de prisioneras y prisioneros políticos, Coalición Universitaria, Frente Amplio por la Democracia (FAD), Movimientos 19 de Abril de todo el país, Movimiento por Nicaragua, Articulación Feminista, Mesa Nacional LGTBI Nicaragua y medios independientes.

Los conocidos opositores Félix Maradiaga y Violeta Granera son miembros del consejo político de la UNAB.

A lo largo de quince meses la AC y la UNAB aparecieron públicamente como grupos aliados. La primera formando parte de la segunda. Sin embargo, en enero de este año se separaron en un “divorcio arreglado”. La intención, dijeron, era hacer una “definición de roles” para seguir trabajando en la conformación de la gran Coalición Nacional.

Diez días después, el 17 de enero, ambas organizaciones presentaron la Coalición Nacional e instaron a que todos los sectores se unieran “sin exclusión” en una plataforma contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El llamado incluía a los partidos políticos tradicionales, pese a su fama de cómplices y zancudos del régimen sandinista.

“Vamos a hacer este acercamiento con todos los partidos políticos del país, porque precisamente el concepto de esta Coalición Nacional es de inclusión absoluta”, dijo en aquel momento Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la AC.

Así se comenzó a caminar hacia la conformación de una unidad que hasta el momento no se ha logrado. Todo lo contrario, se han percibido más retrocesos que avances, en una especie de lucha por quién es la “verdadera oposición”.

La UNAB todavía es miembro de la Coalición, pero la AC la ha abandonado para conformar su propia “plataforma política y electoral unitaria e inclusiva”, una iniciativa impulsada por el sector empresarial, que votó en pleno por salir de la Coalición, apoyado por los estudiantes (Lesther Alemán, Ariana Moraga, Valeska Valle y Yunova Acosta) y algunos miembros de otros sectores.

Los únicos votos en contra fueron del doctor Carlos Tünnermann y Azahalea Solís por el sector de la sociedad civil; el doctor Ernesto Medina, por el sector académico; María Eugenia Alonso por el sector político, José Antonio Vásquez por la Unidad Médica Nicaragüense, y Juan Carlos Gutiérrez como suplente del padre José Idiáquez.

La respuesta de Medardo Mairena, líder del Movimiento Campesino y miembro de la CN, fue “no somos perfectos, pero nadie es indispensable”.

El Movimiento Campesino, encabezado por Medardo Mairena, se retiró de la Alianza en junio.

La Coalición Nacional

Con la salida de la Alianza Cívica, dentro de la Coalición Nacional quedan seis grupos: la UNAB, el Movimiento Campesino, el Partido de Restauración Democrática (PRD), el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el partido indígena Yatama y la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN).
El periodista y empresario Miguel Mora entró a la Coalición a través del PRD y lo mismo el líder juvenil Edwin Carcache, luego de haberse salido dos veces de la Alianza Cívica. En el caso del FDN, su representante y presidente es Luis Fley, conocido como comandante Johnson en los años de la Contrarrevolución.

El PLC está dividido en dos facciones, la que apoya a la diputada María Haydée Osuna, representante legal del partido, y la que está con Miguel Rosales, presidente designado por el caudillo Arnoldo Alemán. En cualquier caso, de acuerdo con otros miembros de la CN, ambas facciones “son arnoldistas”.

Para el sociólogo Oscar René Vargas es posible que el Frente Sandinista esté “infiltrando a la oposición”, como ha hecho “históricamente”.

“Yatama siempre ha coqueteado y estado al lado del régimen y ahora está en la Coalición. El PLC está cogobernando en el país, tiene 253 funcionarios y ninguno ha renunciado. La lucha de abril fue contra el sistema, y el sistema era la alianza de tres: Ortega Murillo, el gran capital y los partidos zancudos, representados por el PLC”, analizó en una entrevista a inicios del pasado septiembre.

Respecto a los campesinos, uno de los grupos más beligerantes y con mayor aprobación social de los que integran la Coalición, se perciben cuatro subdivisiones: los que están con Medardo Mairena, los que simpatizan más con la exiliada doña Francisca Ramírez, el grupo del líder campesino Freddy Navas y el de Víctor Díaz, en El Tule.

Un “jugador” externo, cercano a la Alianza Cívica, es el partido político de derecha Ciudadanos por la Libertad (CxL), a cargo de Kitty Monterrey. El CxL no quiso integrarse a la Coalición Nacional, se ha declarado “antisandinista” y solo ha mostrado afinidad con la AC, a la que ha incluso ha calificado de “aliada”.

Según declaraciones de Monterrey, el CxL sí quiere unidad, pero una “unidad decente” de la “verdadera oposición”.

En los últimos meses ha habido un acercamiento de la juventud de la Alianza Cívica hacia este partido político, participando en actividades organizadas por el CxL, como conversatorios impartidos por el exdiplomático Arturo Cruz Sequeira, embajador de Nicaragua en Estados Unidos de 2007 a 2009, durante los primeros dos años de Daniel Ortega en la Presidencia, tras su regreso al poder.

Este es, por el momento, el tablero con que juega la oposición nicaragüense.

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