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Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa. LA PRENSA | LUIS EDUARDO MARTÍNEZ M.

Monseñor Rolando Álvarez llama a los nicaragüenses a que “no cedamos a la violencia”

El jerarca católico dijo que "lo preocupante es cuando hay discursos virulentos que pareciera que van subiendo de tono y que terminan incitando a la violencia a la población nicaragüense”

El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos evitó comentar este domingo sobre los recientes ataques del dictador Daniel Ortega en contra de la Iglesia católica, porque consideró que estos “no tienen sentido”, sin embargo, el prelado manifestó su preocupación por “discursos virulentos” que incitan al odio, por lo que llamó a los nicaragüenses a que “no cedamos a la violencia”.

El dictador Daniel Ortega cree que la Iglesia Católica forma parte de una conspiración en su contra porque considera que tiene “raíces somocistas”.

“Yo no me doy por aludido y creo que ningún obispo ni los sacerdotes nos damos por aludidos cuando hay ataques directos a la iglesia en cualquier tipo de declaración o cualquier tipo de discursos. Eso a nosotros no nos quita el sueño, eso no nos preocupa ni siquiera”, dijo monseñor Álvarez, después de la misa que presidió este domingo 1 de diciembre en la catedral San Pedro Apóstol de la ciudad de Matagalpa.

“Es que ese tipo ya de expresiones uno honestamente no les hace ni caso, creo yo que no amerita que comente ese tipo de cosas porque no tienen sentido”, continuó diciendo el obispo, el más joven de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y quien a julio de 1979 apenas estaba por cumplir 13 años.

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Sin embargo, para el jerarca católico, “lo preocupante es cuando hay discursos virulentos que pareciera que van subiendo de tono y que terminan incitando a la violencia a la población nicaragüense”.

Lo de los discursos virulentos también fue parte del mensaje de monseñor Álvarez en la homilía durante la misa, en la que se refirió al adviento como una etapa de preparación espiritual para la conmemoración del nacimiento de Cristo, insistiendo también en que para los cristianos “la única fuerza invencible es el amor”.

“Es triste, lamentable y preocupante, sin embargo, que mientras los cristianos comenzamos este camino de preparación a la venida del Señor, y lo hacemos escuchando a Cristo, que nos invita a velar y a estar preparados, se estén dando en nuestra Nicaragua, discursos que no solo son virulentos, sino que cada día pareciera que van subiendo más de tono, como si se quisiera incitar al pueblo a la violencia. No cedamos a la violencia”, dijo el obispo en la homilía.

Agregó que la violencia solo engendra violencia y muerte, por lo que exhortó a los nicaragüenses a que “jamás cedamos a esas seducciones del maligno… Los nicaragüenses tenemos que seguir apostando por la fuerza del amor.

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Tenemos que seguir apostando por un alto civismo y una profunda cordura de reflexión. Los nicaragüenses tenemos que apostar por la no violencia activa, por la defensa cívica a los derechos humanos”.

Monseñor Álvarez también dijo en su homilía que “tener visión de nación es pensar no solo en el presente sino en las futuras generaciones a quienes tenemos la obligación moral de heredarles finalmente un país en paz, en justicia, en libertad”.

Gritería por la paz y la justicia

El obispo de la Diócesis de Matagalpa invitó a los nicaragüenses a ofrecer el novenario a la Purísima Concepción de María, así como la tradicional Gritería, por la paz y la justicia en Nicaragua.
“Tenemos que intensificar nuestras oraciones”, dijo el obispo Álvarez, antes de finalizar una misa que presidió en la catedral San Pedro Apóstol de la ciudad de Matagalpa, animando a los fieles a que “sigan rezando el novenario para que este 7 de diciembre gritemos ¿quién causa tanta alegría?”.

“Hay que sacar su altar, hay que ir a gritar. Sí, cada uno vea con prudencia a qué hora es bueno regresar a casa, porque no se puede andar muy noche, pero tenemos que hacer la gritería”, apuntó el jerarca católico.

Destacando que “muchos fieles” le han expresado problemas económicos y que “hay mucha pobreza” en el país, monseñor Álvarez invitó a los nicaragüenses a que “hagan el altar sencillito, bonito”, además de compartir “lo que se pueda”.

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“Si ya la pobreza es tanta, como efectivamente ronda en muchos hogares, pues (pueden compartir) un caramelito, un dulcito, en fin, una cajetita, pero hay que rezarle a la Virgen, tenemos que intensificar nuestras oraciones”, agregó el obispo.

Además, exhortó a la feligresía a: “ofrezcámosle a la Virgen el novenario, como lo estamos haciendo en todas las comunidades y en todas las sedes parroquiales, y ese día ofrezcamos la Gritería y el 8 de diciembre las celebraciones de la palabra y las celebraciones eucarísticas, para que reine la paz y la justicia en nuestra patria”.

En la septentrional Matagalpa, es tradición que además del conocido grito de “¿Quién Causa Tanta Alegría?”, los participantes de la gritería entonan cantos a la Virgen, mientras esperan que en los hogares les brinden la tradicional gorra o paquete.

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