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El periodismo nicaragüense fue severamente afectado por paramilitares y pandilleros del Frente Sandinista y por agentes policiales, durante las violentas protestas contra el gobierno represivo de Ortega. LA PRENSA/ JORGE TORRES

Ataques a periodistas en Nicaragua aumentaron un 1000 por ciento a partir de abril del 2018

Entre abril de 2017 y marzo de 2018 la dictadura cometió 84 agresiones contra el periodismo independiente, una cifra que se multiplicó por doce tras el estallido de las protestas

De abril de 2018 a marzo de 2019 las violaciones a la libertad de prensa cometidas por el régimen de los Ortega Murillo aumentaron en más de mil por ciento, en comparación con el periodo anterior.

Entre abril de 2017 y marzo de 2018 la dictadura cometió 84 agresiones contra el periodismo independiente, una cifra que se multiplicó por doce tras el estallido de las protestas ciudadanas de abril de 2018. Eso indica el informe “Un año de crisis socio-política. Tiempo de Hostilidad y Represión contra la prensa independiente”, de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.

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El aumento de las agresiones a la libertad de prensa representa un crecimiento descomunal de 1,185 por ciento. Para el periodista Álvaro Navarro, esas estadísticas son un fiel reflejo de lo que hombres y mujeres de prensa han vivido en Nicaragua a lo largo de los últimos doce meses.

El asedio, la intimidación, los ataques físicos y verbales, el encarcelamiento, las confiscaciones y las amenazas al periodismo han ido de la mano con los métodos que la dictadura ha empleado para intentar aplastar las protestas de los ciudadanos que la adversan, considera Navarro.

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A su juicio, el régimen de los Ortega Murillo ve de la misma manera tanto a la ciudadanía que se manifiesta en las calles y es atacada por alzar la bandera nacional como a los periodistas que documentan los hechos. Ambos son “enemigos” para la dictadura.

“Una tragedia”

Como director del medio de comunicación digital Artículo 66, Álvaro Navarro, ha vivido de cerca el recrudecimiento de las agresiones hacia el periodismo.

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“Antes de abril teníamos prohibido entrar a instituciones, pero al régimen todavía no se le ocurría lanzarnos a matones, despojarnos de los equipos”, señala el periodista.

Ahora el asedio es el pan del día. Navarro, por ejemplo, recibe en promedio una amenaza de muerte semanalmente.

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Además, misteriosos sujetos rondan la oficina de Artículo 66, haciendo preguntas a los vecinos de la zona, y el pasado 17 de abril el periodista Abixael Mogollón fue capturado y golpeado por policías cuando realizaba una transmisión desde el sitio donde un grupo de ciudadanos intentaba manifestarse.

El régimen, dice Navarro, “se ha lanzado desde robar equipos hasta las agresiones directas, la detención temporal de periodistas y el encarcelamiento de los colegas Miguel Mora y Lucía Pineda Ubau, la confiscación de medios de comunicación y el incendio de emisoras como Radio Darío”.

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Para el comunicador, hay razones para creer que se trata de “acciones dirigidas y estructuradas desde el Estado para acallar a los medios de comunicación, para silenciarlos y que la gente no sepa lo que está ocurriendo tanto en temas de corrupción como en temas de violación abierta a derechos humanos”.

“Es una tragedia lo que está viviendo el periodismo nacional”, lamenta Navarro.

Las agresiones

El informe de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro reveló que las principales agresiones hacia el periodismo provienen de la Policía Orteguista (307 casos), militantes del Frente Sandinista (206) y paramilitares (107).

En cuanto al tipo de agresiones, los más comunes han sido la intimidación, las amenazas, la censura, los ataques, las restricciones administrativas y el hostigamiento verbal.

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El documento también incluye el más grave de todos los casos: la muerte del periodista Ángel Gahona, asesinado en Bluefields mientras realizaba una transmisión en vivo.

Pese a todo, sostiene Navarro, el periodismo seguirá trabajando, aunque sea natural sentir miedo cuando se es periodista en la Nicaragua de hoy.

Una estrategia en tres etapas

De acuerdo con el informe de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, las violaciones contra el periodismo se realizaron en tres etapas: la primera estuvo marcada por agresiones y ataques directos a periodistas, entre abril y julio del 2018.

Posteriormente hubo una segunda etapa, en donde predominaron campañas de intimidación, acoso y persecución contra periodistas. Esa etapa tuvo su apogeo en diciembre de 2018.

La tercera etapa fue dirigida especialmente contra los medios de comunicación. Este oscuro período estuvo marcado por cierres, allanamientos y confiscación de medios, como 100% Noticias, Confidencial, los programas Esta Semana y Esta Noche. La máxima expresión de violencia fue el secuestro de los periodistas Miguel Mora y Lucía Pineda, el 21 de diciembre de 2018.

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