Es jueves por la noche y el puerto Salvador Allende tiene un aspecto apagado. Atrás quedaron los tiempos en que recibía una masiva visita y las risas, bailes, brindis y pláticas copaban los restaurantes y quioscos de madera que están ubicados en la franja del lago Xolotlán, que danza discreto al compás del viento que sopla en esta zona del malecón de Managua.
Este proyecto turístico fue inaugurado en el año 2008 y desde su inicio tuvo una asombrosa aceptación en la población al punto que la Empresa Portuaria Nacional (EPN) tuvo que ampliarlo, desarrollando tres etapas más hacia el oeste. Pero la crisis sociopolítica actual ha golpeado con fuerza y pese a los malabares que han hecho los dueños de negocios para salir a flote, el ahogo es inminente y han caído en mora con el canon de arriendo, que por estos días es revisado con la intención de subir el costo por cada metro cuadrado de construcción, incluyendo el segundo piso.
Por la falta de paga en el alquiler, la administración del puerto cerró el restaurante Majava y la discoteca El Zol y hay tres quioscos cercados con cinta amarilla; y para no terminar igual, el resto de negocios que resisten han tomado medida como no abrir algunos días para disminuir las facturas de agua y luz y el pago de los meseros y resto de trabajadores, personal que de por sí ya ha sido recortado en varios negocios porque las cuentas sencillamente no cuadran al final del mes, ante el desplome de visitantes.
Bajo anonimato por miedo a represalias, varios dueños de restaurantes confiaron a LA PRENSA de esta situación y de que en las últimas semanas se han reunido con Denis Hurtado, gerente general de la EPN, para poner los nuevos precios por el espacio ocupado, que se paga en dólares.
“Somos pequeños empresarios y hemos invertido en las mejoras y ampliaciones de los locales, esto con la aprobación del señor Virgilio Silva (presidente ejecutivo de la Portuaria). Ahora quieren hacer cálculos en base al área construida, sumando el segundo piso, y la verdad es que será imposible pagarlo porque la crisis también llegó al puerto”, explicó un dueño de restaurante.
Meses en mora
La crisis sociopolítica estalló en el país el 18 de abril de 2018 pero desde antes en el Salvador Allende hubo un bajón; sin embargo se volvió crítico en la efervescencia de las protestas “porque el puerto se vio como un proyecto político”, dijo alguien que renta un local. Producto de esto la mayoría de negocios cayeron en mora del canon de arriendo y aunque la administración perdonó tres meses de paga (abril, mayo y junio de 2018), a la fecha, varios deben otros meses del año.
Este medio de comunicación conoció que en una de las últimas reuniones Hurtado propuso a los morosos que pagaran el 30 por ciento de la deuda en efectivo y que el restante 70 por ciento entre uno y dos años, dependiendo de la deuda. Solo que era necesario dejar una garantía hipotecaria o de vehículos.
El Espigón, la única “vida”
El ingreso al Salvador Allende en vehículo tiene un costo de 60 córdobas y todos los días estaba el estacionamiento lleno de vehículos. Era muestra de que todo iba bien, pero ahora sobra espacio para aparcarse sin importar si es viernes, sábado o domingo.
A la única parte que actualmente se le ve vida corresponde a lo poco que funciona de la cuarta etapa. Es un espigón de 400 metros lineales, en donde se instalaron 14 quioscos con grama artificial, iluminación y juegos infantiles a los lados.
El resto de la cuarta etapa está a oscuras porque todavía no está habilitada. Se trata de 13 restaurantes que se ubican en una plaza donde en julio de 2018 se inauguró un monumento a la Paz y el espigón turístico. En los últimos días, Silva aseguró que se abrirán al menos cuatro de estos.
Concesionarios de restaurantes han enviado cartas a Virgilio Silva, presidente ejecutivo de la Empresa Portuaria Nacional (EPN), manifestándole que no pueden pagar más por el canon de arriendo de los locales porque es insostenible. La propuesta es que les rebajen el 50 por ciento en el arriendo. “Los concesionarios del Salvador Allende nos hemos mantenido firmes en nuestros negocios, sin cerrar los locales para no afectar la imagen del puerto, asumiendo grandes pérdidas en estos meses duros que todos hemos enfrentado. Le pedimos por favor que revise nuestras solicitudes para juntos hacer renacer otra vez el Proyecto Turístico más grande de la capital”, reza una de las misivas enviadas.
Barco en manos de la Portuaria
En 2013 un grupo de inversionistas tiraron a las aguas del lago Xolotlán un barco y semanas después lo pusieron a navegar, en un recorrido que empezaba y culminaba en el puerto Salvador Allende. Este era uno de los atractivos del centro recreativo.
El batel, de tres pisos y que tiene una eslora de 14 metros, llevaba pintado el nombre de sus dueños: Grupo Meyer´s, pero el año pasado fue borrado y lo pintaron con los colores rosado fucsia, verde, azul, amarillo y blanco; y se le puso el nombre de Momotombito.
Fuentes de la Empresa Portuaria Nacional aseguraron que este barco ya no es administrado por Grupo Meyer´s, sino que está en manos de la Portuaria. Esto ocurrió sin que se diera a conocer públicamente del traspaso formal.
LA PRENSA envió un correo electrónico con fecha del martes 29 de enero al Grupo Meyer´s, cuya sede de operaciones en la región está ubicada en Panamá, sobre el traspaso del barco a la Empresa Portuaria Nacional, pero hasta la publicación de este artículo no hubo respuesta. Se brindó un número telefónico y tampoco.