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El comisionado Ramón Avellán dirigía a los paramilitares y policías que atacaron a balazos a los participantes en la caravana. LA PRENSA/ RAQUEL ACOSTA

El comisionado Ramón Avellán dirigía a los paramilitares y policías que atacaron a balazos a los participantes en la caravana en Masaya. LA PRENSA/ JADER FLORES

Informe del GIEI confirma la participación de Ramón Avellán en la masacre

El GIEI lo menciona incluso con más frecuencia que al primer comisionado Francisco Díaz, director de la Policía Orteguista y consuegro de Daniel Ortega

El comisionado general Ramón Avellán Medal, conocido por las serenatas que recibía cuando estaba atrapado en el cuartel policial de Masaya y por haber sido el oscuro personaje que dirigió los ataques armados a esta ciudad durante las protestas ciudadanas, aparece nueve veces mencionado en el informe final del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Avellán es el actual subdirector general y jefe de investigaciones a nivel nacional.

El GIEI lo menciona incluso con más frecuencia que al primer comisionado Francisco Díaz, director de la Policía Orteguista y consuegro de Daniel Ortega.

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De acuerdo con el reporte de los expertos, la primera vez que el comisionado apareció en escena fue el 20 de abril, en Masaya, apenas un día después del estallido de la revuelta ciudadana.

Ese día, aproximadamente a las 2:00 de la tarde, efectivos policiales comenzaron a agruparse en el sector sureste del Parque Central de Masaya, frente a la Avenida Real de Monimbó, que desemboca en el barrio del mismo nombre. “Justamente en esa calle se encontraba un grupo de manifestantes que buscaba terminar su recorrido en el Parque Central”, observó el GIEI.

Incidentes del parque

En una transmisión realizada por El Nuevo Diario a partir de las 3:00 de la tarde de ese 20 de abril, se captó la presencia de Avellán “conversando junto a diversos efectivos policiales en las inmediaciones del Parque Central”. Y en ese mismo video, subraya el informe, se observó a “un policía con el rostro cubierto, portando un arma de fuego de alto calibre (posiblemente un AK-47)”.

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Al cabo de unos minutos, los antimotines tomaron posesión del lugar, con la intención de contener al grupo de manifestantes que pretendía ingresar pacíficamente al parque proveniente de la Avenida Real de Monimbó. Y alrededor de las 3:30 de la tarde la Policía empezó a reprimir a ambos grupos de ciudadanos, utilizando balas de goma contra los que ya se hallaban en el parque.

Durante estos incidentes, “se pudo corroborar el accionar de grupos de choque armados con morteros, que junto con la Policía atacaron al grupo de manifestantes que intentaba avanzar por la calle principal que desemboca en el barrio Monimbó”, afirma el reporte.

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Más tarde, entre la noche del 20 y la madrugada del 21, cuatro ciudadanos fueron asesinados con armas de fuego.

Uno de ellos fue José Abraham Amador, de tan solo 17 años.

En las siguientes páginas del informe, el comisionado general Avellán aparece recurrentemente como una muestra de que la represión ejecutada a lo largo y ancho del país involucró a los altos mandos de la Policía Orteguista.

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“La presencia de las unidades especiales en todo el territorio y su protagonismo en los hechos confirma la interacción entre los mandos nacionales y locales para diseñar y llevar a cabo las acciones de represión. En algunos casos, funcionarios de alto rango han estado presentes en las acciones. Así, por ejemplo, el comisionado general Ramón Avellán en Masaya”, detalla el GIEI.

Bailes y capuchas

El informe del GIEI no pasó por alto el video en que Avellán muestra sus dotes para la danza al ritmo de Daniel se queda, la canción que se convirtió en una especie de himno de la represión.

Fue incluido en un hipervínculo como ejemplo de esa “actuación monolítica entre las máximas autoridades del poder ejecutivo, el Ministerio Público, el poder judicial y la Policía Nacional”. Algo que para el GIEI se evidenció tanto en “el incumplimiento de las funciones propias de esos poderes”, como “en gestos públicos que lo mostraron sin disimulo”.

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“Así, por ejemplo, puede verse a un alto mando policial, en medio de la violencia y en pleno dolor de tantas familias que sufrieron pérdidas, bailar en un estadio una canción del partido de gobierno, a pesar de que la Constitución Política y la Ley 872 establecen el carácter apartidista de la Policía Nacional”, destacó el informe.

El GIEI también recopiló las fotos en las que Avellán aparece posando orgullosamente junto a paramilitares armados, encapuchados y Daniel Ortega. El jefe policial “brilló” en la represión del régimen.

“Debe ser investigado”

De acuerdo con los expertos, “en la represión ocurrida en Masaya hubo una actuación conjunta de grupos de choque, personas de la Alcaldía y la Policía Nacional” y “la presencia de (un) alto mando como Ramón Avellán en el lugar ratifica que esta metodología fue decidida a nivel nacional”.

Finalmente, el GIEI considera que en una investigación seria se debe analizar la responsabilidad de Avellán, de Ortega como jefe supremo de la Policía Nacional, y su consuegro Francisco Díaz.

Premiado por el régimen

El informe del GIEI destaca que el “aval político” significó el ascenso a altos mandos involucrados en la represión, entre ellos Ramón Avellán, nombrado subdirector general de la Policía. Por si fuera poco, el pasado septiembre Avellán también fue nombrado “Hijo Dilecto” de Masaya, la ciudad contra la que dirigió brutales ataques armados.

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