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Francisca Ramírez, la lideresa de la lucha anticanal de los campesinos. LA PRENSA / Óscar Navarrete.

Francisca Ramírez, la lideresa de la lucha anticanal de los campesinos. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

Francisca Ramírez: “Ortega quiere exterminar a los campesinos”

Francisca Ramírez, lideresa campesina, habla de cuáles fueron las razones de su exilio y cómo se está preparando para regresar al país.

La líder campesina Francisca Ramírez abandonó todas sus pertenencias que tenía en La Fonseca, Nueva Guinea, donde vivía, para exiliarse en Costa Rica. Sus tierras, sus negocios, sus camiones han quedado en manos de otros amigos y familiares mientras ella desde el país vecino hace una gira para “denunciar los crímenes de Daniel Ortega”.

Esta mujer, acosada por el Gobierno desde 2013 cuando inició la lucha para la derogación de la Ley de expropiación canalera 840, se fue a Costa Rica por veredas, esquivando al Ejército que podía apresarla, llorando durante todo el camino por abandonar la tierra donde nació y creció con toda su familia.

Sin embargo, estaba segura que no podía permanecer más tiempo en Nicaragua mientras el régimen de Daniel Ortega continuara “apresando, torturando y asesinando”. Desde el exilio explica cómo escapó de Nicaragua hace pocos días, cuál es la lucha que está haciendo a favor de los líderes campesinos encarcelados, como Medardo Mairena, y habla de lo que ella llama una “campaña falsa” contra los tranques, de la cual fue una de las principales promotoras.

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¿Desde cuándo se fue a Costa Rica?

Tenemos pocos días de haber llegado a Costa Rica. No tenemos ni ocho días de estar aquí (dijo el 27 de septiembre).

¿Cómo fue salir de su tierra?

El traslado fue difícil pero también muy importante. Porque mucha gente pudo demostrar el amor que tiene a la lucha por Nicaragua. Pudo demostrar el aprecio que nos tienen, para que no fuéramos secuestrados, ni torturados ni asesinados por el Gobierno. Hubo mucha solidaridad para atravesar la frontera. Y tenemos un gran compromiso con el pueblo y eso nos anima.

¿Cómo fue la odisea para llegar a Costa Rica?

Nos vinimos por puntos ciegos. Pero quiero aclarar algo al pueblo de Nicaragua y al mundo entero, y es que el Ejército (de Nicaragua) ha tenido un discurso donde dice que no tiene nada que ver con la situación que está pasando en Nicaragua. Y yo con mis propios ojos pude verificar que están bien activos en la frontera. Están cuidando la frontera con mucha cautela, viendo quién pasa. Tienen una lista donde revisan. Yo pasé la frontera en horas de la madrugada y ya estaba tendido el Ejército. Entonces sí están activos prestándose a la persecución, los asesinatos y los atropellos que está haciendo el Gobierno.

¿Sintió temor?

Sí, como cualquier ser humano. Pero estábamos decididos de poder venir, porque deseábamos salir de Nicaragua para poder desenmascarar las mentiras que Daniel Ortega quiere venderle al mundo de que todo está normal, cuando no es verdad, cuando hay persecución a hombres y mujeres, a líderes campesinos, estudiantiles y personas de la sociedad civil que están encarceladas. No cesa de secuestrar, de asesinar. El mundo entero tiene que darse cuenta de que si realmente existe justicia, Daniel Ortega tiene que ser enjuiciado y pagar por todos los crímenes que ha cometido.

¿Por qué decidió exiliarse?

Por todo lo que está haciendo el Gobierno con las personas que protestamos en las calles. Por la persecución, los secuestros, los asesinatos. Y porque en Nicaragua no hay oportunidad de vivir ni organizarnos. Y sabemos que acá, a Costa Rica, se vinieron gentes que estuvieron en los tranques, que estuvieron en las calles. Y me motivó mucho encontrarme con ellos, organizarme. Sabemos que estamos pasando momentos difíciles. Es triste, pero eso también nos va a convertir en una fuerza para organizarnos y regresar triunfantes.

¿Recibió amenazas en Nicaragua?

Desde 2013 (cuando inició la lucha contra la ley canalera) hemos sido perseguidos por el Gobierno, apresados, y en este momento de la crisis ha sido más difícil para el Movimiento Campesino… Todos saben la situación de don Medardo (Mairena), Pedro Mena, Víctor Díaz, de El Tule. Líderes muy importantes de la lucha que han sido apresados. Sabemos que los campesinos nunca hemos sido bienvenidos para Daniel Ortega. Siempre ha querido exterminarnos, desde los años 80, él (Ortega) ha odiado más a los campesinos.

¿Cómo se encuentra el Movimiento Campesino desde el exilio?

Motivado y decidido a regresar a nuestro país. Por eso le pedimos al pueblo, a los 153 municipios de Nicaragua, que se organicen porque pronto regresaremos y vamos a regresar para asfixiar a esa dictadura (Ortega Murillo), a ese asesino, que ha querido callarnos a punta de plomo. Pero le hemos demostrado que estamos en una lucha cívica y pacífica porque sabemos que un pueblo organizado nunca será vencido y eso es lo que estamos haciendo. Y vamos a regresar a nuestro país.


“Vamos a regresar para asfixiar a la dictadura, a ese asesino (Daniel Ortega), que ha querido callarnos a punta de plomo. Pero le hemos demostrado que estamos en una lucha cívica y pacífica porque sabemos que un pueblo organizado nunca será vencido y eso es lo que estamos haciendo. Y vamos a regresar a nuestro país”.

Francisca Ramírez, líder campesina


¿Cómo están viviendo los campesinos en Costa Rica, teniendo en cuenta que ustedes tienen arraigo histórico por sus tierras?

Realmente a veces no pensamos en la alimentación, sino que pensamos en la persecución que está viviendo el pueblo y eso nos compromete a no tener horario para reunirnos, para organizarnos. Porque es difícil estar en un país que no es la patria. No tenemos condiciones para vivir bien, por eso queremos regresar a nuestra tierra donde tenemos que estar.

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Usted es productora, sobrevive de sus cultivos, de su tierra, ¿cómo está haciendo para sobrevivir en Costa Rica?

Tristemente es una pregunta difícil, porque es un país donde todo es caro, donde si no tenés un empleo no podés sobrevivir. Es triste, es doloroso, pero ese dolor y esa tristeza nos dan fuerza para decir que tenemos que regresar lo antes posible a nuestra patria para poner la paz que tanto necesitamos.

¿Cómo quedó su negocio, su familia, su casa?

Todo quedó abandonado. Todo quedó en manos de otras personas. Porque esa es la realidad que vivimos en Nicaragua, y es la realidad que el mundo debe saber, Nicaragua se convirtió en un lugar donde no tenemos derecho de nada. Nuestra propia vida no vale. Todo nuestro esfuerzo, toda nuestra forma de vivir, ha cambiado.

¿Se siente mal estar en Costa Rica?

Es triste y doloroso. Lloré todo el viaje hasta acá, porque salíamos de nuestra patria, huyendo como delincuentes, cuando solo somos ciudadanos que luchamos por la justicia. Es duro, no se puede adaptar en una patria que no es la de uno.

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¿Sigue recibiendo amenazas estando en Costa Rica?

Sí, siempre hay personas mandadas por el Gobierno. Nos han perseguido y nos han mandado a decir que (Ortega) tiene la capacidad de que aquí se puede hacer lo que él quiere. Lo mismo de siempre, pero sabemos que no lo va a lograr porque nosotros tenemos medidas de seguridad. Lo vivimos en Nicaragua: había personas que ofrecían dinero para dar con nuestro paradero.

Una de sus primeras declaraciones desde Costa Rica fue que la represión para quitar los tranques fue más brutal de lo que sabemos. ¿Cómo ocurrieron las “operaciones limpieza”?

Hemos tenido algunos contactos con algunos padres de personas que estuvieron en los tranques, como el de Lóvago, donde todavía hasta este momento no han podido encontrar a sus hijos ni presos ni muertos. Se nos ha hecho difícil corroborar cada caso porque es complicado trasladarnos a los lugares, pero hemos tenido mucha información de personas que hasta estos momentos no encontraron a sus hijos.

La dirigente campesina Francisca Ramírez, es una de las que ha sido hostigada por la lucha anticanal. LA PRENSA/ARCHIVO

¿Qué tan brutal fue?

Es que en Nicaragua lo que se ha registrado son más de 500 muertos, pero lo que yo creo es que esta masacre que ha hecho Daniel Ortega ya pasó de mil personas muertas, sin meter a los desaparecidos que no encontramos, que también calculamos es de más de mil. Lo que pasa es que no se conocen en detalle por falta de medios, por las limitaciones de libertad de expresión, por la limitada cobertura de organismos de derechos humanos de lo que ocurrió y sigue ocurriendo en las zonas rurales. Lo poco que se ve y documenta es lo de la capital, Managua, con el poquito acceso que tienen los pocos medios independientes. Pero en las zonas rurales donde no hay internet, donde no se puede denunciar, ahí cada familia sufre y entierra a sus muertos y eso no está metido en esa lista. Esperamos que cuando Nicaragua sea libre se pueda denunciar lo que no se ha podido hasta ahora.

¿Qué trabajo está haciendo el Movimiento Campesino desde el exilio?

Articulándonos y uniéndonos porque aquí nosotros no estamos peleando por ideología. Lo que estamos peleando es por regresar a nuestra patria. Por ser libre, que se respeten los derechos y haya justicia, esa es la meta. El pueblo no está solo. A los familiares presos queremos decirles que no están solos. Aquí estamos y no vamos a callar la voz ni vamos a dejar de alzar la voz por nuestros héroes.

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¿Qué opina del arresto de los otros líderes campesinos como Medardo Mairena y Pedro Mena?

Hemos pedido que los organismos de derechos humanos realmente ejerzan y dobleguen esfuerzos para que Nicaragua cambie, también le pedimos al pueblo de Nicaragua que no deje de movilizarse porque tenemos un gran compromiso con los héroes, con las madres de los asesinados, con los encarcelados líderes campesinos, que tenemos que luchar por liberarlos, porque ellos han dado todo por la patria.

Uno de los principales argumentos que el Gobierno ha utilizado para defenderse es que en los tranques se cometían torturas y violaciones a los derechos humanos. Usted fue una de las principales promotoras de este método de lucha, ¿qué opinión tiene sobre esto?

Eso es falso. Es una mentira más. Porque en los tranques él (Ortega) mandaba a muchas personas infiltradas de civil, lo cual tenemos mucha documentación de que nosotros los entregamos a religiosos católicos y organismos de derechos humanos. El pueblo no es asesino. Si hemos decidido luchar en las calles es porque no somos criminales, no somos asesinos.

El Gobierno ha presentado videos, fotos y audios como evidencia, ¿todo eso es falso?

Eso es falso. A pesar de que Ortega intentó infiltrar gente para que hicieran cosas horribles. Siempre quiso desvirtuar la lucha, la protesta, y no lo logró ni lo logrará. Y lo volveremos a hacer si es necesario, si él no toma esto como una oportunidad que le está dando el pueblo de que haga elecciones libres, transparentes y adelantadas.

Ustedes en los primeros meses pedían que Ortega abandonara el poder. ¿Esta crisis se solucionaría con elecciones anticipadas?

Es el único camino que tenemos para que se salga de esta crisis. Elecciones anticipadas sin el actual Consejo Supremo Electoral. El pueblo necesita que se vaya la pareja presidencial, porque mientras esté en el poder van a seguir asesinando al pueblo.


Plano personal

La revista dominical del diario español El País —uno de los más leídos en el mundo— publicó en abril de 2017 un perfil sobre doña Francisca Ramírez hecho por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez. Su historia y su lucha también han sido publicadas por Amnistía Internacional, Huffington Post y otras plataformas internacionales.

Nació en 1977 y por la guerra de los ochenta sus papás se separaron y ella tuvo que criar a sus cinco hermanos menores cuando apenas tenía 8 años.

Le han ofrecido cargos políticos y también dinero para que deje la lucha campesina, pero siempre se ha negado. Ama la vida en el campo, en su finca, hasta hace pocos días que decidió exiliarse para salvar su vida.

Ramírez tiene en La Fonseca una finca de 110 manzanas llamada El Milagro, donde siembra yuca, quiquisque, maíz y frijoles; y otra de 70 manzanas que aún no ha cultivado.

Sus días no comienzan sin una taza de café fresco en casa de su madre, ubicada al frente de la suya. La saluda con un “santito”, bebe café a las 5:30 a.m. y a las 6:00 parte hacia sus cultivos para trabajar.

En noviembre de 2016, cuando viajaba a Managua para verse con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, esquivó la persecución policial y militar, yéndose a pie por veredas y una noche cayó en un sumidero de aguas pestilentes.

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