La cooperación venezolana para Nicaragua es cada vez más raquítica, a tal punto que en el primer semestre de este año cayó 61 por ciento con respecto a igual período del año pasado. Las estimaciones apuntan a que este año se alcanzará el nivel más bajo desde que el presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, se adentró a este millonario negocio en 2007 y que es manejado al margen del Presupuesto General de la República.
Entre enero y junio de este año, la cooperación de Venezuela, excluyendo lo que se recibe por inversión extranjera, fue de 21.1 millones de dólares, 33.1 millones de dólares menos en comparación con igual lapso de 2016, según el Informe de Cooperación Oficial Externa del Banco Central de Nicaragua, disponible en su portal electrónico.
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Los recursos que recibió el país en el primer semestre de este año provinieron exclusivamente de Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima (PDVSA). El Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (Bandes), que en otros años también aportaba, este año no registra participación.
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Basado en el comportamiento del primer semestre, el economista Adolfo Acevedo estima que este año la cooperación venezolana cerrará en unos 50 millones, el nivel más bajo desde 2007, cuando se recibieron 80 millones de dólares.
Drástica reducción
Esta drástica reducción de la cooperación, que depende exclusivamente del precio del petróleo a nivel internacional, se debió, según el BCN a cambios en el esquema de financiamiento que recibe el país sobre la base del precio del crudo.
“El acuerdo con PDVSA ha sido ajustado conforme al comportamiento de los precios del petróleo y, durante el año 2016, la proporción de financiamiento pasó de 50 a 25 por ciento de la factura petrolera. Este cambio conllevó a la revisión de las cifras reportadas en el primer semestre con la información actualizada al cierre del año. Otro aspecto a mencionar es que la cooperación venezolana incluye el monto de la factura petrolera y otras modalidades de financiamiento”, explica del documento el BCN.
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La estatal venezolana modificó el acuerdo de financiamiento suscrito con Nicaragua, a partir del segundo semestre del año pasado ante los persistentes bajos precios del petróleo que tienen en déficit las cuentas venezolanas.
Impacta a la economía
Y aunque dicha cooperación se maneja al margen del Presupuesto General de la República, gran parte de esta fue utilizada para financiar programas con fines de lucro, cuyos flujos estimulaban varias actividades económicas.
Sin embargo, ahora que este flujo se ha reducido y el Gobierno necesita dólares para pagar en efectivo las importaciones de crudo a terceros países, esto lo ha obligado a sacarle liquidez al mercado para proteger las reservas internacionales.
Venezuela está en crisis y según reportes internacionales tiene dificultades incluso hasta para producir y exportar petróleo, lo que ha obligado a Nicaragua a retornar a sus antiguos proveedores de crudo.
Reservas internacionales
“Hay una progresiva desprotección a las reservas internacionales del país, porque antes Venezuela suplía, aproximadamente, el 93 por ciento de los requerimientos anuales de petróleo del país y hoy lo hace en menos del 30 por ciento”, explica el economista Néstor Avendaño.
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“El Banco Central se ha visto obligado a retirar córdobas de circulación en el mercado, para que los agentes económicos demanden menos importaciones y por lo tanto reduzcan su demanda de dólares, para proteger la posición de las reservas internacionales con el consecuente negativo sobre la compra y venta de bienes y servicios de consumo final por parte de las empresas y población”, afirmó Avendaño.
Aunque el Gobierno elevó en septiembre pasado las metas de crecimiento del Producto Interno Bruto, Acevedo ha alertado de un acelerado enfriamiento en varias actividades económicas, como el consumo de energía y combustibles, la inversión privada, el crecimiento de la recaudación de impuestos, la entrega de crédito, la inversión extranjera directa, las importaciones, el comercio, la venta de vehículos, entre otros.
“La desaceleración de la oferta de dinero ha provocado la desaceleración de las rentas, de productos de consumo final y se desacelera el gasto del consumo de las familias. Ese es el efecto”, dice Avendaño.
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A su vez el economista advierte que este comportamiento se mantendrá en 2018, porque Nicaragua no ha encontrado otro cooperante como Venezuela. “No se ha encontrado un país sustituto de
Venezuela que supla las necesidades petroleras del país, aunque sea en términos semiconcesionales no tan concesionales como lo hacía Venezuela en tiempos del presidente Hugo Chávez”, afirmó Avendaño.
Albanisa es una de las principales afectadas con esta reducción, apunta Avendaño. “Es la empresa que administra el crédito petrolero, tiene menos recursos para continuar financiando proyectos de inversión y proyectos productivos, así como menores recursos para asignarlos a la atracción política partidaria del gobierno de turno”, dijo el economista.
Además recuerda que varios de los gastos que antes eran asumidos por la cooperación de Venezuela han pasado al Presupuesto General de la República, poniendo mayor presión al raquítico gasto público.
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Según el informe del BCN, el 77.7 por ciento de los 21.1 millones de dólares que se obtuvo en préstamo de PDVSA en la primera mitad de este año fue destinado para proyectos socioproductivos como: soberanía energética, comercio justo, desarrollo empresarial, industria, producción agropecuaria y forestal, financiamiento de servicio de transporte marítimo y terrestre, entre otros.