La acusación contra una célula del crimen organizado liderada por un miembro de la Mara Salvatrucha (MS), de El Salvador, en un juzgado de Managua, demuestra que estas agrupaciones ya están instaladas en Nicaragua y han resquebrajado la seguridad en el país, dicen especialistas en temas de seguridad.
Para Elvira Cuadra, esto hace suponer que la situación de violencia y las maras están desbordando a los países vecinos y comienzan a afectar a toda la región, por lo cual, buscan puntos de apoyo en otros países como Nicaragua.
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Roberto Orozco advirtió del peligro que representa la sola acusación por parte de la Fiscalía. Y estimó que aunque las autoridades de la Policía o del Ministerio de Gobernación no hayan reconocido en conferencia de prensa la existencia de mareros en Nicaragua, con el solo hecho de la acusación de la Fiscalía en los tribunales demuestra que las maras ya están instaladas con estructuras operativas en Nicaragua, lo cual es peligroso.
“Con solo el proceso judicial ya se está confirmando que las maras están presentes en Nicaragua y no solo están presentes, sino que están operando y operan en Chinandega y Estelí donde históricamente han tenido presencia, pero ahora con niveles de organización y ese es el punto”, expuso Orozco.
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La Fiscalía sostuvo en la acusación presentada en los tribunales que el acusado Sergio Antonio Umaña Salamanca y/o Manuel Luna Salmerón, miembro de la Mara Salvatrucha (MS) de El Salvador, residía en Nicaragua los últimos meses y que había instalado casas buzones en Nagarote y en Residencial Vistas de Momotombo. Y antes de radicarse en el país ingresaba desde julio de 2015 de manera ilegal vía acuática y se desplazaba por varios sitios como Padre Ramos, Mechapa, Nagarote, Estelí y Matagalpa.
¿Fallaron controles otenía protección de una autoridad?
Esto a criterio de Cuadra, “quiere decir que el sistema de información y control de la Policía, así como el intercambio de información a nivel regional no fue capaz de alertar a tiempo sobre la presencia de esta persona en Nicaragua”.
Sin embargo, el mayor en retiro Roberto Samcam opinó que es imposible que se haya movilizado sin que haya tenido protección de alguna autoridad.
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De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, Umaña hasta adquirió una propiedad en Nagarote, para lo cual se identificó con la cédula número 081-140282-1000T, como Manuel Luna Salmerón, de León, también poseía vehículos.
Orozco no descartó la posibilidad de que en todo esto Umaña haya encontrado colaboración a lo interno del país por parte de funcionarios del Estado, lo que también indicaría que el tráfico de cédulas de identidad aún continúa a pesar de que en su momento se dejó entrever que la estructura de tráfico de cédula había sido desarticulada con el caso de Henry Fariñas.
Orozco estimó por eso que de nada sirve que las autoridades extremen las medidas migratorias, porque estos grupos no están usando los canales oficiales para ingresar al país sino los puntos ciegos y la vía marítima.
Cuestiona modelo de seguridad
Samcam expresó que este hecho “vendría a echar por tierra” el argumento de que Nicaragua es el país más seguro de Centroamérica. Sin embargo, afirmó el exmilitar, al igual que ha pasado en la lucha contra los grupos irregulares que ha mantenido el Gobierno, no habrá reconocimiento oficial de su existencia.
Cuadra apuntó que esto también “revela que esos grupos están buscando puntos de apoyo en países como Nicaragua para establecer nuevos territorios”.
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Samcam coincide con Cuadra y dijo que casos como el de Umaña lo que demuestran es que estas agrupaciones buscan extenderse al resto de la región porque están siendo fuertemente presionados en El Salvador.
“Pero además son mercados, por decirlo de alguna forma, que están saturados, necesitan extenderse a territorios como Nicaragua donde no hay presencia de las maras”, expuso Samcam, quien dijo que esto indica que “van a competir contra todo el sistema que ha establecido este Gobierno: de coimas y de un montón de irregularidades”.
Esto, según el exmilitar, porque el tráfico de drogas es el máximo negocio que tienen estas agrupaciones y está siendo combatido muy fuertemente tanto por la Agencia Antidrogas Estadounidense DEA, como por las instituciones policiales nacionales en los distintos países.
A eso agregó Samcam, que con las pláticas de paz y la desarticulación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en Colombia, se asegura que ha habido un repunte en el cultivo de droga de más de dos mil toneladas que los narcotraficantes están buscando cómo sacar, “y hay algunos mercados que todavía están por así decirlo, vírgenes, entre ellos Nicaragua”.
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Y el crimen organizado necesita establecer un contacto en el corredor del Pacífico que es mucho más cercano, que hacerlo por el Caribe.
Caso debe alertar
Para Elvira Cuadra, “este caso debería alertar a las autoridades para prevenir que en el país se instalen grupos vinculados con las maras”. No obstante, apuntó la especialista, las medidas que deben adoptar las autoridades “no pueden ser a costa de limitar las libertades y derechos humanos de las personas. Es decir, sin muros reales o imaginarios”. Aunque aclaró que existen otros elementos que deben ser tomados en cuenta como por ejemplo, si en el país hay condiciones sociales y políticas para el establecimiento de pandillas y otras expresiones como estas.