La mayoría de los nicaragüenses que emigran de Nicaragua en busca de oportunidades de empleo se dedican a la agricultura, construcción y labores domésticas, pese a que el nivel educativo de estos es inclusive mayor a la media nacional, según reveló el Diagnóstico Sistemático de País, publicado por el Banco Mundial (BM).
El nivel educativo de cada migrante nicaragüense, no obstante, también es determinante al momento de decidir a dónde ir. A Estados Unidos, Panamá y España llegan los migrantes relativamente calificados, mientras que a Costa Rica, Centroamérica y México los menos calificados, desagrega el organismo financiero.
“Alrededor del 45 por ciento de esos migrantes (del medio millón que había salido del país hasta el 2015) se trasladó a Costa Rica, mientras que otro 40 por ciento emigró a los Estados Unidos”, afirma el BM.
Pero, en ¿qué trabajan los migrantes en el exterior? El BM indica que los hombres se desempeñan en la agricultura, silvicultura y la pesca, mientras que las mujeres son empleadas domésticas.
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No obstante, Martha Cranshaw, coordinadora de la Red Nica Migrantes (RNM), señala que en los últimos cinco años las actividades laborales de los migrantes se han ido transformando, particularmente hacia la informalidad.
Basados en registros de la organización, en Costa Rica ha aumentado la proporción de los que trabajan en el sector comercio informal o cuenta propia, pero que siempre prevalece el servicio doméstico, hotelería y comidería.
“Los hombres continúan trabajando en la construcción y otros servicios (guardas de seguridad). También están principalmente en lo agroindustrial, porque muchos van a las bananeras, corte de café, corte de caña. Un cuarto grupo de las mujeres está en el área industrial, en los cortes de naranjas y piñas”, señala Cranshaw.
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En Estados Unidos las mujeres trabajan como estilistas; y segundo lugar servicios, apunta Cranshaw. Mientras que los hombres en construcción y servicios.
“En Estados Unidos están muchos nicaragüenses que se especializan en maestros de obra y otras ramas de la construcción. En algunos casos logran trabajar en su profesión, aunque inicialmente no trabajan en su profesión, con el tiempo logran un puesto de trabajo”, menciona la coordinadora de RNM.
El Banco Mundial afirma que el ochenta por ciento de los migrantres hacia Estados Unidos, Panamá y España logran terminar la secundaria y solo el cincuenta por ciento de los que emigran a Costa Rica terminaron ese nivel educativo.
Con la mano de obra menos calificada
El Banco Mundial también señala que es necesario que la mano de obra nicaragüense en el exterior mejore su nivel de calificación a través de mayor educación, lo que podría ayudar a obtener mejores remuneraciones.
“Las habilidades (de la mano de obra) en Nicaragua son más bajas que en muchos otros países de América Latina y el Caribe. Por lo tanto, es posible que se necesite mejor educación para tener mejores empleos y logren mayor remuneración”, destaca el informe.
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Aun así, el organismo señala que “los migrantes (nicaragüenses) tienden a ser más educados que el resto de la población. En 2014 más del cincuenta por ciento que vivían en el extranjero habían completado la educación secundaria. Sin embargo, los niveles de destreza difieren según los países de destino”.
En Panamá hay chance
Otro de los países donde los nicas logran desarrollar incluso sus profesiones es Panamá, asegura la coordinadora de RNM y en España la labor que realizan, sobre todo las mujeres, es de asistencia doméstica, especializada en el cuido de niños y ancianos.
“A España se han ido muchos maestros que se insertan en el sector servicio, porque lo que necesitan es saber leer una receta y los cuidados básicos para ese puesto de trabajo”, dijo Cranshaw.
Nicas no quieren regresar
El BM detalla que el 85 por ciento de los nicaragüenses que salen del país lo hacen por razones laborales y económicas. La mayoría de estos, según RNM, no vuelven a residir en Nicaragua.
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Cranshaw explica que los migrantes no optan por retornar permanentemente al país ante la imposibilidad de conseguir mejores ingresos que en sus puestos de trabajo en el exterior.
Según datos de la RNM, el noventa por ciento de los nicaragüenses en el exterior no quieren retornar definitivamente porque no ven las condiciones laborales para desarrollarse.
“En nuestra última encuesta que la realizamos en La Carpio, Costa Rica, no salió ninguna persona que tenga en concreto planes de retorno en todo el 2017-2018. Y nos salió una persona por cada cuarenta entrevistas que la estaba pensando para regresar en el 2019”, explica Cranshaw.
“Las posibilidades de retorno están limitadas mientras existan las condiciones que hicieron que ellos se fueran.Mientras existan esas condiciones el monito no suelta la rama hasta que agarra la otra”, finalizó Cranshaw.
El economista Sergio Santamaría coincide con Cranshaw en que los nicas que retornan a vivir al país permanentemente son los que están en edad de jubilación, porque ya tienen garantizada una pensión o han realizado inversiones que les permiten tener un ingreso permanente.
Remesas son clave para reducir pobreza
En la Encuesta de Hogares para Medir la Pobreza en Nicaragua, presentado por la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), en junio de 2016 señalaron que el envío de remesas ha sido fundamental para reducir los niveles de pobreza en el país.
“Las remesas familiares son fundamentales para contener la incidencia de la pobreza en Nicaragua. De hecho, las percepciones de los hogares encuestados por Fideg, entre otros factores, atribuyen a las remesas familiares la mejoría de sus condiciones de vida”, dice el estudio.
Ese mismo estudio reveló que los nicaragüenses ocupan el 47.1 por ciento de las remesas para cubrir alimentos y bebidas en los hogares. Solo el 7.1 por ciento del total de los envíos son destinados para salud.
Menos pobreza
El Banco Mundial dice que “las entradas de remesas han aumentado considerablemente desde mediados de los noventa, pasando de unos 75 millones de dólares (1.8 por ciento del Producto Interno Bruto —PIB— en 1995) a unos 1,100 millones de dólares (9.7 por ciento del PIB) en 2014. La proporción de quienes recibieron remesas y eran pobres permaneció bastante constante desde 2005; sin embargo, las remesas se han vuelto más importantes entre los hogares más pobres en los últimos diez años”.
Origen de remesas
En el primer semestre de 2017 las remesas para Nicaragua alcanzaron 664 millones de dólares, superando los 608.7 millones de dólares del mismo período de 2016, según datos del Banco Central de Nicaragua.
Estados Unidos se ha posicionado por su mayor participación en las remesas enviadas a Nicaragua, con rangos entre 56 y 58 por ciento del total de envíos.
En el caso de Costa Rica la participación en las remesas se mantiene entre el 19 y el 22 por ciento del total percibido.
Para el economista Sergio Santamaría, el crecimiento en las remesas está directamente ligado a la reducción del desempleo en los Estados Unidos. “Quienes mandan dinero son los nicas que tienen años de estar allá, que ya están establecidos, que incluso están empezando a hacer inversiones en el país”, agrega.