Sometida a acosos y campañas de desprestigio por el gobierno de Daniel Ortega desde hace años, la veterana reportera Elizabeth Romero, a cargo de la cobertura del área de derechos humanos en el Diario LA PRENSA, dice que la búsqueda de noticias de los periodistas de medios independientes representó mayores riesgos en 2016.
Romero describe que los periodistas al realizar su trabajo deben enfrentar una especie de hostilidad y espionaje como le ocurrió a ella el 6 de noviembre pasado, cuando se realizaron las votaciones generales, en las cuales Ortega buscaba un tercer mandato consecutivo, desde 2007 cuando volvió al poder. La jefatura de redacción de LA PRENSA envió a Romero a Waspam, un sitio recóndito del país ubicado en el Caribe Norte.
“Dos días antes de que se desarrollaran las elecciones nacionales, un coronel del Ejército de Nicaragua, de civil y una comisionada de la Policía Nacional, vistiendo el uniforme, ante la vista y paciencia de los presentes en el muelle Enserta, administrado por la Alcaldía de Waspam, sin ningún reparo empezaron a tomar videos y fotografías cuando observaron que hacíamos entrevistas a un representante político de la zona”, narra Romero.
El acoso continuó hasta el último día de permanencia en Waspam, varios oficiales se acercaron a Romero para demandarle información, así como miembros del Ejército que “argumentaron razones de seguridad”. Un oficial de Inteligencia de la Policía, quien se identificó como Rudy, la buscó para preguntarle información personal. Él fue el designado para vigilar el desplazamiento del equipo periodístico. Nuevamente volvió a hacerle preguntas en uno de los centros de votación.
La situación de Romero es similar a la de otros colegas que han reportado temas que son considerados sensibles por el Gobierno. Según el periodista Julio López, del programa Onda Local, en los diez años de mandato de Daniel Ortega, que se cumplen en enero, la libertad de expresión “ha sido gravemente deteriorada”.
A finales de noviembre pasado, López fue golpeado en Nueva Guinea, mientras la Policía impidió la salida de los campesinos que viajaban a Managua para protestar contra el Canal Interoceánico, un proyecto que es promovido por el ejecutivo. “Fui detenido por antimotines, esposado con las manos hacia atrás y tirado al adoquín boca abajo. Me tuvieron alrededor de 15 minutos. Me quitaron el teléfono, borraron los archivos y me lo regresaron sin chip”, relató.
Temas incómodos
“Al gobierno de Ortega le incomoda cualquier tema que implique una crítica hacia su gestión. Pero de manera particular es más sensible en temas que implican investigar la corrupción, rendiciones de cuentas, todo lo relativo al Canal Interoceánico, crímenes del Ejército y la Policía, sus relaciones internacionales y temas de carácter ambiental”, explicó el periodista Julio López.
La colega Elizabeth Romero recuerda que en la cobertura de la protesta contra el Canal, un retén policial requisó el vehículo, bajo el supuesto de búsqueda de armas “y de forma abusiva hurgó hasta en los enseres personales”.
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