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“Hay que dar saltos, no pasitos”

Para Roberto Brenes Icabalceta la clave del desarrollo de Nicaragua se encierra en trece letras: productividad. Algo que en los últimos 23 años, superada la década de los ochenta, no se ha logrado a plenitud.

 

Por Amalia del Cid

ROBERTO BRENES GERENTE GENERAL DEL CEI

Para Roberto Brenes Icabalceta la clave del desarrollo de Nicaragua se encierra en trece letras: productividad. Algo que en los últimos 23 años, superada la década de los ochenta, no se ha logrado a plenitud.

::: ¿Qué nos frena?

Podría ser la tradición, la enorme brecha entre productores grandes y pequeños, la falta de visión, los paros, las huelgas o actitudes como la de convertir toda celebración en un feriado. Brenes Icabalceta, gerente general del Centro de Exportaciones e Inversiones (CEI), dice que de todo un poco.

¿Qué tal ha sido el desempeño de este Gobierno en el fomento a la producción?

Es una visión diferente a la que han tenido otros gobiernos. Este Gobierno está más enfocado en promover la producción de las unidades familiares, en cambio los otros gobiernos han sido más amplios en ver las unidades de cooperativas y más grandes. No estoy tan seguro de cuál de los dos métodos ha dado mayor resultado; pero me gustaría pensar que es mucho mejor la formalización del comercio y de las unidades del cooperativismo y las unidades más grandes para ser más efectivos. Las unidades familiares tienden a ser más para consumo de ellos mismos, más que para hacer negocios.

::: ¿Una economía de patio?

Sí, sí… Y yo soy más de promover economías un poquito más grandes. La asociatividad es bien importante y eso se promovía más antes que ahora.

::: ¿Está mal que sigamos siendo un país agropecuario?

Mal no. Lo que sí debemos hacer es industrializar nuestra producción. Ahí es donde está la base del desarrollo nuestro.

::: ¿Y cómo vamos en cuanto a exportaciones?

Llevamos una trayectoria desde 1990, 1991 que yo creo que es sumamente positiva, porque es realmente donde se dio el arranque de nuestras exportaciones, nuestro comercio. Partimos de 250 millones de exportaciones al año, sin incluir zonas francas, hasta el año 2012, que cerramos con más de dos mil 700 millones de dólares. Pero uno de los retos que tenemos todavía es que debemos de saber crecer, porque nuestros productos estrella siguen siendo los mismos… El café, el oro, la carne, los productos lácteos. La matriz no ha cambiado significativamente.

::: ¿En 23 años?

Sí. Yo creo que lo hemos hecho bien y lo vamos a seguir haciendo bien. Pero debemos tener un balance, tenemos que detenernos un poco a pensar, si acaso estamos sobrexplotando un recurso que el día de mañana pudiese ser peligroso, por el hecho de que puede decrecer nuestra base productiva.

::: ¿Como las vacas?

Las vacas.

::: ¿Podrían decrecer?

Si sobreexplotamos podría haber un peligro. Si nosotros comenzamos a exportar más de lo que debemos y a exportar carne de vaca cada vez más jóvenes, entonces significa que estamos sobreexplotando. No digo que lo estamos haciendo ahorita, digo que debemos tener cuidado. Igual puede suceder en cualquiera de los otros rubros, donde puede caerse en el peligro de sobreexplotar y crear un desabastecimiento.

::: ¿Cuáles son las debilidades del sector exportador?

La productividad. Debemos ser mucho más productivos en el café, el ganado, los productos lácteos y en los productos que son relativamente nuevos, como el cacao, la miel, raíces y tubérculos.

::: ¿Cómo fueron los años ochenta en materia de exportación?

Había exportaciones bastante limitadas por el hecho de que vivíamos un período sumamente difícil. Fue el período de la guerra y lógicamente nuestro sistema colapsó. El país luchaba por mantener a la población con suficiente alimento, lo cual fue bastante difícil. También había muchas regulaciones en cuanto a la parte productiva y eso también generó muchísimas deficiencias.

::: ¿Qué tipo de regulaciones?

Regulaciones en cuanto a que el Estado tenía mucho que ver con las partes productivas y se sabe por la historia que cuanto más controles se ponen, más deficiente se vuelve el sistema productivo. Cuando en 1990 hubo un cambio y se vio la ley de mercado, que establecía que el sector privado era el motor de la economía, se produjo una apertura donde se levantaron los controles a la producción y comenzamos a levantar nuestra competitividad; pero no hemos logrado a la fecha ser lo suficientemente competitivos para decir que estamos donde debemos estar, que estamos bien.

::: ¿Entonces estamos mal?

Yo no lo calificaría así. Necesitamos avanzar mucho más en la productividad y competitividad. Me refiero, por ejemplo, al café. Nosotros tenemos productores de clase A que tienen una productividad de más de 30, 40 quintales por manzana. Están siendo productivos porque tienen buenas prácticas agrícolas. Pero tenemos en el otro extremo a aquellos productores que no ejercitan las buenas prácticas agrícolas y tienen una productividad muy baja de entre seis y doce quintales por manzana.

::: Plagas como la roya ¿se deberán también a malas prácticas?

Absolutamente. Una de las causas principales de la crisis que hemos estado experimentando ha sido porque no se han realizado buenas prácticas agrícolas. Los mejores productores han puesto en práctica la poda, la reposición de plantas, la fertilización, de manera que se han visto mucho menos afectados que los productores que no lo han hecho.

::: ¿Como cuáles?

Como los productores de Madriz, Nueva Segovia y de las zonas muy alejadas de Managua, que son bastante pobres y evidentemente han invertido menos, tienen un menor rendimiento y han sido muchísimo más afectados por la roya. Lo mismo se aplica a cualquier otra enfermedad y cualquier otro rubro.

::: ¿Las plagas se pueden prevenir?

Absolutamente. Hablábamos con productores de la zona del norte, Matagalpa y Jinotega, y decían que han visto muy poca afectación en sus plantíos, porque al ver que había mucho más humedad que la normal, aplicaron fertilizante. El resultado fue que las plantas estaban mucho más fuertes y no fueron afectadas por la roya. Por el contrario, van a tener una mayor cantidad de café. Pero tenemos que ser justos, no todos pueden hacer eso. Eso tiene que ver con la capacidad financiera.

::: ¿Por qué impacta tanto a la economía la pérdida de las cosechas de los pequeños productores?

Porque son la mayoría. Más del 85 por ciento de los productores a nivel nacional son pequeños y medianos. No podemos dejar de sentirlo.

::: ¿Y qué hacer?

Tenemos que encontrar una salida a esta situación, de manera que mejoremos la productividad, que seamos más efectivos, que nuestras exportaciones crezcan y al mismo tiempo haya estabilización entre los productores pequeños y los grandes. Que la productividad de uno no sea tan diferente a la del otro. Lógicamente los productores pequeños son los que sufren más, porque tienen un financiamiento más caro y son los que más lo necesitan y tienen insumos más caros porque son los que compran en menor cantidad. Todo eso tiene que irse mejorando.

::: ¿Qué ha hecho que después de tantos años sigamos produciendo lo mismo?

Voy a ser lo más justo posible… Seguimos produciendo los mismos productos de hace tantos años, pero al mismo tiempo hemos mejorado mucho en algunos… Pero no al nivel que deberíamos. Hoy nuestras exportaciones de cacao son bastante importantes; nuestra exportación de productos del mar también. Raíces y tubérculos que hace años no exportábamos, estamos exportando bastante. Leche estamos exportando. Pero podríamos estarlo haciendo mucho mejor.

::: ¿Por qué seguimos produciendo lo mismo?

Se ha debido más que todo a que teníamos la costumbre de tener nuestras vaquitas, nuestros palitos de café, de sembrar nuestros cañaverales… Ha sido bien difícil cambiar la estructura de nuestros productos. Por otro lado, no se ha hecho una política de incentivos para los diferentes sectores. Entonces, los que desean, por ejemplo, producir raíces y tubérculos, encuentran pocos incentivos.

::: ¿Qué es lo que estamos haciendo bien?

Los productos en los que ya tenemos una tradición exportadora, lo hemos hecho muy bien. El café se ha posicionado a nivel mundial como uno de los principales productos de Nicaragua y de los mejores. Hemos exportado mucha carne y tenemos muy buena reputación. El azúcar, los productos lácteos, lo hemos hecho muy bien. Eso nadie lo puede negar. La tarea está bien hecha.

::: ¿Qué hemos hecho mal?

Lo que podríamos mejorar muchísimo es la política de incentivos para los productores que no son de esos rubros. Por ejemplo, el cacao criollo. Es muy reconocido a nivel mundial, pero en Nicaragua no se ha incentivado la producción del cacao como se debiera. A estas alturas, después de tantos años, estamos exportando cuatro millones de dólares en cacao. Si tenemos tan buena calidad y sabemos producirlo, ¿por qué estamos exportando solamente cuatro millones de dólares? Es un producto rentable, de calidad, tenemos una sobredemanda, lo que no tenemos es oferta.

::: ¿Falta de visión?

Podría ser falta de visión, falta de interés. Necesitamos un programa sectorial para ver qué productos tienen potencial y podrían aprovecharse mucho mejor. El cacao es uno de ellos.

::: ¿Estamos patinando?

No es patinando, en el sentido de que hemos avanzado. Pero hemos avanzado un poquito lento, podríamos hacerlo un poquito más dinámico. Dar saltos, no pasitos.

::: ¿Cuáles otros productos no estamos aprovechando?

Los vegetales, la miel nuestra, que es muy apetecida porque tiene un sabor multifloral y que los europeos, especialmente, consumen en grandes cantidades y les gusta la certificación orgánica que puede obtenerse en Nicaragua. No lo estamos explotando en su capacidad. También, el mercado nostálgico de Europa va creciendo, hay muchísimo, muchísimo centroamericano y suramericano que consume lo que nosotros producimos y que nosotros podemos venderles a ellos. Solo el mercado étnico del continente europeo y los Estados Unidos es un mercado inmenso para los productores nicaragüenses.

::: ¿Hay que procesar la materia prima o exportarla?

No tengo ninguna duda al responderle: procesarla aquí. Desde el momento en que decimos procesar estamos hablando de valor agregado. De empleo, comercio y de beneficio para los productores y la población en general. Hay que darle la mayor cantidad de valor agregado a nuestros productos. ¿Por qué exportar ganado en pie cuando podemos procesar y exportar la carne? ¿Para qué fomentar las exportaciones de madera si podemos fabricar muebles y llevarlos a los mercados internacionales? Así generamos empleos en zonas donde hay muchos pequeños artesanos. Los pueblos blancos.

::: Por ahora seguimos exportando mucha materia prima.

La mayor parte del café, por ejemplo, se exporta en verde. Esa es materia prima para todas aquellas tostadurías italianas, alemanas, belgas y de Estados Unidos. ¿Qué sería lo ideal en el futuro? Hacer que vengan estas inversiones al país y que abran sus procesadoras, sus tostadurías aquí y que puedan darle ese valor agregado a nuestro país.

::: ¿Cuando vemos un crecimiento es porque en realidad estamos exportando más o porque hay una racha de buenos precios en el mercado internacional?

Lo hemos analizado y hemos visto que en determinado momento ha habido una mezcla de ambas cosas. El año pasado tuvimos una mezcla: se exportó en volumen un poco más y tuvimos buenos precios. El año anterior, 2011, fue con base en precios.

::: ¿Se pueden hacer mediciones de crecimiento con base en los precios del mercado internacional?

Sí, absolutamente. En el 2012 anduvimos con un crecimiento en el volumen, como del 17 por ciento. Y con base en precios un 18 por ciento. Hubo un balance.

::: Pero eso es algo que escapa de nuestro control…

Absolutamente, por eso debemos ser muy cuidadosos. El año pasado tuvimos una suerte excepcional con el precio del café. Este año podríamos ver un panorama diferente, porque no tenemos precios negociados y están mucho más bajos que el año pasado. Y no tenemos ningún control. Todo eso se debe a la oferta y la demanda.

::: ¿Qué hacer frente a eso?

Es bien difícil. La única forma de combatirlo es la productividad. En la medida en que seamos más productivos vamos a estar más preparados para hacerle frente a estos vaivenes del mercado internacional.

::: Hablemos de las zonas francas, que siempre están generando controversia. ¿Son necesarias?

Bueno, sí. Las zonas francas han venido a llenar un vacío enorme de necesidad de empleo. La calidad de los empleos ya es cuestionable. Pero debemos entender que a menudo las personas están contentas con tener un empleo antes que no tener ninguno. Pueden llevar pan a la mesa. Además, cuando creamos zonas francas, se crea una serie de negocios colaterales. Alrededor vamos a ver tiendas de ropa, zapatos, comida, alabastros, celulares. De todo. Ya no es solamente que se crearon dos mil, tres mil empleos. Tenemos que valorar eso. La calidad de los empleos, tenemos que analizarla, creo que podría ser mejor.

::: ¿Cómo nos afectan las huelgas, los paros?

Todas la huelgas, los paros, las distracciones, siempre causan algún tipo de pérdida. Voy a aclarar: hay huelgas que son justificadas y yo no las veo mal; otras que yo creo que no son justificadas y eso cada quien lo puede valorar a su manera. También agregaría un factor bien importante, en Nicaragua tenemos que ser más productivos en general, tenemos que trabajar todos los días, dejar aparte tantas celebraciones.

::: ¿Mucho feriado?

Aquí hay demasiados días de asueto, se celebran demasiadas cosas. En Nicaragua nos hemos acostumbrado a celebrar todo evento. Perdemos competitividad. A medida que pasan los años pareciera que nosotros los nicaragüenses estamos más dispuestos a celebrar todo tipo de evento, cuando en otros países todo lo celebran trabajando. Si martes cae en día de asueto, entonces el lunes es feriado. Si cae en jueves, entonces el viernes es feriado. En los países con la mayor productividad del mundo pasa exactamente lo contrario. Muchos de los días que nosotros celebramos, esos países los tienen en día domingo, justamente para no afectar la productividad.

::: ¿Cuánto nos hacen perder los feriados?

No tengo un cálculo de pesos y centavos por cada día, pero sí sé que hay un buen porcentaje que se pierde anualmente en productividad, 10 por ciento o más por todos los asuetos. Esto afecta la posición del país como país productivo. Los días encajonados… Y no es que esté en contra de la celebración, en lo más mínimo. Pero por qué no celebrarlo el último o el segundo domingo del mes y todos van a poder estar en ese día con sus seres queridos y no perder de trabajar.

::: ¿Y que el Estado trabaje solo mediodía?

Afecta mucho la productividad también. Hay cosas en las que todos dependemos del Estado. Todos. Si usted necesita una partida de nacimiento, un permiso del Magfor, una licencia del Mific, todos dependemos del Estado. El Estado está justamente para servir a los ciudadanos y lógicamente si tienen menos horas de servicio, pues nos afecta. Todos debemos dar ejemplo de productividad, trabajando más, trabajando más horas y no celebrando con días de asueto.

::: Entonces, trabajar para celebrar…

(Ríe) Yo quisiera algún día poder decir: ¡Celebrémoslo trabajando! Pero no, aquí se celebra descansando.

PLANOPERSONAL Roberto Brenes Icabalceta es de origen matagalpino. Tiene 56 años. Estudió en la McGill University, de Canadá. Su especialidad es Comercio Internacional. Trabajó durante doce años en la promoción de comercio de productos canadienses.

Ha visitado más de 70 países, lo que le ha permitido conocer otras culturas y métodos de producción.

Desde 1981 se ha dedicado al fomento de las pequeñas y medianas empresas y las exportaciones. Es gerente general del Centro de Exportaciones e Inversiones (CEI) desde hace seis años.

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