Roser Toll
Coronel, Chile/EFE
Miles de chilenos salieron hoy a las calles para aplaudir el progresivo despliegue del Ejército en las poblaciones más cercanas a Concepción, la ciudad más asolada por el sismo de 8.8 grados en la escala de Richter del pasado sábado.
En el municipio de Coronel, situado en la provincia de Arauco, a 545 kilómetros al sur de Santiago y a unos 30 de Concepción, la capital de la región del Biobío, una de las más afectadas por la catástrofe, sus habitantes aplaudían fervorosamente la llegada de una docena de vehículos anfibios del Ejército a las maltrechas calles.
Los aplausos y gritos de entusiasmo surgían desde atrás de las barricadas que los mismos vecinos fabricaron con neumáticos quemados, barreras de plástico y rocas, para defenderse de los grupos de vándalos que en los últimos días se habían dedicado a saquear comercios y viviendas particulares.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, informó del envío a las regiones del Maule y Biobío de 11.850 soldados, 2.131 marinos, 50 aeronaves para establecer un puente aéreo, dos fragatas y una barcaza. Los militares tienen la doble misión de garantizar el orden público y la seguridad, y entregar la ayuda humanitaria.
Según los datos más recientes, el terremoto dejó 723 muertos y dos millones de damnificados que, en gran número, aún no reciben ayuda.
Sin embargo, en algunas zonas afectadas la ayuda recién comenzó a llegar este martes, donde también continúan, en gran medida, sin servicios básicos de agua y electricidad y con serios problemas de comunicación.
Aún durante la vigencia del toque de queda, incluido entre las medidas para restablecer el orden, las mujeres paseaban por las calles de Coronel con ampollas en los pies y, en las manos, bidones vacíos, en busca de agua y bencina.
Mientras, muchos hombres se desplazaban en bicicleta, el único medio de transporte que en estos momentos asegura su movilidad.
Uno de los más grandes supermercados de la ciudad, otrora centro neurálgico de la casi extinguida industria minera del carbón, humeaba aún este martes tras los saqueos sufridos, actos que llevaron, además, a muchos vecinos a huir a las colinas más cercanas.
Otros optaron por quedarse a defender sus casas con palos, machetes y hasta con cuchillos de cocina.
Los vecinos de Coronel siguen a la espera de que la ayuda alimenticia llegue hoy, entre ellos Jaime Pradeñas, quien aseguró a Efe que la violencia y el saqueo de las últimas noches han convertido su población “en un lugar sin ley”.
“Yo tuve que robar para comer en el supermercado, pero hay gente que llegó a robar televisores”, explicó Pradeñas, quien valoró muy positivamente la llegada del Ejército a Coronel, donde los Carabineros nunca pudieron controlar la situación de caos vivida en los últimos días.
Por su parte, Luis Acuña, otro vecino, aseguró a Efe que “causa rabia e impotencia ver la destrucción” de la “comuna, las autoridades no se han movido a tiempo. Todo esto (el despliegue de personal militar) tenía que haber sido antes”.
Ahora sólo queda esperar que con la llegada de la presencia militar llegue también la ayuda tan ansiada y tan necesaria para una población que lleva más de tres días sin comer ni lavarse.