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El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca mantiene en zozobra a las familias de los migrantes irregulares por las deportaciones masivas que promete. Sin embargo, ese no sería el único flanco por el que sus políticas golpearían a Nicaragua. El nombramiento del senador Marco Rubio como secretario de Estado eleva las posibilidades de dejar al país fuera del DR-Cafta; y la imposición de aranceles que Trump planea aplicar a las importaciones procedentes de México golpearán las exportaciones nicaragüenses de Zona Franca; y si estos aranceles se imponen a Nicaragua, acabarían con esta industria.
Hay que recordar que cuando era senador, Rubio fue uno de los políticos que más presionó para que suspendieran a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta). No obstante, un analista económico, que evita identificarse por temor a represalias, considera que se debe tener en cuenta que por las implicaciones desestabilizadoras que esa decisión provocaría “existe la posibilidad de que lo hiciera de forma retórica por razones políticas sin que hubiesen posibilidades reales de que ocurriera”.
Y aunque todavía no hay muchas referencias a América Latina, se espera que habrá un endurecimiento de las políticas contra Nicaragua, Cuba y Venezuela. “Pero también se ha dicho que el enfoque de Trump es transaccional y que podría incluso negociar las sanciones con Venezuela a cambio de temas migratorios de interés; y al final de cuentas a Trump le interesa el petróleo barato de Venezuela para bajar costos en la economía norteamericana, aunque se supone que fomentará la producción interna de petróleo. La pregunta en todo caso es, qué negociaría con Nicaragua si llegara a ser ese el caso”, cuestiona el analista.
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Trump puede invocar el Cafta e imponer aranceles
Hay que tener en cuenta que el partido republicano de Trump se quedó con el control de las dos Cámaras del Legislativo; logró mayoría en el Senado y también en la Cámara de Representantes, lo que podría facilitar la toma de decisiones.
El analista agrega que el DR-Cafta puede estar en problemas, pero hay razones para pensar que por el impacto que provocará la pérdida de empleos en la migración, lo considerarán como último recurso. “Estados Unidos a su vez tiene problemas más grandes que Nicaragua, y no tiene por qué tener prisa para incidir en la apertura y la democratización del país continuando con su política de desgaste a largo plazo, a como lo ha venido haciendo hasta ahora”, señala el analista.
No obstante, el economista y exreo político desterrado, Juan Sebastián Chamorro, advierte que el DR-Cafta no es lo único que está en riesgo, ya que además de la capacidad de invocar los Tratados Comerciales, el Ejecutivo también tiene la autoridad para imponer aranceles a las importaciones procedentes de determinados países. Además recordó que sin haber tomado posesión el presidente Trump ya amenazó con imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones procedentes de Canadá y México.
Chamorro explica que según la sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, el presidente de Estados Unidos puede imponer aranceles en represalia cuando una ley, política o práctica de un país extranjero viola, o es inconsistente con las disposiciones de ese país. También cuando niega beneficios bajo cualquier acuerdo comercial o es injustificable y grava o restringe el comercio.
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Trump no necesita declarar emergencia
Chamorro dice que además de la Ley de 1974, también existe la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), y aunque no se utiliza desde que Richard Nixon asumió el cargo, es otra opción con la que cuenta Trump. “Esta ley dice que cualquier autoridad otorgada al presidente por este título puede ejercerse para hacer frente a cualquier amenaza inusual y extraordinaria… a la seguridad nacional, la política exterior o la economía de los Estados Unidos si el presidente declara una emergencia nacional con respecto a tal amenaza”.
Incluso Trump no necesitaría declarar esa emergencia, ya que el 22 de noviembre el presidente Joe Biden amplió por un año la orden ejecutiva que declara a Nicaragua como “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior” de Estados Unidos.
La amenaza del presidente electo Trump de imponer aranceles a las importaciones procedentes de Canadá y México provocó la reacción de las autoridades de ambos países; y según los especialistas afectaría la exportación de arneses automotrices que fabrican en Nicaragua las empresas de Zona Franca y que se envían principalmente a México, ya que por la lejanía el precio no sería competitivo.
“Como empresario que es, Trump es un negociador neto, entonces él cree que los aranceles son una política eficaz para proveer empleo y retornar las inversiones a Estados Unidos y reactivar la manufactura y otras industrias como la automotriz”, dice Chamorro y añade que el tema de los aranceles será ampliamente utilizado por Trump.
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Aranceles a México afectarían a Nicaragua
En 2023, según reportes del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) la exportación de arneses generó 838.45 millones de dólares anuales; es decir, alrededor del 25 por ciento del total de los envíos del sector Zona Franca al mercado externo. Con los aranceles que Trump quiere imponer a las importaciones procedentes de México los arneses podrían perder ese mercado que es casi el único.
Pero este solo sería un daño colateral, Trump también amenaza con imponer un arancel adicional del 10 por ciento a los productos procedentes de China; y si se le ocurre hacer lo mismo con los productos que elaboran las empresas de Zona Franca en Nicaragua, según Chamorro sacaría del mercado a estas empresas, ya que los márgenes que les quedan son muy pequeños y no podrían asumir ese arancel y tendrían que trasladarse a los países cercanos.
“Este daño ocurriría sin necesidad de tocar el el DR-Cafta. Pero ese tratado tiene cláusula de seguridad nacional que también puede ser invocada y eso puede también generar problemas entonces efectivamente por varios lados no solamente por el tratado, sino por el poder Ejecutivo a través del representante de comercio y también de las promesas que hizo Trump durante la campaña de hacer uso intensivo de los aranceles a la importación, para asegurarse que el comercio sea beneficioso para Estados Unidos se puede afectar el intercambio comercial con ese país”, dice Chamorro.
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Rubio y Trujillo serán clave
La salida de Nicaragua el DR-Cafta sería mortal para las exportaciones nicaragüenses, ya que históricamente el país coloca alrededor del 50 por ciento de sus exportaciones totales, es decir las del régimen general y las de Zona Franca en el mercado Estadounidense. Y aunque el régimen Ortega Murillo tiene puestas sus esperanzas en el mercado chino, en el casi dos años de vigencia de acuerdos que otorgan beneficios arancelarios a los productos locales, ese mercado sigue comprando menos del 2 por ciento del total de los envíos locales.
Los especialistas concluyen que Marco Rubio, nominado a secretario de Estado; el exembajador de Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo nominado a subsecretario de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental, y Howard Lutnick, nominado a la Secretaría de Comercio, serán claves en el el futuro de las relaciones comerciales de Nicaragua con Estados Unidos.
“Con un gabinete de nominados que se caracteriza por representar corrientes e intereses potencialmente contradictorios, se hace más impredecible lo que vaya a ocurrir. Por tanto, qué saldrá de allí, todavía es incierto… Pero por el departamento de Estado tiene un liderazgo preponderante y esto pone a Nicaragua en una situación potencialmente más antagónica con Estados Unidos… dado que Marco Rubio y Carlos Trujillo serán probablemente las personas clave con respecto a América Latina y ambos son línea dura con relación a Nicaragua”, advierte el analista económico.
Por su parte, Chamorro teme que las afectaciones se provoquen por varias vías directas e indirectas. Indirectas especialmente a través de los aranceles a la industria automotriz mexicana y directas por la revisión del Cafta o la imposición de aranceles a los productos que Nicaragua envía al mercado estadounidense.