Picos con leche de coco, enchiladas costeñas, rondón, gallopinto costeño, vaho, entre otras son las recetas que Elba Lixania Martínez comparte en su cuenta de Tik Tok llamada Rincón Costeño. Quiere enseñarle al mundo la comida de Nicaragua, pero con un toque de la Costa Caribe, de donde es originaria.
Martínez, de 38 años y originaria de Bluefields, llegó a Estados Unidos en marzo de 2023, por medio del parole humanitario. Sin embargo, salió de la Costa Caribe de Nicaragua hace más de 8 años debido a su situación económica. Estuvo en Costa Rica, Panamá y luego en Suecia.
Martínez vive en Austin, Texas. Ahí ha trabajado en construcción y limpiando casas. “Pero la pasión por cocinar siempre ha estado en mí. Así que empecé también a vender mis nacatamales y mi comida nica con un toque costeño”, cuenta. Martínez vende comida nicaragüense en su vecindario, pero su sueño, asegura, es tener su propio restaurante. “Mi meta es tener un restaurante y además de dar a conocer la comida costeña en Estados Unidos, quiero ayudar a la comunidad nica y generar empleo”.
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Hace pocos meses abrió una tienda en línea en la que vende productos nicaragüenses como queso, crema, leche agria, cuajada, condimentos nicas, salsas, café, pinolillo, cacao, cebada, chicha, dulces típicos, Kola Shaler, entre otros. Hace envíos a todo Estados Unidos.
Martínez, además decidió comenzar a compartir en su cuenta de Tik Tok, donde ya tiene más de 22 mil seguidores, recetas de comida nicaragüense, pero con un toque costeño. “Adonde sea que vaya no voy a dejar de ser costeña, por eso mi tienda y mi cuenta se llaman así”, dice.
El difícil camino de la migración
Antes de llegar a Estados Unidos, Martínez vivía en Estocolmo, donde trabajó como mesera y ayudante de cocina en restaurantes, limpiando casas y vendiendo comida nica. “Me di a conocer en Suecia entre la comunidad de latinos por mis comidas, vendía nacatamales, chicharrones, hacía comidas para Navidad y eso me levantó económicamente”, asegura.
Martínez no tenía papeles y a mediados de 2022 inició un proceso de asilo, el cual le fue denegado y así surgió la idea de irse a Estados Unidos. Martínez aplicó al parole humanitario a finales de enero de 2023 y en febrero fue aprobado. Creyó que solo era un tema de irse, pero su situación se complicó cuando tras la negativa de asilo en Suecia, fue a pedir su pasaporte a Migración y quedó detenida con orden de deportación.
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“Me tuvieron presa por tres semanas más o menos, esperando a ser deportada”, cuenta Martínez. “Me deprimí y dejé de comer, de hacer ejercicios y dejé de hacer las actividades del reclusorio”, asegura la nicaragüense, quien fue llevada a un psiquiatra y tras una valoración las autoridades le dieron la oportunidad de que ella comprara su boleto para a regresar a Nicaragua. “Presté el dinero y me fui a Nicaragua, solo estuve ocho días y me vine a Estados Unidos”, cuenta.