La economía se encamina a un crecimiento de entre 3.5 y 4.5 por ciento al finalizar este año, según nuevas perspectivas divulgadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN). Aunque el mercado del trabajo está enviando señales de dificultad en la generación de plazas, el régimen de Daniel Ortega dice que este está estable y destaca que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) ha conseguido aumentar en 1.1 por ciento su base de afiliados pese a que el Producto Interno Bruto se ha expandido 4.7 por ciento en el primer semestre.
“En línea con el desempeño de la actividad económica, la tasa de desempleo permanece baja (3 % a agosto), acompañada de reducción en la tasa de subempleo, manteniéndose, no obstante, el rezago en la recuperación de la participación laboral. Asimismo, a septiembre, se ha reflejado estabilidad en el empleo formal, con aumento interanual de 1.1 por ciento en la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS)”, indica.
La tasa de desempleo abierto estima que se mueva en un rango de entre 3 y 3.5 por ciento, mientras que el año pasado fue de 3.4 por ciento.
Inflación empieza a ceder
Además celebra que “la inflación nacional se ha reducido, con disminución de las presiones en los precios de los alimentos y servicios conexos, dirigiéndose paulatinamente a la senda de estabilidad de precios”. De hecho prevé que la inflación se sitúe en el mismo rango del crecimiento económico, la que sería ligeramente menor al 5.6 por ciento observada el año pasado.
Hasta septiembre la inflación interanual se ubicó en 3.86 por ciento, con una disminución de los efectos de la persistencia en los precios de los alimentos y servicios conexos. El BCN espera que este indicador continúe reduciéndose su ritmo de aumento, en línea con lo observado a nivel global, y consistente con una política monetaria y fiscal equilibrada.
Eso sí, el BCN advierte que si bien los pronósticos inflacionarios para 2024 son positivos, “estos se encuentran condicionados a la continuidad en la disminución de las presiones de precios internacionales y a las perspectivas de condiciones climáticas adecuadas para un buen ciclo de producción agropecuaria”.
El régimen atribuye la desaceleración de la inflación a su política fiscal, monetaria y cambiaria, apoyada por las políticas de subsidio del Gobierno para contener el incremento del costo de vida de la población y una tasa de deslizamiento cambiario de cero por ciento.
Se desacelera el sistema financiero
El Banco Central espera que paralelo al dinamismo de las actividades económicas, también una mayor intermediación financiera ayude al crecimiento económico pronosticado.
“El proceso de intermediación financiera se ha consolidado, destacándose el incremento en el desempeño de la actividad crediticia, apalancada en el crecimiento de los depósitos del público, ambos registrando variaciones interanuales de dos dígitos. Asimismo, se continuó observando niveles adecuados en la calidad del crédito y en la rentabilidad”, indica.
“La estabilidad financiera observada ha sido propiciada por el dinamismo de la actividad económica, que ha incidido positivamente sobre las expectativas de los agentes económicos y la capacidad de pago de los hogares y de las empresas. Adicionalmente, los indicadores de liquidez y de solvencia del sistema bancario y financieras se mantienen por encima de lo requerido”, precisó.
No obstante, según los pronósticos, el BCN espera que la tasa de crecimiento del crédito se desacelere. La cartera bruta se prevé cierre con una expansión entre 13 y 15 por ciento, frente al 17.5 por ciento observado el año pasado.
En tanto, los depósitos del público terminarían el año con un aumento de entre 11 y 13 por ciento, lo que estaría en línea con la expasión de 14.5 por ciento observado el año pasado.
Balanza de pagos y sector público
Por otra parte, el BCN dice que por el lado del sector externo prevé que el superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos de 2024 se ubique en el rango de proyección de entre 4.5 y 5.5 por ciento del PIB, impulsado por las remesas, los ingresos por turismo y el comercio exterior.
Asimismo, se espera que las reservas internacionales continúen fortaleciéndose, consistente con las proyecciones fiscales y del resto de balances macroeconómicos, garantizando la estabilidad del régimen cambiario vigente, indica.
A nivel del sector público, según el BCN los balances se mantienen equilibrados, con crecimiento de los ingresos tributarios (17.3 por ciento interanual en enero-julio 2024) y una política de moderación y focalización del gasto público.
En este sentido, el resultado del Sector Público no Financiero (SPNF) refleja superávit (después de donaciones) en el acumulado enero-julio de 2024. Asimismo, se ha mantenido un financiamiento apropiado, tanto de fuentes externas como de internas, contexto en el cual la deuda pública PIB ha disminuido, ubicándose en 55.7 por ciento al mes de junio (56.6 por ciento del PIB a diciembre 2023), indicó.
Entre los riesgos que el BCN identifica para sus perspectivas económicas figuran los choques por conflictos geopolíticos que deriven en aumentos en los precios del petróleo y los alimentos, generando presiones sobre los precios domésticos y un ciclo de normalización más gradual de la política monetaria global, lo que pudiera desacelerar la dinámica de producción mundial y afectar las exportaciones.
En el país, también persisten los riesgos relacionados con los eventos climáticos, que pueden incidir sobre la evolución de variables macroeconómicas, explica.