La primera vez que Luisa Cristina Ordónez tuvo que exiliarse era una niña. Eran los años 80 y salió de Nicaragua con su familia rumbo a Costa Rica. Ahí descubrió el teatro. “Fue mi profesora de tercero o cuarto grado quien me enseñó el amor al teatro. Ahí me encantó y a los 13 años empecé a hacer teatro con unos compañeritos”, recuerda. Ahora, la nicaragüense, en su segundo exilio tiene un grupo de teatro, DramAzul, que ha realizado algunas presentaciones en Miami.
Ordóñez, de 50 años, estuvo cinco años en Costa Rica y luego migró de forma irregular hacia Estados Unidos donde vivió por cinco años. Luego, regresó a Nicaragua. Tenía 16 años, terminó su secundaria y comenzó sus estudios de arquitectura en la Universidad Católica (Unica) y ahí formó parte del grupo de teatro llamado “Las Tablas”, pese a que su madre no le gustaba la idea de que su hija hiciera teatro. “Para mi mamá el recuerdo del teatro en los 80´s era el que se usaba para adoctrinar a los jóvenes y por eso no estaba de acuerdo”, cuenta.
Terminó su carrera universitaria y en el año 2005 se reunió con los integrantes de ese grupo de teatro y su director teatral y así se formó DramAzul. Aunque el grupo se enfocó en las comedias clásicas como “El médico a palo” y “400 causas para pedir divorcio”, lograron presentarse en el Teatro Nacional Rubén Darío e hicieron una pequeña gira en Nicaragua en donde se presentaban en distintos lugares.
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Su segundo exilio y el resurgir de DramAzul
En el año 2018, a raíz de la crisis sociopolítica en Nicaragua, Ordóñez se exilió nuevamente. Se fue a Estados Unidos y ahí empezó a ir a talleres teatrales en Miami. “Mi sueño siempre fue sacar a DramAzul de gira fuera de Nicaragua y vi que esa era mi oportunidad”, asegura la actriz.
Así, Ordóñez Briones dio con el Artefactus Cultural Center, un teatro que promueve el teatro y la cultura hispana en Miami. De ahí surgió la idea de sacar al grupo teatral de Nicaragua. “Contacté al director, vimos quiénes tenían visa y quiénes no y empezamos a andar el proyecto”, cuenta. Para quienes no tenían visa, Luisa Ordóñez buscó actores teatrales en Miami para suplir sus personajes.
Con la ayuda de estos actores que radican en Miami igual que ella, montaron escenografía, hicieron publicidad, se encargaron del detrás de escena y los ensayos eran virtuales. Así han logrado presentar las obras de comedia en Estados Unidos. Entre 2022 y 2023 han hecho alrededor de ocho presentaciones en el Artefactus Cultural Center.
Para Luisa Ordóñez, esto fue un logro importante porque “hemos dado a conocer que Nicaragua también tiene desarrollada la parte artística al igual que otros países, nosotros no estamos atrás, hay talento en nuestro país”, afirma la nicaragüense.
Pese a que es una apasionada del teatro, aún no vive de esto, pues trabaja como gerente de apartamentos. “Siempre he pensado que debo tener un trabajo estable y así poder costear el teatro y no dejarlo de lado”, asegura.
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Planes a futuro
El grupo de teatro pretende tener su propio espacio físico en el cual se puedan impartir clases de teatro y folclor en colaboración con el Ballet Folclórico Nicaragüense Azul para todas las personas y nacionalidades que así lo deseen. Asimismo, pretende realizar más funciones en el teatro de Miami y llegar a más personas por medio de DramAzul.
Para la actriz granadina, es importante que el grupo de teatro no solo presente sus obras de teatro, sino que pretende crear un centro de ayuda para los migrantes nicaragüenses que lleguen a Estados Unidos tengan las herramientas en información necesaria para vivir en ese país. “Sería como una adecuación cultural de la gente que viene, decirles donde pueden aprender inglés, sitios donde pueden encontrar trabajo, darles también acompañamiento psicológico”, asegura la actriz.