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¿Qué es eso?, preguntó “Lorena” sin siquiera tornar a ver a su hija “Nela” cuando le habló del programa de migración que le habían compartido por WhatsApp.
Su hija insistió: “Oí esto mamá, se llama Movilidad Segura”. Y leyó apresuradamente y en voz alta la información, sin prestar atención a pausa alguna. La madre siguió atendiendo su teléfono y comentó con desgano: “Ya está haciendo hambre”.
“Nela” suspiró con impaciencia y elevando la voz le tocó el hombro a la mamá para que le pusiera atención: “Significa que podemos irnos a Estados Unidos con los gastos pagados y en avión”.
Madre e hija llevaban meses hablando y planificando viajar a Estados Unidos desde que un pariente se fue por tierra y logró asentarse allá en 2022. Habían contemplado la posibilidad de buscar patrocinadores para viajar con parole, pero no tenían familia ni conocidos residiendo legalmente allá.
“Nela” tuvo que releer una y otra vez la información y detallarle las ideas del programa migratorio a su madre, quien ahora si la veía con cierta incredulidad y emoción: “¿Será posible? “Se ve demasiado bueno para ser verdad”, decía la señora con suspicacia.
Ambas son nicaragüenses que migraron a Costa Rica en 2019. Primero salió “Nela”, hoy de 25 años, ex estudiante de Diseño Gráfico de la extinta Universidad Politécnica a quien la policía sandinista le giró orden de captura por participar en las protestas de abril de 2018.
Por vereda a Costa Rica, en avión a Ohio
Luego su madre la siguió junto a su hijo menor, Roberto, de 13 años actualmente, mientras en Nicaragua quedó el marido de Lorena, quien se niega a exiliarse.
Salieron por veredas y estuvieron unos días en un albergue temporal de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), donde les brindaron asesoría legal, apoyo sicosocial y ayuda humanitaria junto a dos organizaciones no gubernamentales.
La familia nicaragüense se radicó en San José un año, pero tres asaltos después decidieron mudarse a Alajuela, donde rentaron un humilde apartamento de dos habitaciones. Estaban allí cuando a “Nela” le compartieron el anuncio del programa de Movilidad Segura en julio del año pasado.
Pese a llevar casi cuatro años en Costa Rica, haciendo labores de todo tipo para sobrevivir, no habían progresado ni económica ni socialmente. Apenas lograban lo del alquiler del apartamento y los gastos de la casa y los estudios del menor.
“Nela” no pudo continuar sus estudios de Diseño Gráfico que abandonó en Nicaragua y logró trabajar en algunas tiendas y sodas del cantón central de Alajuela, mientras “Lorena” logró varios empleos de doméstica “con dormida adentro” y limpieza de casas por horas.
Cuatro meses después de haber recibido la información del programa estaban en un pequeño apartamento de dos habitaciones, adaptándose al frío y aprendiendo inglés.
Ahora residen en una ciudad pequeña de Ohio y desde allá no tiene más que palabras de gratitud hacia las personas que les ayudaron a aplicar al programa de Movilidad Segura.
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Destierros y oportunidades migratorias
El tema del programa migratorio Movilidad Segura saltó a las portadas internacionales de noticias luego de que la dictadura familiar Daniel Ortega y Rosario Murillo desterrara, una vez más, a otro grupo de nicaragüenses.
La mañana del 5 de septiembre pasado, las redes sociales y los portales de los medios digitales de Nicaragua y Centroamérica se despertaron con la noticia de que 135 nicaragüenses que estaban como prisioneros políticos o desaparecidos bajo la administración sandinista, habían sido montados en un avión y desterrados a Guatemala.
Lo del destierro de nicaragüenses por parte del régimen ya es noticia común desde que en febrero de 2023 excarcelaron 222 presos políticos y los mandaron en avión a Estados Unidos.
Esta vez, pasado el clímax de la noticia y los raudales de datos, testimonios, análisis y condenas por la acción aberrante de los Ortega y Murillo, Estados Unidos salió al paso de la pregunta que ya se empezaba a forjar entre quienes seguían el terrible evento del destierro: ¿Qué va pasar con los 135 desterrados?
En una conferencia de prensa al día siguiente del suceso, Eric Jacobstein, Subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, explicó las opciones migratorias de los 135 nicas que acababan de quedar sin patria.
En principio, aclaró que todos ellos tendrían un plazo de 90 días en Guatemala para planificar su futuro; Jacobstein anunció que los excarcelados, junto con sus familiares, tenían la posibilidad de acceder a “vías legales” si decidían reasentarse en Estados Unidos.
Refugio en EE.UU. mediante Movilidad Segura
El gobierno estadounidense ofreció un “procedimiento acelerado de refugio” para estos individuos y sus familias a través del programa de refugiados Movilidad Segura.
“Con respecto a este grupo, durante el último año y medio, nuestro proceso de admisión de refugiados se ha expandido en Guatemala”, afirmó Jacobstein, subrayando que los excarcelados también podrían optar a “otras vías legales” si lo preferían, como el parole humanitario o la reunificación familiar si tenían parientes en Estados Unidos.
El Subsecretario también indicó que funcionarios de Guatemala y Estados Unidos, con el apoyo de agencias como ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), estarían en contacto directo con los excarcelados para asesorarlos con las opciones disponibles.
“Tienen esta opción para postularse dentro del programa de admisión de refugiados de Estados Unidos”, explicó, mientras abría la opción de gestionar residencia en Guatemala o explorar otros destinos alternativos.
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La opción de la lejana España
La familia de “Félix P” aplicó al programa de Movilidad Segura en agosto del 2023 y en marzo viajó a su nuevo destino a Estados Unidos.
Son cuatro miembros y tuvieron la suerte de poder elegir un destino distinto a Costa Rica. A ellos los contactó directamente la oficina de ACNUR en San José y les ofreció como destino España.
Con muchas expectativas, la familia asistió a una entrevista presencial en San José. Al mes siguiente, recibieron una llamada de OIM, preguntándoles si estarían dispuestos a trasladarse a España.
El país europeo les pareció demasiado lejos y creyeron que les planteaba una ruptura cultural y geográfica demasiado brusca.
“En Costa Rica, aunque pasamos muchas dificultades, al menos tenemos conocidos, la comunidad nicaragüense es grande y uno se siente en contacto con el país, además hemos hecho amigos y hemos logrado vernos con algunos familiares que tenemos en Nicaragua”, relató “Félix”, un exactivista político que salió de León en 2021.
Recuerda que la sola idea de mudarse a España les generó mucha inquietud y decidieron no seguir con el proceso.
Un nuevo destino asoma: EEUU
A inicios de noviembre los llamaron otra vez de OIM y les informaron que también existía la posibilidad de viajar a Estados Unidos, aunque advirtieron que sería una gestión más compleja.
Cuando les mencionaron la nueva opción, respiraron con más tranquilidad: “No es que nos creamos gringos, pero Estados Unidos es el mismo continente y los nicas tenemos más apego y conocimiento que de España u otro país de Europa”, dijo el exiliado político.
“Félix” y su familia aceptaron continuar el proceso.
Una vez que consintieron, la OIM los convocó nuevamente a San José para una serie de entrevistas, exámenes médicos y capacitaciones culturales para prepararlos a vivir en Estados Unidos.
“Nos fuimos todos a San José. Nos hospedaron en un hotel por 10 días, nos realizaron varias entrevistas extensas y hablamos con los agentes de migración de Estados Unidos”, recuerda “Félix”.
Así funciona el proceso de Movilidad Segura
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), la agencia federal encargada de supervisar la inmigración legal a ese país es responsable de procesar las solicitudes de refugio que ACNUR y OIM remiten al programa de Movilidad Segura.
Ellos investigan a los solicitantes de refugio y filtran toda la información a través de las agencias de Seguridad de EE.UU., como DEA, FBI, CIA y Departamento de Seguridad Nacional.
Una vez que pasan los filtros de seguridad, los aprueban y envían los expedientes de los refugiados entre agencias no gubernamentales de reasentamiento que se dedican a buscar alojamiento y condiciones para trasladar a los seleccionados.
A las personas que no poseen documentos de viaje, les consiguen un documento provisional y los enlazan con contactos que los esperan en los aeropuertos de escala, hasta ubicar a las familias o individuos beneficiados en sus apartamentos.
Las casas o apartamentos son acondicionados previamente con muebles, enseres y ropas de cama para recibir a los refugiados, mientras un asesor de la agencia de reasentamiento lo acompaña en los primeros meses de adaptación y en los trámites de papelería legal.
Lea además: Nicaragüenses en Costa Rica ya pueden aplicar al programa Movilidad Segura
La dura entrevista con USCIS
“Félix” recuerda que la entrevista con los agentes de USCIS fue particularmente extensa y dramática.
“Nos preguntaron de todo y fue traumático porque tuvimos que revivir algunas experiencias difíciles de nuestra huida y en algún momento sentimos que no nos creían lo que decíamos. Contar todo el dolor y el sufrimiento y ver que no nos creían, nos afectó emocionalmente”, recuerda “Félix”.
“Salimos de esas entrevistas con pocas esperanzas de viajar. La agente que nos tocó insistió en qué nos podía pasar si regresábamos a Nicaragua. Yo les decía que me podían echar preso, torturarme o matarme. Y ella insistía ¿Por qué harían eso si usted dice que no ha cometido crímenes allá?”, relata.
Al regresar a su provincia se prepararon para seguir su vida en Costa Rica y pasar la página, pero cuatro días después de las entrevistas y exámenes médicos en San José recibieron un correo de USCIS que decía “aprobada su solicitud de refugio”.
En el correo le informaron que tendría que esperar al menos cuatro meses para viajar, que debían mantenerse pendientes de las comunicaciones, saludables y preservar los términos del trámite en confidencialidad.
Antes de los cuatro meses “Félix” y su familia ya estaba en un avión rumbo a un estado del noreste de Estados Unidos.
La agencia de reasentamiento les proporcionó los boletos, con un crédito a tres años que les permitió abrir una cuenta bancaria para pagar el costo del transporte.
Además, les garantizan alojamiento durante seis meses, subvenciones para alimentos y un seguro médico por un año y capacitación técnica para optar a un empleo en la comunidad donde les tocó.
Ahora ya generan recursos para costear sus propios gastos, mientras sus hijos continúan con la educación gratuita en secundaria.
Una vía hacia la Green Card
La historia del programa Movilidad Segura surgió en 2023 como una respuesta humanitaria de EE. UU. a las crisis migratorias y de refugiados que afectan a diversos países, particularmente en América Latina.
El programa, impulsado principalmente por Estados Unidos y en colaboración con organismos internacionales ACNUR y la OIM, tiene como objetivo brindar vías seguras y legales para que personas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes vulnerables puedan reasentarse en otros países sin tener que recurrir a rutas peligrosas o ilegales.
Movilidad Segura fue diseñado para ofrecer una solución temporal a las crecientes olas de migrantes y refugiados que, huyendo de la persecución política, la violencia y la pobreza en sus países de origen, se encuentran atrapados en situaciones precarias en países como Costa Rica, Colombia, Ecuador y Guatemala.
En particular, ha sido fundamental para los refugiados nicaragüenses, venezolanos y, más recientemente, guatemaltecos y ecuatorianos.
La iniciativa se lanzó en junio de 2023 y estaba enfocada en brindar durante seis meses reasentamiento a personas que ya se encontraban en situaciones de refugio o en procesos de solicitud de asilo en Costa Rica, Colombia, Guatemala y otros países de acogida.
Las personas beneficiarias debían cumplir con criterios específicos, como haber sido reconocidos como refugiados o solicitantes de asilo, y contar con un historial verificable de vulnerabilidad y amenaza o riesgo de sufrir daños en su país de origen.
Fecha límite: diciembre de 2024
ACNUR y OIM procesan los casos de los migrantes y una vez aceptados en el programa y verificados sus casos, los remiten a entrevistas con USCIS y o autoridades migratorias de los países asociados, como España y Canadá que reciben a venezolanos y nicaragüenses.
Cuando el programa finalizó en diciembre del año pasado, Estados Unidos lo extendió por un año más hasta concluir en diciembre de 2024.
El éxito del programa ha sido notable en cuanto a la seguridad que ofrece a quienes participan, ya que evita que las personas se vean obligadas a arriesgarse a través de rutas peligrosas o bajo la explotación de redes de tráfico de personas.
Uno de los aspectos más destacados es que, una vez en el país de destino, como Estados Unidos, los refugiados pueden optar a la residencia permanente (Green Card) tras un año de estancia y, posteriormente, a la ciudadanía después de cinco años si cumplen con los requisitos legales.
Impacto y críticas de Movilidad Segura
Aunque el programa Movilidad Segura ha sido un éxito para muchos, también ha enfrentado críticas debido a la lentitud del proceso y la limitada cantidad de beneficiarios en comparación con el número total de solicitantes.
Los datos de solicitantes a la fecha no son públicos por razones de seguridad, pero un reporte preliminar del Departamento de Estado del año fiscal 2024 (1 de octubre al 31 de julio), precisaba que 74,742 migrantes habían viajado de todas partes del mundo como refugiados admitidos en EEUU.
De ellos, los nicaragüenses suman apenas 2,340, distribuidos en los 51 Estados de EE.UU.
El sistema de Movilidad Segura es un plan especial que agiliza el proceso de refugio que existe en Estados Unidos desde inicios de los años 80.
En condiciones ordinarias, un proceso de refugio toma de dos a cinco años para ser admitido en Estados Unidos bajo el Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP).
El USRAP es administrado por el Departamento de Estado (Estado) en cooperación con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Gratitud ante la nueva oportunidad
LA PRENSA habló con diez familias nicaragüenses beneficiarias del programa de Movilidad Segura, en España y EE.UU., quienes dan testimonio de la generosidad del proyecto.
Este programa de refugio les ha garantizado alojamiento por un período mínimo de tres meses con opciones de hasta doce meses; además han tenido acceso a alimentación, clases de inglés y asistencia en la búsqueda de empleo a través de agencias de reasentamiento.
Ninguna de las familias contactadas para este reporte ha aplicado aun a la petición de la residencia permanente, tampoco han solicitado un reasentamiento en otra ciudad y salvo una de ellas que denunció discriminación racial y acoso en un suburbio de Detroit, las otras han estado satisfechas con las condiciones de su refugio.