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Entre los atletas, familiares y cercanos le llaman “El Mua”, porque es la única palabra que Carlos Alberto Castillo puede pronunciar. Él nació con parálisis cerebral y cuando su madre lo llevó a pasar consulta porque le notaba acciones extrañas para un bebé, los médicos le dieron ese diagnóstico y le dijeron que no podría caminar nunca en su vida.
Aquel trágico pronóstico quedó en el olvido. Carlos Alberto ahora es capaz de correr los 400 metros planos en 59:35 segundos. Esa fue su marca en esa prueba en los pasados Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, en los que quedó en quinto lugar de las semifinales. Mientras que en la prueba de 1,500 metros quedó en sexto lugar con un tiempo de 4 minutos y 54 segundos.
Carlos Alberto ha representado a Nicaragua en varios eventos internacionales como para-atleta, es decir, como un atleta con capacidades diferentes. Ha ganado medallas de oro a nivel centroamericano y panamericano, y es reconocido como uno de los mejores velocistas del para-atletismo de la región.
Un atleta que entrena con él y que solicita no revelar su nombre por temor a perder el apoyo del Instituto Nicaragüense de Deportes (IND) controlado por la dictadura de Daniel Ortega, describe a Carlos Alberto como una persona tenaz, de mentalidad fuerte y que le gusta encarar los retos. Es muy alegre. Le encanta viajar y conocer nuevos lugares, algo que el deporte le ha permitido desde que era jovencito.
“Como atleta es bien disciplinado. Recuerdo que una vez que vino de un torneo en Perú y que ganó una medalla de oro, al siguiente día ya estaba entrenando. Decía que tenía que mejorar su tiempo”, señala el atleta, quien admira de Castillo su dedicación al deporte.
Actualmente, Carlos Alberto se encuentra en París en donde representará a Nicaragua nuevamente en sus segundos Juegos Paralímpicos. Él es el único para atleta que competirá por el país en estos juegos. Su participación está programada para el martes tres de septiembre en la categoría T38, asignada para corredores con parálisis cerebral. Hasta este momento no está definida la hora de su competencia.
Según el sitio web oficial de Paris 2024, Carlos Alberto tiene dos frases con las cuales se inspira: “Entrenar con dedicación, disciplina y confianza para alcanzar mis metas” y “trabajar duro y en silencio para que el éxito haga ruido.”
Parálisis cerebral
Carlos Alberto Castillo nació el siete de mayo de 1994 sin poder mover la parte derecha de su cuerpo. Tampoco balbuceaba como lo hacen todos los bebes, además que tenía comportamientos que no eran habituales. Esto despertó alarmas en su madre, doña Máxima Castillo Pérez, y decidió llevarlo donde un médico para que lo valorara.
Carlos Alberto tenía siete meses de nacido cuando su madre lo llevó a pasar consulta. Los médicos le explicaron que tenía una lesión en la parte derecha del cerebro y que padecía de parálisis cerebral. “Me dijeron que solo un milagro lo haría caminar”, contó ella misma a Gráficos Deportivos, una plataforma dedicada a contar historias de deportistas.
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Inconforme con el pronóstico de que su hijo no caminaría, doña Máxima visitó a varios especialistas en movilidad y finalmente, a los dos años de edad, Carlos Alberto pudo empezar a mover sus extremidades derechas y dio sus primeros pasos. También acudió donde un logopeda, que es un especialista en terapia de lenguaje, porque Carlos Alberto no podía hablar.
Con el logopeda empezó a gesticular letras hasta que logró decir la única palabra que pronuncia hasta el día de hoy: “mua”. Y con el tiempo aprendió a comunicarse con lenguaje de señas.
En medio de sus limitaciones, Carlos Alberto creció con normalidad en el barrio Acahualinca, de Managua. Estudió en un colegio llamado Melania Morales, y ahí empezó a correr cuando tenía ocho años de edad. Según contó su madre, fue a esa edad que participó en una competencia de cinco kilómetros y ganó el primer lugar.
Tiempo después, cuando estaba en la adolescencia, Carlos Alberto se la pasaba jugando futbol y un día, en un campo de Acahualinca, un entrenador de atletismo le recomendó que empezara a entrenar para correr porque le veía potencial. Él aceptó y una vez que corrió en la pista, ya no volvió a salir de ella.
“Para mí solo era un juego. Mi susto fue cuando vino a la casa y me dijo que iría a competir a Argentina. Yo no le creía, pero vino el entrenador y me dijo que el Mua es bueno y que fuéramos al Instituto de Deportes a realizar el papeleo”, relató su madre.
Campeón
A sus 30 años, Carlos Alberto ha sido campeón nacional y centroamericano. Ha participado en varios eventos en los últimos diez años. Inició oficialmente en el para-atletismo en el año 2013 cuando participó en los Juegos Panamericanos Juveniles en Argentina y ganó bronce en las pruebas de 100 y 400 metros, mientras que en 200 metros consiguió una plata.
Dos años más tarde corrió en las mismas pruebas en el Abierto de Para-Atletismo en El Salvador y obtuvo tres medallas de oro. También estuvo en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y obtuvo un bronce en la prueba de 400 metros.
Otra competencia importante en la que estuvo fue en la Copa Mundial de Para-Atletismo en Londres, en el año 2017, y aunque no consiguió medalla, quedó en la posición número 13 de los 200 metros, y de número 16 en los 800 metros.
En 2022 participó en el Abierto de Para-Atletismo en Lima, Perú y obtuvo la medalla de oro en la prueba de 1,500 metros. Esa ha sido su mejor participación a nivel internacional hasta la fecha.
Este año incluso participó en un Gran Prix de Para-Atletismo en México en donde consiguió medalla de plata en 1,500 metros y el cuarto lugar en 400 metros.
En Paris 2024, Carlos Alberto participará en la prueba que más se siente cómodo que son los 400 metros. Según el atleta que entrena con él, Carlos Alberto se ha preparado muy bien para su participación y la marca personal de 59:35 que marcó en Tokio 2020 ya la ha superado en entrenamientos. “Ahorita él anda haciendo los 400 metros en poco más de 58 de segundos. Casi bajando a 57 ya”, señala.
El pasado sábado 24 de agosto, Carlos Alberto viajó hacia Paris y el miércoles 28 se le vio desfilando con la bandera de Nicaragua en la inauguración de los Juegos Paralímpicos, los cuales tradicionalmente se celebran después de los Juegos Olímpicos.
“Antes de irse nos vimos en el IND para darle ánimos y él iba con el sueño de poder ganar una medalla en los Juegos Paralímpicos. Eso es como lo máximo a lo que puede aspirar un atleta”, comenta la persona que entrena con él.
Entre sus conocidos y cercanos, Castillo ha comentado que una vez que se retire quiere entrenar a niños y jóvenes con capacidades diferentes para que salgan adelante, así como él lo ha logrado. Según su compañero del IND, Castillo podría retirarse después de los próximos Juegos Panamericanos que serían en 2028, en Los Ángeles. “Ya está avanzado en edad. Tiene 30 años. A esa edad como atleta uno ya se va sintiendo pesado, cuesta más recuperarse de las lesiones. Eso él lo sabe”.