La Iglesia católica de Nicaragua, particularmente la Diócesis de Matagalpa, vive una intensa crisis de persecución que se intensificó entre el 1 y 2 de agosto cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó la detención de siete sacerdotes —incluidos dos monseñores—, la mayoría pertenecientes a la jurisdicción que administra monseñor Rolando José Álvarez, excarcelado y desterrado a Roma.
Martha Patricia Molina, investigadora y autora del informe Nicaragua ¿una Iglesia perseguida?, denunció que “la mayoría de los curas secuestrados fueron llevados con violencia y algunas propiedades, como las casas curales, fueron allanadas y se robaron los equipos como computadoras y celulares”.
Inicialmente se reportó entre los detenidos al sacerdote Antonio López, párroco de la iglesia Nuestro Señor de Veracruz; a los frailes Edilio Javier Cruz y Francisco Tercero Gómez, quienes pertenecen a la Orden de Frailes Menores (OFM); y el diácono Ervin Aguirre. Sin embargo fuentes eclesiásticas afirmaron que ellos no fueron detenidos, pese a que sus nombres circularon en la lista.
Los sacerdotes detenidos
El 26 de julio, el sacerdote Frutos Constantino Valle Salmerón, nombrado por el Vaticano en enero de 2023 administrador ad omnia (a todo) de la Diócesis de Estelí, fue detenido por la Policía de la dictadura orteguista.
El padre, a solo tres meses de cumplir 80 años, fue trasladado al Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima, ubicado en Managua.
La detención del sacerdote Valle Salmerón ocurrió horas después que se conociera la cancelación de ordenaciones sacerdotales en la Diócesis de Estelí.
Monseñor Ulises René Vega Matamoros antes de ser nombrado párroco de la iglesia San Ramón Nonato, en Matagalpa, había fungido como vicario parroquial de la Catedral San Pedro, bajo la administración de monseñor Jorge Solórzano. El 10 de julio de 2021, el ahora obispo desterrado a Roma, monseñor Rolando José Álvarez, lo nombró párroco de esa comunidad.
A finales de agosto, monseñor Vega, quien se desempeña como vicario judicial y canciller de la Diócesis de Matagalpa ante la ausencia del obispo Álvarez, celebrará el 18 aniversario de su ordenación sacerdotal.
Fue secuestrado el 1 de agosto en la parroquia.
Monseñor Edgar Sacasa Sierra, vicario de la Pastoral de la Diócesis de Matagalpa y párroco de la iglesia San Isidro Labrador, cumplirá el próximo 30 de octubre 31 años de vida sacerdotal.
Fue detenido por oficiales de la Policía orteguista el 1 de agosto.
El padre Jairo Pravia es párroco de la iglesia Inmaculada Concepción de María, en Sébaco. El 30 de enero pasado, el religioso cumplió 19 años de administrar el templo.
La última misa que el religioso ofició en el templo fue en horas de la mañana del viernes 2 de agosto. En el rito católico participaron pocos feligreses por el asedio policial y no contó con cantos acostumbrados.
Su detención con violencia ocurrió el 2 de agosto.
El padre Víctor Godoy se desempeñaba como vicario parroquial de la iglesia Inmaculada Concepción de María, en Sébaco, cumplió el pasado 8 de febrero 22 años de vida consagrada a Dios y a su Iglesia, como sacerdote.
Fue detenido junto al sacerdote Pravia el 2 de agosto en las afueras del templo parroquial. Cada 13 de junio el sacerdote celebra un año más de vida.
El sacerdote Marlon Velásquez Flores quien es administrador de la parroquia Santa Lucía en Darío, Matagalpa, fungió como rector de la Universidad Católica Juan Pablo II. Fue detenido, según reportes de ciudadanos, el 2 de agosto por oficiales de la DOEP, conocidos como antimotines, en una camioneta blanca y sin placas.
El religioso nació el 6 de mayo de 1975, en Sébaco, y es el cuarto de cinco hermanos. En sus primeros años de juventud trabajó como mecánico y siempre ha sido aficionado al futbol. En 1993 inició sus primeros estudios en Teología y Filosofía y el 5 de mayo de 2001 fue ordenado sacerdote.
El sacerdote tiene un doctorado en Antropología Teológica por la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma, con tesis sobre dignidad del indígena.
Fray Silvio Josué Romero Juárez, perteneciente a la Orden de Frailes Menores (OFM), fungió como vicario de la Catedral Metropolitana de Managua y antes de 2018 fue docente en la Universidad Centroamericana (UCA), de la Compañía de Jesús. En junio de 2019, Romero denunció la presencia de policías “vestidos de civil” que tomaban y hacían fotografías a los feligreses y sacerdotes.
En abril pasado, fray Romero cumplió 35 años de vida sacerdotal. El fraile de la Diócesis de Chontales, según publicaciones de la parroquia San Francisco de Asís de esa jurisdicción, participó el 1 de agosto en el rito católico del responso y bendición de la tumba de fray Domingo Gatti, por parte del definidor provincial de la Orden Franciscana, Fray Marvin Guillen.
El sacerdote de origen mexicano, Raúl Villegas, es párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en Matiguás.