Tras la detención y el destierro de monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo se ha ensañado con esa jurisdicción a tal punto de dejarla en crisis funcional.
La investigadora y autora del Informe: Nicaragua ¿Una Iglesia Perseguida?, Martha Patricia Molina, reveló que de 70 sacerdotes con los que contaba la Diócesis hoy sólo quedan 22 activos, es decir que esa jurisdicción se ha quedado sin el 68.57 por ciento de sus religiosos.
Los 70 sacerdotes que conformaban la Diócesis, entre franciscanos y diocesanos, 57 son nicaragüenses y 13 extranjeros.
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Molina en declaraciones a LA PRENSA aseguró que el ensañamiento de la dictadura contra la Diócesis de Matagalpa demuestra que “tiene odio y ve como un hombre peligroso al obispo Álvarez, titular de la Diócesis de Matagalpa. Desterrado y desnacionalizado, sin presencia física y en total silencio, auxiliado por la oración y enfocado únicamente en el proyecto de evangelización de su Diócesis”.
A su vez apuntó que el régimen, con las acciones ilegales, arbitrarias e inconstitucionales en contra de los religiosos de la Diócesis de Matagalpa “lo único que demuestra es que sobre ella no quiere dejar piedra sobre piedra. Quiere desaparecer la presencia física de la iglesia católica en esa zona y obviamente robarse todas sus propiedades”.
La investigadora, una de las siete personas en el mundo en haber recibido el Premio Internacional de Libertad Religiosa, otorgado por la Oficina Internacional de la Libertad Religiosa del Departamento de Estado de Estados Unidos 2024, destacó que monseñor Álvarez “en silencio está haciendo lío, y con este me refiero a un lema católico. Durante la durante la Jornada Mundial de la Juventud de Río en 2013 el Papa Francisco dijo: “¡Hagan lío! ¡Quiero lío en las diócesis, quiero que la Iglesia salga a la calle!”. Álvarez en completo silencio continúa haciendo lío en su evangelización”.
Sólo cuenta con el 31 por ciento de sus sacerdotes
Del total de los curas de la Diócesis norteña, 30 sacerdotes se encuentran en el exilio, como consecuencia de la persecución del orteguismo, muchos tuvieron que huir para evitar ser encarcelados, a otros la dictadura Ortega-Murillo les prohibió retornar al país, y otros fueron encarcelados, despojados de su nacionalidad y desterrados a Estados Unidos y Roma, en el último destino, donde se encuentra monseñor Álvarez.
Cuatro sacerdotes de los 70 han fallecido en los últimos años; mientras que dos son padres jubilados y continúan celebrando misas y otros sacramentos.
Actualmente, cinco de los sacerdotes fueron detenidos, dos de ellos bajo arresto domiciliar en el Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima, y tres presuntamente en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) Evaristo Vázquez mejor conocido como el nuevo Chipote.
Solamente 22 sacerdotes se encuentran ejerciendo su vocación sacerdotal en sus parroquias.
“Actualmente la Diócesis de Matagalpa cuenta con 22 sacerdotes para atender la Catedral San Pedro Apóstol, 28 parroquias, y cientos de comunidades distribuidas en 6804 km cuadrado y que según el Anuario Pontificio 2022 la Diócesis tenía a fines de 2021 un total de 615,685 fieles bautizados”, apuntó Molina.
Sobre los religiosos que aún continúan ejerciendo su ministerio sacerdotal aseveró que “todos están vigilados y asediados por policías y paramilitares, muchos de ellos infiltrados. No les ha importado que sean hombres adultos mayores con enfermedades diversas, así los han secuestrado”.
Apuntó que “los curas matagalpinos están viviendo la peor embestida de todos los tiempos. Los fieles están temerosos, pero unidos en la oración. Sin abandonar a sus pastores e informando las arbitrariedades que observan”.