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El mito del malvado imperio español

Al mito abordado el lunes pasado del indio feliz le acompaña el mito del malvado imperio español; el que sostiene que a raíz del descubrimiento los indios fueron brutalmente sometidos o diezmados por la codicia de un imperio y forzados, a punta de espada, a convertirse al cristianismo.

Puede sonar curioso, pero en muchos aspectos los conquistadores fueron liberadores de los indios. Millones estaban bajo el yugo y el terror de imperios o tribus despiadadas. Hernán Cortés pudo derrotar el gran ejército de Moctezuma precisamente por el apoyo de los indios tlaxcaltecas y olmecas oprimidos por los sanguinarios aztecas. Los conquistadores libraron a los indios de sus masivos y terribles sacrificios humanos, producto de cultos siniestros e inhumanos y también de las famosas guerras floridas, verdaderas cacerías de hombres.

Es un mito también el de la resistencia indígena

Una nota distintiva de la conquista española es que, a diferencia de otros imperios, movidos exclusivamente por intereses comerciales, tenía una misión espiritual: incorporar a los habitantes de las tierras conquistadas al cristianismo y a su sociedad a través del mestizaje. El imperio inglés, en cambio esclavizó y segregó a los negros de Sudáfrica, imponiendo el “apartheid” y confinó a reducciones a los indios de Norteamérica. Vale citar al respecto al célebre historiador Toynbee refiriendo casi poéticamente el hecho: “Esta comunidad de religión abrió la puerta para los matrimonios interraciales y las dos sociedades se fundieron en una, en la cual… una buena dosis de vino indio había sido vertida en botellas occidentales. La secuela fue diferente, y menos feliz para las sociedades no occidentales que cayeron bajo la influencia del dominio francés, holandés y británico… Aquí no hubo un intento de impartir o recibir nada más que el lado secular de la civilización occidental… los nativos se vieron gradualmente alienados de sus propias culturas ancestrales… El resultado fue un cisma en la sociedad y un sisma en el alma…”

El cristianismo no fue impuesto a espada. Uno de los factores que facilitó su expansión fueron las grandes diferencias, y al mismo tiempo las grandes similitudes, entre la fe cristiana y la indígena. A indios imbuidos de una religión pródiga en dioses crueles y voraces los misioneros les hablaban de un Dios que era amor. A indios, imbuidos del culto a los sacrificios, les explicaban que ese Dios había enviado a su hijo único que muerto en la cruz era la ofrenda perfecta que saldaba con creces las deudas de la humanidad y hacía innecesario seguir sacrificando hombres.

Un suceso que impulsó aún más la evangelización fue la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en 1531. La noticia de que la madre de Dios había distinguido con su aparición a un indito de pura cepa, rompió clichés y derrumbó murallas con más efectividad que mil predicadores. Se obró así uno de los fenómenos de conversión masiva más sorprendentes en la historia de las religiones. Ocho millones de indígenas se bautizaron en la fe católica en los siguientes siete años.

Efecto civilizador y moralizador del cristianismo y de la hispanidad

Gozando, además, del prestigio de los vencedores, les transmitían un mensaje que sonaba hermoso. El Dios encarnado que había dado la vida por ellos, los amaba sin término. No sólo era un amigo, lo cual ya era bastante, sino un padre. Todos, en consecuencia, podían considerarse sus hijos iguales en dignidad a todos los demás. El Dios que predicaban los españoles no hacía distinción entre españoles e indios, hombres o mujeres, ricos o pobres. Los nuevos conceptos seguían cayendo en oídos llenos de asombro. Ese padre Dios también les pedía amarse. Los bienaventurados no eran los ricos y los poderosos, sino los pobres y los humildes.

Sobre el altar los indios veían entre intrigados y admirados al dios de los conquistadores: un hombre semidesnudo y sangrante clavado a un madero; un sacrificado. En la mentalidad indígena estaba profundamente arraigada la necesidad de ofrecer víctimas a los dioses.

Es innegable que durante la conquista la utilización descarnada de los indios para toda clase de faenas fue frecuente y en ocasiones brutal, pero estos hechos hay que balancearlos con otras realidades que los amortiguaron y fueron muy positivas.  El problema es determinar su justa magnitud y su gravedad relativa a las prácticas coloniales de otros imperios, sopesando también sus considerables aportes positivos.

El autor es sociólogo e historiador. Autor de En busca de la tierra prometida. Historia de Nicaragua 1492-2019.

COMENTARIOS

  1. Hace 6 meses

    Francamente que este Humberto Belli ya se pasa. Doy Gracias a Dios que nos libro de este ExMinistro de “Educacion” y fanatico extremista religioso. Es tragicomico pretender minimizar la salvaje, cruenta, abusiva y genocida colonizacion y evangelizacion espanola. Ellos vinieron no para evangelizar, vinieron buscando las gigantezcas riquezas del “nuevo Mundo”, aunque fuera a cambio de unos cuantos miles de ” muertitos ” aborigenes, ademas de violaciones y esclavismo.Los tiempos cambian. Si de todas maneras seriamos “conquistados”, maldigo la hora que fue por los Espanoles y no por los Ingleses.

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