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El exmagistrado sandinista de la CSJ, Rafael Solís. Foto: Archivo LA PRENSA.

Rafael Solís: “No son bienes con orígenes turbios, son confiscaciones políticas”

En entrevista con LA PRENSA, el exmagistrado de la CSJ aseguró sentirse molesto por la confiscación de las propiedades de su mamá y asegura que lleva una vida "austera" en Costa Rica

Después de cinco años de exilio, el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rafael Solís Cerda, reaccionó a la consumación del robo de sus propiedades por parte de la dictadura orteguista y las declaraciones del dictador Daniel Ortega en las que aseguró que los bienes robados provenían del narcotráfico, del crimen organizado y la comisión de otros delitos.

El Instituto Nacional Tecnológico (Inatec) inauguró este viernes la Nueva Escuela Hotel Nicarao en las propiedades confiscadas a la familia Chamorro Barrios y a Rafaela Cerda, mamá del exmagistrado de la CSJ en San Juan del Sur, según anunció la institución en sus cuentas en redes sociales. Según medios de comunicación de la dictadura, la “rehabilitación” de las propiedades confiscadas tuvo una inversión de 10 millones de córdobas.

El pasado 17 de mayo, la Procuraduría General de la República de Nicaragua (PGR), al servicio de la dictadura orteguista, salió en defensa del régimen asegurando que en el país centroamericano no hay confiscación, con base en lo establecido en el artículo 44 de la Constitución Política de Nicaragua que prohíbe esta medida. Al respecto, la institución del Estado justificó el robo de bienes asegurando que se trata de recuperaciones legales derivadas de procesos por narcotráfico y delitos de seguridad ciudadana. Un día después, el mismo Ortega también se refirió al robo asegurando que se trataban de “incautaciones” por lavado de activos.

En entrevista con LA PRENSA, Solís aseguró sentirse molesto por la medida de la dictadura y contra señalamientos que vinculan los bienes de su progenitora, Rafaela Cerda Urcuyo, de 93 años, con delitos como lavado de activos o que llegaron a ser propiedad de la familia Solís Cerda a raíz de las confiscaciones de la década de 1980.

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Rafael Solís renunció como magistrado en enero del 2019. LA PRENSA/ ARCHIVO

Pero Solís no solamente se pronunció sobre las recientes confiscaciones de propiedades de su familia en Nicaragua, sino que también refirió que estos cinco años de exilio han sido difíciles. Sin embargo, aseguró que no tiene comunicación con la dictadura y que no se arrepiente de haber renunciado a su cargo en el poder judicial el 11 de enero de 2019 y de la dictadura.

Solís fue incluido en la lista de 94 nicaragüenses a los que el régimen despojó de su nacionalidad el 15 de febrero de 2023, a quienes señaló de traición a la patria.

Sin embargo, Solís dijo a LA PRENSA que había optado por guardar silencio hasta hoy para evitar mayores arremetidas del régimen y que actualmente se dedica a realizar trabajos como consultor legal en Costa Rica

El Instituto Nacional Tecnológico (Inatec) inauguró este viernes la Nueva Escuela Hotel Nicarao en las propiedades que el régimen confiscó el 29 de enero a su mamá y a la familia Chamorro Barrios. Esto se dio poco después que Daniel Ortega dijera que las propiedades confiscadas tienen origen en el narcotráfico y crimen organizado. ¿Cómo valora esta medida y estas aseveraciones de Ortega?

Estoy bien molesto. (Ortega) trata de vincular una cosa con otra y no tiene nada que ver, a como dijeron algunas personas en su momento. No quise dar declaraciones para no afectar a mi mamá y ya viste que aun así le confiscaron la casa en Managua.

La propiedad de los Chamorro Barrios es históricamente de Pedro Joaquín (Chamorro Cardenal) y de doña Violeta Barrios. La propiedad de mi mamá (el Hotel Casablanca) era de Francisco Urcuyo (expresidente de Nicaragua por unas horas luego que Anastasio Somoza Debayle renunciara el 17 de julio de 1979), quien era primo hermano de ella. Mi mamá se la terminó de pagar a mi tío cuando ganó doña Violeta y también pagamos al Banco Nacional unas supuestas mejoras que le hizo a la propiedad.

Lea además: Dictadura inaugura “escuela de hotelería” en propiedades confiscadas en San Juan del Sur

En 1999 yo le vendí mi parte a mi mamá para que pusiera su hotel. Pero son propiedades familiares con muchos años que no tienen que ver nada con cosas ilegales, mal habidas, de lavado de dinero, de narcotráfico o de crimen organizado y mucho menos de la tal llamada piñata. Son propiedades de la familia.

Ahora (Ortega y Murillo) quieren aparecer inaugurando un hotel y una escuela de hotelería como si fueran obras realizadas por ellos con bombos y platillos, cuando la realidad es que lo que hicieron fue medio pintarlas y remodelarlas. Aun así, fueron confiscadas.

Hotel Casablanca, propiedad de Rafaela Cerda. Foto: Inatec.

Y es más injusto porque, todavía que ellos se hubieran limitado a la lista de las 94 personas desnacionalizadas o de los 222 desterrados, uno diría que “está bien”, porque ya nos habían confiscado y borrado de los registros públicos; pero que siguieran confiscando a familiares de esa lista es un abuso total.

Nada tenía que ver mi mamá que nunca se ha metido en nada y solo se había dedicado al hotel. Se casó con un inversionista inglés que invirtió en el hotel y lo hicieron bonito. Después, cuando él murió, ella se regresó a Managua. Pero el hotel y el terreno de al lado siempre han sido de ella. Por eso quería aclarar que no son bienes con orígenes turbios, sino que son confiscaciones políticas.

A mi mamá le quitaron una casa en Managua también y no tenía nada que ver con la mía. Están haciendo muchas cosas y no sé quién los está asesorando. O quizás es el afán de exhibir poder y que parezca que están haciendo obras sociales con esos bienes.

¿Cómo valora usted la situación de las confiscaciones? ¿De qué forma cree que afectarán a los nicaragüenses?

Es un problema serio. Aun en el estudio preliminar que se hizo, hablan de 250 millones de dólares y es parcial porque la cifra es mucho mayor. En los bienes que tengan familias asentadas (a raíz de la confiscación), con un nuevo gobierno, ahí va a ser difícil. En ese caso se va a tener que pagar esos bienes con bonos con gastos públicos que pagan los nicaragüenses. Podrá ser que algunos bienes efectivamente los devuelvan, quizás en algunos casos que sean oficinas. Pero es una carga enorme.

Van a tener que responder a como se respondió en 1990, en una experiencia en la que no aprendieron, cuando se tuvo que pagar 3 mil millones de dólares en indemnizaciones. Ahora quién sabe cuánto va a ser si siguen con en esto. Es algo que deberían de reflexionar porque esto además desestimula la inversión. Es un error.

Los dictadores Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, el martes 30 de abril en el acto por el décimo segundo aniversario de la muerte de Tomás Borge, fundador del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Foto: El 19 Digital

Todavía hay una gran cantidad de propiedades que están confiscadas en los registros públicos, pero que no se ha hecho el desalojo y que no dudo que lo van a hacer a lo largo del año. Definitivamente va a ser un gasto que va a sumar a una deuda pública grande que el país ya tiene.

Ahora están haciendo más difícil todo lo que pueda ocurrir en una etapa posterior cuando llegue el fin de la dictadura, porque están borrando los registros públicos. O van a tener que devolver las propiedades o las indemnizan.

En enero de 2019 usted renunció a su cargo como magistrado de la Corte Suprema de Justicia y al régimen. Poco más de tres años después, en febrero de 2023, la dictadura orteguista lo despojó de su nacionalidad, ¿cómo han sido estos años de exilio, silencio y ahora despojado de la nacionalidad por el régimen?

Ha sido muy duro porque con lo de la lista de los 94 terminaron de quitarme las propiedades, me quitaron mi casa que producía un alquiler y tenía algunas entradas. Ahora todo es trabajar aquí en Costa Rica y aquí estoy viviendo, llevando mi vida austeramente.

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Si ha sido un golpe fuerte porque esa casa mía también se la pagué a don Jaime Tefel en 1992, cuando me la estuvo reclamando y decidí pagársela, aunque también ya se la había pagado al Estado.

¿A qué se dedica actualmente?

Ahora estoy haciendo mis consultorías legales. Acá había problemas para incorporarme como abogado porque tengo más años de la edad de jubilación. Entonces, yo hago los trabajos y los firma otra persona. La ventaja es que tengo familia.

He estado pendiente de la situación de Nicaragua desde Costa Rica, un país que ya conocía porque había estudiado algunos años.

¿Se arrepiente de haber renunciado a la Corte Suprema y a la dictadura?

No, eso no. Eso nunca. Eso lo hice con mucha conciencia y pensando. Claro que pensaba que iba a ser un exilio que terminaría en 2021, porque nunca creí que las elecciones iban a ser como sucedieron. Sinceramente, creí que el exilio iba a ser de dos a tres años.

Pensaba que, aunque no hubiera elecciones en 2021, el hecho de que participara un sector de la oposición podía, por lo menos, institucionalizar alguna presencia opositora y permitir algún proceso de distensión y acercamiento de puntos. No como los partidos colaboracionistas, pero sí que fuera un proceso más abierto. Pero se ha prolongado hasta por seis años.

Pero no me arrepiento y ya ves lo que pasó a partir de octubre con el poder judicial que comenzaron la barrida total.

Fachada de la Corte Suprema de Justicia. LA PRENSA/Archivo

Ahora estoy en oposición (al régimen) pero no milito en ningún partido ni ningún grupo de oposición, aunque tengo buena comunicación y relaciones con ellos. Hay que esperar que se vayan forjando, poco a poco en procesos más abiertos y que se acaben esas rencillas contra muchas personas que fuimos sandinistas y de algunos sandinistas contra personas que fueron liberales o somocistas. Pero bueno, hay que acomodarse al exilio.

Entonces, ¿ha querido participar en grupos de oposición, pero no lo ha logrado porque está el recelo hacia antiguos sandinistas?

En algunos grupos más vinculados con los liberales sí (ha habido recelo), pero en grupos de origen sandinista tengo más vinculación, amistades y personas con las que hablo, pero tampoco me he integrado. Tengo relaciones personales con algunos grupos.

Es que se hicieron dos grandes bloques, uno que se acaba de formar en Estados Unidos y que son grupos en su gran mayoría, me parece, de liberales, de la Contra, conservadores. Y el grupo que tiene más fuerza aquí que es Monteverde, que tiene presencia de integrantes del MRS (Movimiento Renovador Sandinista, ahora Unamos) y varios de los liberales también.

¿Ha pensado en ser parte de Monteverde?

No, pero tengo buena relación con ellos. Lo que no he asumido es un rol político de integrarme a ninguna de las agrupaciones. Pero más bien, por el hecho de llevarme bien con todos estos grupos puedo llegar a ser un puente. Tampoco soy de los que creo que los liberales o los contra son enemigos, si se trata de ir avanzando a un solo frente común y obviamente se tienen que dejar de lado los extremismos o los señalamientos si fuiste responsable de esto o lo otro. Es un proceso que va a tomar su tiempo, pero hay que caminar en eso.

La oposición en Nicaragua, la interna, pues, está muy aplastada y muy reducida. Va a tomar más tiempo en que se pueda reorganizar. Esa es la realidad.

Solís asegura que la oposición nicaragüense debe consolidarse más. Foto: LA PRENSA.

No he querido regresar a esa política activa, pero tampoco soy partidario de una posición radical. Las últimas declaraciones las di hace varios años con aquello de la “justicia restaurativa” (un proceso para resolver el problema de la delincuencia enfocándose en la compensación del daño a las víctimas), que mucha gente me cayó encima. Ahora la “justicia restaurativa” se ha ido permeabilizando más en muchos sectores de oposición. Es una justicia menos dura que la penal y hay que explicarla más.

Pero es un tema que hay que verlo más adelante, porque hay temas más urgentes, como los presos políticos.

Hay quienes lo señalan de ser coautor de la creación de la dictadura, ¿qué respondería a esas personas?

Eso lo siguen diciendo de una gran cantidad de sandinistas que estamos fuera. La verdad es que nosotros creímos en un proyecto de otra naturaleza, de una apertura democrática. Creímos en un socialismo democrático y por eso muchos sandinistas apoyamos las elecciones de 1990 y mantuvimos una actitud más amplia.

En mi caso, estuve más involucrado en la Asamblea Nacional y no formé parte de los organismos de la Seguridad del Estado.

Justicia
El exmagistrado Rafael Solís fue el principal operador político de Ortega en la CSJ. Foto: Archivo 2016 LA PRENSA.

Cuando ellos regresaron (Ortega), la sentencia de la Corte Suprema de Justicia era para la reelección para un período (2011), pero después la mayoría de la Asamblea Nacional la dejó indefinida. Pero la sentencia de la Corte se refería solamente al siguiente período, que fue la que firmamos todos los magistrados, que es lo que nos han estado sacando a cada rato.

Algunas personas señalan que la dictadura de Ortega se venía consolidando desde antes de 2018, ¿por qué renunció hasta que estalló la crisis?

De alguna manera los hechos explotaron en 2018, pero antes de ese año había una relación estable con el gran capital. Había reuniones mensuales con el Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada), tenían una incorporación constitucional a una serie de artículos alrededor del desarrollo económico.

Rafael Solís, Daniel Ortega
Rafael Solis fue padrino de bodas de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La imagen es de 2009. LA PRENSA/Archivo

Había libertades relativas, un poco restringidas. Ya se había notado algunas cosas irregulares en las elecciones de 2016, es cierto lo que decís. Pero la gran explosión fue en 2018 cuando una gran cantidad de personas reaccionaron a esa situación.

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Pero siento que antes de 2018 había posibilidades de mantener una estabilidad y desarrollo económico, independientemente de si había una afectación a la democracia. El crecimiento económico estaba por encima del crecimiento democrático, pero estaba funcionando y había una serie de instancias de diálogo que iban caminando, hasta que se rompió todo con los sucesos que comenzaron en abril que desbordaron los límites.

Luego de su ruptura con el régimen, ¿cómo se han comportado las relaciones en estos cinco años?, ¿hay algún tipo de comunicación con El Carmen?

No, en absoluto. Eso no lo tengo, sinceramente. Esas relaciones se terminaron. Ellos me calificaron de traidor de la patria. Alguna gente dice que cómo es posible esto si yo fui padrino de bodas de ellos dos (Daniel Ortega y Rosario Murillo) y que teníamos buena amistad, pero no. Me parece que hubo un uso excesivo de la fuerza para que ocurriera todo lo que ocurrió en 2018 sin que esto fuera necesario.

Rafael Solís, exmagistrado judicial en una actividad del FSLN. LA PRENSA/ ARCHIVO

Yo tomé mi decisión propia de salirme. Incluso, en algún momento pensé en la política partidaria, pero no me integré a ningún partido. Además, no pienso regresar en ningún momento al sandinismo.

¿Y desde la dictadura nunca han intentado contactarlo?

Hubo algo de eso a través de otra persona, pero no le puse mente y nunca tuve claro si era iniciativa de ellos (Daniel Ortega y Rosario Murillo) o de esa persona, si había buena voluntad o si era para que me regresara y me echaran preso. Por eso no me moví y aquí me quedé en Costa Rica.

Desde octubre de 2023 se registró una “sacudida” al poder judicial, arrestos, despidos y mayor control de la dictadura, ¿qué ha conocido de esta situación?

Tengo algunos contactos ahí, pero no se cómo va a terminar. Sé que ha habido más de 900 despidos, que hay una cantidad de personas que fueron jubiladas, retiradas y sin pagarles. Hay magistrados que los han sacado y no se sabe cómo va a terminar eso. Es una situación que está todavía en proceso. Esto está en proceso y es evidente que en octubre se comenzó a desmoronar lo que quedaba del poder judicial que ya estaba alineado.

Y sobre eso, desde su visión como exmagistrado, ¿si el poder judicial ya estaba sometido por la dictadura, qué fin persigue el régimen para sacudirlo de esta manera?

Hay varios factores. Había mucha gente que no estaba en el partido. Pudo ser por algunas decisiones que no fueron políticas y que se hicieron sin consultarse (al régimen).

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Eso también podría ser porque Rosario Murillo quería tener mayor incidencia en el poder judicial. Hay que ir viendo la situación a medida que se presenten los candidatos a magistrados.

¿Y usted cómo ve el avance de la dictadura?

Yo creo que Murillo va de candidata en 2026, que habrá espacios cerrados y no veo mayor apertura. Hay que ver las elecciones en Venezuela y en Estados Unidos.

Pero la lógica natural es que no se ve a un Daniel de más de 80 años de candidato y que quien irá de candidata es ella (Rosario Murillo). Eso es lo que pienso. Todo apunta a una sucesión dinástica y en 2031, si Rosario estuviera en el poder, quien iría al mando sería Laureano Ortega.

Rosario Murillo, vicepresidenta y primera dama de Nicaragua. Foto: Medios oficialistas

¿Siente algún temor por su vida estando en el exilio en Costa Rica?

Esto es algo que uno siempre tiene por la cercanía (geográfica) porque somos fronterizos. Pero no creo que tomen acciones en contra de muchos nicaragüenses que ya tenemos regularizada nuestra situación y que crearía hasta conflictos de otra naturaleza.

Es un lugar fronterizo y han logrado extraditar a una o dos personas en estos años por delitos de orden común, pero no veo que vayan a tomar decisiones más radicales de agresiones físicas o mandar a matarlo a uno. Para mí que siempre van a apretar más con la familia en Nicaragua y con cuestiones de bienes.

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COMENTARIOS

  1. Hace 3 semanas

    No creo que exista algun parentesco entre la madre de Solís y los Urcuyo Maliaños. ¿Entonces ella se llama Rafael Cerda Urcuyo? Porque el afirma que ella es prima hermana de Francisco Urcuyo Maliaños. Por otra parte, este sujeto es un camaleón que se vende al mejor postor, sin embargo, en esta partida le tocó la peor parte porque el dundo de Ortega y la analfabeta de la Chayo se les “fueron arriba.”

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