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El asilo político que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo otorgó en febrero pasado al expresidente panameño Ricardo Martinelli —condenado en su país a diez años y ocho meses de cárcel por blanqueo de dinero en el caso New Business— sigue generando tensiones entre las relaciones diplomáticas entre Panamá y Nicaragua, al punto que el gobierno de Laurentino Cortizo llamó a José de Jesús Martínez, su embajador en Managua, a consultas.
Martinelli, desde la sede diplomática de Nicaragua que acondicionó a su antojo, sigue haciendo acciones político-partidarias que comparte en sus redes sociales. Lo más destacado es su apoyo y promoción de la campaña electoral a favor de José Raúl Mulino —vicepresidente durante su administración de 2009-2014— candidato presidencial de los partidos Realizando Metas (RM) y Alianza, quien se encuentra a la cabeza en las encuestas en la candidatura a la Presidencia de Panamá.
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Ante el panorama donde Mulino es el “favorito” y el aumento de tensiones entre las naciones surgen interrogantes sobre qué pasará con el caso de Martinelli.
Mulino bajo la sombra de Martinelli
Un sondeo realizado por la firma Doxa para el Instituto Panameño de Estudios Cívicos y la radio ArCa Media En Directo arrojó que el derechista Mulino sigue siendo el candidato con mejor imagen positiva y se pinta como el posible ganador de las elecciones previstas para el próximo 5 de mayo, donde alrededor de tres millones de ciudadanos panameños asistirán a las urnas para elegir a su nuevo presidente.
Las elecciones presidenciales en Panamá son a una sola vuelta y se ganan por mayoría simple. El 5 de mayo también se elegirá a los 71 escaños de la Asamblea Nacional (Parlamento), 20 diputaciones al Parlamento Centroamericano y más de 700 cargos públicos a nivel local.
El sondeo publicado el 16 de abril incluye la pregunta sobre quién de estos candidatos cree usted que ganará las próximas elecciones, Mulino aparece con el 35 por ciento, por encima de los otros candidatos presidenciales.
Los resultados de la encuesta también apuntan que el 65 por ciento de los panameños cree que si Mulino gana, él gobernará bajo la sombra del exmandatario Martinelli.
De hecho, Mulino en las visitas que ha realizado a diversas zonas de Panamá, como parte de su campaña política, ha dejado claro que su mandato está bajo la sombra del expresidente Martinelli.
“Estamos comprometidos en llevar adelante el ideal y la visión de Ricardo (Martinelli). Venimos a prometer y a cumplir porque lo hicimos una vez con Ricardo y lo volveremos a hacer del 1 de julio en adelante”, dijo Mulino en una publicación compartida por el exmandatario.
A menos de tres semanas para los comicios, reina la incertidumbre sobre la candidatura de Mulino, el favorito en las encuestas, quien podría ser inhabilitado debido a una presunta inconstitucionalidad en su elección interna dentro de la coalición de los partidos RM y Alianza, después que la Corte Suprema de Justicia de Panamá admitió el 13 de marzo una demanda de inconstitucionalidad contra la candidatura de Mulino.
La demanda fue interpuesta el 4 de marzo por la abogada Karisma Karimañites al considerar que después de que el Tribunal Electoral inhabilitó a Martinelli, la candidatura de Mulino no es válida debido a que no fue sometida a unas primarias ni recibió un acta oficial por parte del ente electoral.
El profesor titular de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, Euclides Tapia, explicó a LA PRENSA que aunque no es nada sencillo saber quién va a ganar la Presidencia, “la realidad implica que el señor Mulino está marcando como favorito, precisamente porque está heredando una situación particular de Martinelli en el sentido de que él es victimizado por el pueblo panameño”.
Sin embargo, destacó que aunque ahora la candidatura de Mulino está en una situación de si lo van a dejar o no aparecer en la boleta como candidato, a su lectura, “lo más seguro es que se va a resolver positivamente para él”.
En ese sentido añadió que “aunque no se le ha autorizado formalmente para ser candidato a la Presidencia porque no lleva vicepresidente y la Constitución panameña establece que debe ser así, por lo visto es difícil que lo inhabiliten a última hora, pocas semanas antes de las elecciones porque crearía un caos”.
¿Qué pasará con el caso de Martinelli?
Sobre qué pasará con el caso de Martinelli con un eventual cambio de gobierno, Tapia opina que independientemente del candidato y partido que gane las elecciones Panamá “le va a dar el salvoconducto a Martinelli para salir del país, pero no de inmediato, puede ser al final del período, en el segundo o tercer año de la gestión presidencial de cualquier presidente”.
Asimismo, mencionó que en el caso particular si gana Mulino “el salvoconducto está en el primer año, porque Martinelli lo postuló a él precisamente para eso no para otra cosa”.
En ese sentido, Carlos Cascante Segura, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica, apuntó que aunque es difícil saber qué pasará con el caso de Martinelli debido a que “es un asunto de tribunales de justicia, lo que habría que valorarse es la independencia de los tribunales panameños del Ejecutivo”.
A pesar de ello, dijo Cascante, “la esperanza de Martinelli es que un triunfo de Mulino baje la intensidad de la persecución judicial y que en algún momento se tome una medida que lo deje en libertad”.
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De hecho Mulino respondió a La Prensa Panamá que si el llega a la Presidencia va a apoyar al exmandatario panameño. Un periodista de dicho medio le preguntó a Mulino sobre qué pasaría con Martinelli si Mulino llega a la Presidencia de la República. “Lo vamos a apoyar, como corresponde en derecho”, respondió.
El medio le consultó si le reduciría la pena o le otorgaría el salvoconducto para que se vaya a Nicaragua. “No sé. Ya, no más”, contestó Mulino.
Sobre lo que gana Nicaragua si Mulino llega a la Presidencia, Cascante Segura apuntó que “la relación entre Nicaragua y Panamá se mejoraría porque la protección que le ha brindando el régimen a Martinelli tiene que ser agradecida por parte de un gobierno cercano a Martinelli”.
¿Ante una eventual ruptura en las relaciones?
Panamá llamó a consultas a su embajador en Nicaragua después de expresar su “enérgica protesta” por la protección de asilo político que el régimen en Nicaragua le ha otorgado a Martinelli, quien ha hecho acciones “político-partidista” desde las instalaciones de la Embajada de Nicaragua.
El gobierno de Cortizo con la medida, a lectura de expertos consultados por este Diario, busca enviar un “mensaje de protesta y advertencia” a la dictadura Ortega-Murillo. Hasta ahora Nicaragua no ha hecho recíproca dicha medida. Si la dictadura llama a consultas a su embajadora, las relaciones diplomáticas entre ambos países entrarían en “un punto muerto” y eventualmente pueden quedar a nivel de la figura de encargado de negocios.
“Es el nivel mínimo y eso no le conviene a Martinelli”, advirtió Tapia.
El experto panameño aseguró que además de las acciones político-partidarias, el caso de Martinelli incluye la utilización del inmueble de la sede diplomática que Nicaragua “a la luz del Derecho Internacional y leyes nacionales está ocupando de manera ilegal, sin autorización del gobierno panameño. Siento que esto está vinculado con lo otro, es una advertencia o un preámbulo de lo que podría pasar: ruptura de relaciones diplomáticas”.
Aunque señaló que antes que se dé una eventual ruptura de relaciones diplomáticas se podrían tomar varias medidas. Primero suspender los servicios básicos como agua y energía; segundo que soliciten el retiro de la embajadora nicaragüense, Consuelo Sandoval, de Panamá y la declaren “non grata”.
“En el evento que se dé una ruptura, primero Panamá tendría que dar una ruptura de todas las relaciones, incluyendo consulares y comerciales, para evitar que Nicaragua siga dándole refugio a Martinelli, porque así queda en estado de indefensión”, visionó Tapia.