Las calles de Managua no se vistieron de azul y blanco este 18 de abril de 2024, día en que se conmemoran seis años del inicio de las protestas antigubernamentales, reprimidas por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La capital se vio envuelta en una aparente normalidad, impuesta por el orteguismo con la fuerza de las armas.
En Managua, que en 2018 fue escenario de grandes manifestaciones contra la represión de la dictadura Ortega Murillo, la vigilancia es permanente. Sin embargo, en este sexto aniversario la dictadura optó por vigilar de forma “discreta”, retirando a los policías que mantiene permanentemente en algunos puntos céntricos de la capital, y ordenando un patrullaje disimulado y disperso por varios puntos de Managua.
Zonas como Camino de Oriente, iglesia Divina Misericordia, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Universidad Centroamericana (UCA) —robada por la dictadura y nombrada como Universidad Nacional Casimiro Sotelo—, Catedral Metropolitana, que fueron puntos de encuentro para las manifestaciones, este año no estaban atestadas de policías, al menos no de agentes uniformados.
Sin embargo, en algunos puntos como la Rotonda Jean Paul Genie y la Rotonda Rubén Darío o Metrocentro se comprobó que se mantuvieron al menos dos policías, a bordo de motocicletas, en labor de vigilancia.
En el caso de los policías ubicados en el sector de la Rotonda Rubén Darío, uno de los oficiales estaba exactamente en la gasolinera UNO, en una parte poco visible del estacionamiento de ese lugar, y el otro se encontraba aparentemente vigilando el tráfico vehicular desde la entrada norte del centro comercial Metrocentro.
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Se comprobó que en las pistas principales, aledañas a estos lugares que fueron escenario de grandes manifestaciones contra el orteguismo, la Policía dispuso de patrullas, camionetas y microbuses que circulaban lentamente por esas zonas, pero con pocos policías a bordo. Todos iban sentados al interior de las camionetas y eran agentes vestidos con el uniforme celeste y negro. Además, estas patrullas se movilizaban una a la vez, no en caravana.
Las caravanas de policías y militantes el orteguismo las dejó salir, pero en las primeras horas de la mañana de este 18 de abril, argumentando una supuesta “celebración” del Día de la Paz, mismo que ordenó nombrar en un intento por borrar la represión que perpetró contra miles de nicaragüenses ese 18 de abril de 2018.
Sobreviviendo inconformes bajo dictadura
Desde las afueras de los recintos universitarios ex-UCA, UNI, UNAN y Upoli, se lograba ver a los universitarios de esas casas de estudio entrar y salir sin dificultad. El tráfico vehicular era regular y quien no sabe qué ocurrió en esos lugares pensaría que “todo está normal”, pero la realidad es que muchos están inconformes con la dictadura y rechazan las graves violaciones que se cometen en el país. Sin embargo, el silencio impera.
Uno de los universitarios comentó a LA PRENSA que, pese a esa normalidad que cualquiera podría percibir al ver entrar y salir universitarios, la inconformidad es permanente y solo se comenta con personas de confianza, en clandestinidad, sobre todo por el temor a ser encarcelados, asediados, hostigados o en el peor de los casos asesinados, porque “ya hemos visto de lo que son capaces”.
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En 2018, en esos recintos universitarios decenas de estudiantes salieron a defender los derechos de los adultos mayores y exigieron justicia por las personas asesinadas y encarceladas en el contexto de las protestas sociales.
Muchos de los que se atrevieron a protestar hace seis años tuvieron que exiliarse y algunos, desde fuera, han seguido luchando, exigiendo libertad para los más de 130 presos políticos que todavía permanecen en las diferentes celdas de Nicaragua, según los últimos datos del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas; justicia para los centenares de nicaragüenses asesinados en el contexto de las protestas; democracia, pleno ejercicio de libertades y derechos; y el encarcelamiento de todos los perpetradores de violaciones de derechos humanos.