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Más de 300 mil pensiones en Nicaragua entran en proceso de rápida caída en su poder de compra

Hasta el año pasado el último mecanismo de revalorización de las pensiones garantizaba el acceso a menos de la mita de la canasta básica y a partir de 2024 las pensiones ya no serán ajustadas por tanto se deteriorarán y rezagarán aceleradamente

Mientras el salario mínimo sigue creciendo, gracias a los ajustes anuales que no compensan totalmente la pérdida del poder adquisitivo porque los precios avanzan a mayor velocidad, las alzas de precios deterioran la capacidad de compra de las pensiones; y los ajustes a la paga mínima las dejan cada año más rezagadas, y a los jubilados sin esperanza de mejora. A partir de 2024 no se aplica el mecanismo de revalorización usado durante los últimos treinta años, el único que seguía vigente, por lo que anualmente se irá reduciendo el porcentaje de la cesta básica que se puede pagar con las pensiones.

Además, los afectados ni siquiera cuentan con alguna posibilidad para exigir revisiones o compensaciones, ya que en Nicaragua es delito protestar. “El poder adquisitivo se sigue cayendo más y más, y la inflación se está tragando las pensiones”, dice un especialista en Seguridad Social que además es jubilado y por temor a represalias pide no revelar su identidad.

Además, el especialista advierte que las pensiones se van a seguir rezagando año con año. “Esta es una situación que la sienten los jubilados, pero no la pueden reclamar, ni siquiera la pueden expresar. Yo me equivoqué, en 2018 dije que la crisis sociopolítica había estallado por el problema de los pensionados, y expresé que el día que no le pagaran a los pensionados, ese día se iba a terminar todo en Nicaragua, porque saldrían a la calle los 300 mil jubilados”, dice el especialista.

Estado de terror evita protestar

En abril de 2018, la decisión de Daniel Ortega de imponer una reforma a la Seguridad Social que recortaba muchos beneficios, elevaba las obligaciones de empleadores y trabajadores y que no fue avalada por el sector privado, generó protestas. El 18 de abril, simpatizantes de Ortega golpearon a los adultos mayores que protestaban en León, lo que elevó los ánimos y extendió las protestas al resto del país. La represión con la que respondió el régimen provocó muertos y heridos y dio paso a un estallido social que hasta la fecha mantiene al país sumido en un estado de miedo y represión.

El estado de terror en el que viven la mayoría de los nicaragüenses, según el especialista, evita que ante el grave deterioro y rezago que están sufriendo las pensiones los afectados se movilicen. “Nadie hace ni dice nada, aunque los precios fácilmente han subido más del 50 por ciento, la gente está calladita. El miedo no permite ni siquiera expresar lo que está ocurriendo, porque cualquier cosa que se diga te puede llevar a la cárcel o lo que es peor, al destierro y la confiscación”, lamenta el especialista.

Según el Anuario Estadístico 2021, del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que es el más reciente que han publicado, en diciembre de ese año, el monto promedio mensual de las pensiones de IVM (Invalidez, Vejez y Muerte) fue de 6,106.88 córdobas si se calculaba incluyendo las pensiones reducidas; y de 7,371.70 córdobas si se excluía del cálculo las pensiones reducidas.

Pensión promedio, menos del 40 % de la cesta

Esto implica que en 2021 la pensión promedio del régimen IVM, que es el más numeroso con 257,874 pensionados en 2021, entre los que se incluyen 66,649 que reciben pensión reducida, solo pagaba entre el 37 y 45 por ciento de la canasta básica de 53 productos para una familia de cinco miembros, incluidos dos adultos y tres niños, cuyo precio ese año promedió 16,255.38 córdobas.

En el caso de quienes reciben la pensión reducida la situación es más grave. Esta se entrega de manera proporcional a personas mayores de 60 años que no completaron las 750 semanas de cotizaciones que se requieren para recibir la pensión completa. Estas pensiones oscilan entre 1,910 y 3,656 córdobas mensuales, por lo que en 2021 el acceso a la cesta básica para estas personas fue de entre 12 y 22 por ciento de los productos.

Una situación similar a la de los jubilados con pensión reducida enfrentaron en 2021 unos 18 mil pensionados por Riesgos Profesionales, ya que según el anuario estadístico en ese año la pensión promedio de este segmento de pensionados fue de 3,014.54 córdobas.

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Pensión reducida paga entre el 14 y 28 %

Cabe recordar que la mayoría de los jubilados, por su edad y padecimientos, requieren dietas especiales y medicarse constantemente, en muchos casos con fármacos que no están incluidos en la atención básica que le ofrece el INSS a los adultos mayores.

Pero esto no es nuevo, la situación de los jubilados siempre ha sido similar. Cinco años antes, en 2017, las pensiones recibieron el ajuste del 5 por ciento que fue la tasa de devaluación vigente en ese periodo, y según el Anuario Estadístico el monto promedio de la pensión del régimen IVM fue de 5,245.30 córdobas.

En diciembre de ese año el costo de la canasta básica promedió C$13,331.96 por lo que la pensión promedio pagaba el 40 por ciento de sus productos. Mientras que las pensiones reducidas pudieron pagar ese año entre el 14 y 28 por ciento de los productos de la cesta básica.

Cabe recordar que durante treinta años, anualmente revalorizaban las pensiones ajustándolas con base en el porcentaje de la tasa de devaluación vigente. Entre 1993 y 1998 fue del 12 por ciento; entre 1999 y 2003 del 6 por ciento; entre 2004 y 2018 el ajuste fue del 5 por ciento; en 2019 y 2020 del 3 por ciento; en 2021 y 2022 del 2 por ciento y en 2023 del 1 por ciento.

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Acabaron con la revalorización

En 2022 todas las pensiones recibieron un ajuste del 2 por ciento equivalente a la tasa de deslizamiento cambiario del córdoba frente al dólar, que estuvo vigente ese año. Sin embargo, el precio de la cesta básica subió 17 por ciento, ya que pasó de 16,255.38 córdobas que promedió en diciembre de 2021 a 18,981.55 promediado en diciembre de 2022. Y en 2023 las pensiones solo se ajustaron en 1 por ciento, ya que esa fue la tasa de deslizamiento vigente y ese año el precio de los productos de la canasta se encareció en 4.3 por ciento.

Sin embargo, a partir de 2024 lo único que subirá serán los precios, ya que al establecer una tasa de deslizamiento cero y un tipo de cambio fijo, el Banco Central de Nicaragua (BCN) acabó con el único mecanismo de revalorización que les quedaba a las pensiones. El anterior se eliminó en la reforma unilateral que impuso Daniel Ortega en 2019, que establecía un ajuste en julio de cada año a las que se calcularon con una remuneración base menor a dos salarios mínimos.

El articulo 96 del reglamento de la Ley de Seguridad establecía que “en el mes de julio de cada año, las pensiones cuya base de cálculo inicial fue una remuneración base mensual menor o igual a dos salarios mínimos, tendrán un ajuste de la cuantía, que será calculado aplicando a la pensión existente del mes de julio del año anterior el porcentaje de aumento del salario promedio de los asegurados acumulados en los doce meses previos”.

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Hasta dónde se deterioran las pensiones

Pero en la reforma que entró en vigencia en febrero de 2019 esta parte del artículo se eliminó. Con la reforma que entró en vigencia en 2013 también eliminaron otros mecanismos de revalorización, ya que cada año se ajustaban las pensiones mínimas sobre la base de la paga mínima de la industria manufacturera, es decir que les aplicaban el porcentaje de ajuste a la paga mínima de la industria manufacturera cada año.

Esto implica que si antes, con los distintos mecanismos que existían para revalorizar anualmente las pensiones, el porcentaje de los productos de la cesta básica que se podía comprar con ella no llegaba ni al 50 por ciento, a partir de este año que ya no se aplicará ninguna revalorización, en la medida que siga subiendo el costo de la cesta básica, se irá alejando para los jubilados la posibilidad de adquirir ese porcentaje que antes podían comprar con su pensión.

Además, hay que tomar en cuenta que el precio de la cesta básica no deja de subir. Cerró el 2023 en 19,800.85 córdobas y no hay indicios de que se frene esta ola alcista generada por la crisis inflacionaria. Al cierre del primer mes de 2024, el precio de la canasta básica de 53 productos y servicios ascendió a 19,855.77 córdobas, ligeramente por encima de los 19,800.85 córdobas promediados en diciembre pasado. En igual mes del año pasado, los hogares requerían 19,023.13 córdobas para cubrir sus necesidades básicas.

¿Qué frenará el deterioro de las pensiones?

“La verdad es que no sé cómo hacen los jubilados porque la situación está bien complicada. Además, es posible que sin la revalorización el monto promedio de las pensiones baje, ya que la tabla de cálculo que se utiliza desde que entró en vigencia la reforma del 2019 está castigando a los nuevos jubilados, y cada vez son más bajas las pensiones que se aprueban”, agrega el especialista.

Además, expone que a este deterioro del poder adquisitivo se suma la mala atención médica que las clínicas previsionales del INSS le prestan a los jubilados, y que en muchos casos los obliga a comprar sus propios medicamentos.

“O los que ajusten a comprar con el poco dinero que reciben, lo que uno hace es aprovechar los exámenes de laboratorio y otros que en la parte privada son caros y cuando no hay dinero toca tomar las medicinas que ellos dan y conformarse con las citas de cada tres meses que le dan a los jubilados. Siempre le digo al médico que llegaré si es que sigo vivo, porque a la edad de los jubilados y con enfermedades crónicas nunca se sabe si uno llegará a la siguiente”, asegura el especialista.

Pero lo que más lamenta es que ante la situación política actual del país los jubilados ni siquiera puedan expresar su descontento y mucho menos protestar, ya que hacerlo puede implicar cárcel, confiscación o destierro.

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