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La disyuntiva de la oposición venezolana

Después de haber inhabilitado a María Corina Machado para impedir que fuese la candidata presidencial de la oposición en las próximas elecciones presidenciales, el régimen autoritario de Venezuela anunció que esta semana determinará la fecha para la celebración de los comicios que deben ser en la segunda mitad del presente año 2024.

La inhibición de María Corina ha sido un acto absolutamente arbitrario del régimen autoritario de Venezuela, un atropello no solo a los derechos políticos individuales de la dirigente opositora, sino a los de millones de personas venezolanas que votaron por ella en la elección primaria de la oposición realizada en octubre de 2023. Y según las encuestas independientes —que todavía se pueden hacer en Venezuela— María Corina Machado las ganaría con más del 70 por ciento de los votos. Por eso es que la han inhabilitado.

Se comenta que con la inhibición de María Corina el régimen venezolano ha violado los Acuerdos de Barbados que suscribió con la oposición. Acuerdos que fueron facilitados por Noruega y tuvieron el aval de Estados Unidos, que suspendió algunas de las principales sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro a fin de ayudar a una salida electoral de la crisis de Venezuela.

Pero lo cierto es que en los Acuerdos de Barbados no se consignó exactamente que  María Corina Machado no sería inhibida. Lo que se estableció fue que se reconocería y respetaría “el derecho de cada actor político de seleccionar su candidato para las elecciones presidenciales de manera libre y conforme a sus mecanismos internos atendiendo a lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la ley”. Esa  ambigüedad, que quedó en los Acuerdos de Barbados suponemos que por descuido de los negociadores de la oposición, fue aprovechada por el régimen de Maduro que no solo es autoritario sino también, como todos los de su especie, astuto y artero.

María Corina Machado ha rechazado y desconocido su inhabilitación y asegura que irá “hasta el fin” con su candidatura. Sin embargo, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), que ha sido la contraparte del régimen en los Acuerdos de Barbados y es la principal representación de la oposición de Venezuela, también rechazó la inhibición a María Corina, pero no ha dicho que si ella no es la candidata no participará en las elecciones.

 En realidad, no cabe duda de que la inhabilitación de María Corina Machado es una grosera violación de sus derechos ciudadanos, políticos y humanos, y un desprecio a la voluntad de los millones de venezolanos que en la elección primaria de la oposición votaron por ella para que fuese la candidata presidencial.

Sin embargo, responder a la arbitrariedad del régimen con la abstención electoral podría ser un grave error de la alianza opositora. A menos que estén seguros de que el pueblo venezolano se va a insurreccionar contra el régimen, ahora en respaldo de María Corina Machado.

De acuerdo con la experiencia de la misma oposición venezolana esa alternativa “heroica” no se ve posible, de manera que lo más realista y sensato podría ser sustituir la candidatura de María Corina con la de otra persona que cuente con el respaldo total de la alianza opositora y que sea avalada y apoyada por ella misma en la campaña electoral.

Si la oposición aglutinada en la PUD decide abstenerse por una heroica, pero estéril solidaridad personal con María Corina Machado, de todas maneras habrá representación opositora en las elecciones. Pues no faltarán los “alacranes”, como les dicen en Venezuela a los políticos oportunistas y colaboracionistas con la dictadura, que en Nicaragua son llamados “zancudos”.

Es más, aunque María Corina pudiera participar en las elecciones como candidata de la alianza opositora PUD, de todas maneras será inevitable que participen otros grupos políticos opositores.

Así ocurrió en Nicaragua en las elecciones de 1990, cuando doña Violeta Barrios de Chamorro fue la candidata presidencial de la Unión Nacional Opositora (UNO) que agrupaba a 14 partidos democráticos de derecha, centro e izquierda. Y participaron también otros 8 partidos opositores que entre todos sumaron apenas el 4.4 por ciento del total de votos válidos emitidos.

Lo que indica la ciencia y la experiencia política es que, en estos casos, lo más importante es crear una masa crítica opositora, una fuerza política que independientemente de su magnitud pueda desencadenar una reacción electoral envolvente y victoriosa. Como fue la masa crítica que crearon la UNO y doña Violeta para las históricas elecciones de 1990.

COMENTARIOS

  1. Hace 7 meses

    Quién contará los votos?

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