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Un sacerdote de la Diócesis de Matagalpa de espalda y frente al altar de la Catedral San Pedro Apóstol en Matagalpa. DIÓCESIS MEDIA

“Todos los sacerdotes que pidan por él van presos”. El método de la dictadura para que la Iglesia olvide a monseñor Álvarez

En las últimas semanas la dictadura ha encarcelado a un obispo, dos seminaristas y dos sacerdotes. Algunos mencionaron en sus oraciones a monseñor Rolando Álvarez

Los sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa, administrada por monseñor Rolando Álvarez, están expuestos a ser secuestrados arbitrariamente si en las celebraciones de la santa misa mencionan o piden por el obispo Álvarez, quien permanece encarcelado en las celdas del Sistema Penitenciario Jorge Navarro mejor conocido como La Modelo, advirtió la abogada y autora del informe Nicaragua ¿una Iglesia perseguida?, Martha Patricia Molina.

Molina indicó a LA PRENSA que fuentes cercanas a los sacerdotes le han expresado que existe una prohibición de que “no hay que mencionar en la plegaria eucarística el nombre de monseñor Álvarez, ni mencionar la palabra obispo”. A su vez explicó que en todas las eucaristías se hace la plegaria en cualquier Diócesis del obispo titular, pero “los de Matagalpa lo tienen prohibido”.

Lea aquí: Excarcelación y destierro: el patrón represivo ejecutado por la dictadura orteguista en Nicaragua

Al momento de la consagración de la hostia y el vino, el sacerdote menciona la Plegaria II que aparece Canon romano y que dice: “Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el papa (se dice el nombre), con nuestro obispo (igual se dice el nombre del titular) y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad”.

Molina reiteró que es algo que “se hace siempre, esto no es algo que comenzó desde 2018, sino que en todas las plegarias eucarísticas se menciona al obispo, eso se hace en cualquier parte del mundo”.

Los sacerdotes detenidos en una semana

Durante el año, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo empezó a implementar nuevamente la puerta giratoria, un patrón represivo que consiste en secuestrar, encarcelar, liberar y después otra vez encarcelar a los mismos o a otros sacerdotes. En la penúltima semana de diciembre, previo y durante la Navidad, se reportó la detención de al menos un obispo, dos seminaristas y dos sacerdotes.

El 20 de diciembre la dictadura secuestró al obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro Mora y a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacio; asimismo el 21 de diciembre detuvo a monseñor Óscar Escoto Salgado, vicario general; y el 24 de diciembre al sacerdote Jader Guido, segundo vicario, ambos de la Diócesis de Matagalpa.

En el caso de monseñor Isidoro y los dos seminaristas se desconoce dónde se encuentran y la Policía orteguista no ha emitido ningún comunicado. El pasado 19 de diciembre, monseñor Mora habría elevado sus oraciones por monseñor Álvarez y afirmado que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) se encontraban unida.

Monseñor Isidoro Mora Ortega, obispo de Siuna. LA PRENSA/CORTESÍA

“Quisiera expresarles el saludo de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, estamos siempre unidos, por esta maravillosa Diócesis de Matagalpa, orando por monseñor Rolando y por el caminar de cada uno de ustedes, estamos unidos en oración, comunión, fe, amor y ternura”, expresó en su homilía en la Catedral San Pedro Apóstol, en Matagalpa.

Le invitamos a leer: Policía secuestra a Monseñor Isidoro Mora, de la Diócesis de Siuna

Mientras que monseñor Escoto Salgado después de haber puesto en libertad fue secuestrado por segunda vez el 22 de diciembre, cuando fue forzado a salir de la Curia Episcopal de Matagalpa para llevarlo a Managua. En Matagalpa la Curia permanece fuertemente asediada por oficiales de la Policía orteguista.

En 2021 el padre Óscar José Escoto Salgado fue nombrado vicario general de la Diócesis de Matagalpa, el nombramiento se debió a que monseñor Mora, quien era el vicario, fue consagrado obispo y tomó posesión de la Diócesis de Siuna, Costa Caribe Norte.

Monseñor Óscar José Escoto Salgado, vicario general de la Diócesis de Matagalpa.

Monseñor Escoto fue el único dejado en libertad cuando trasladaron a Managua a todos los sacerdotes de la Curia Episcopal de Matagalpa que acompañaban a monseñor Álvarez y que fueron capturados violentamente después de un allanamiento que hiciera la Policía, la madrugada del 19 de agosto del 2022.

En el caso del padre Guido fue liberado ese mismo día en la noche. Fue secuestrado tras finalizar la misa del 24 de diciembre en la mañana, el padre mencionó las intenciones del rito litúrgico y expresó que estaba “en rogación por nuestro obispo monseñor Rolando Álvarez, por todos los sacerdotes, religiosos y religiosas de nuestra Diócesis”.

El sacerdote Jader Guido, segundo vicario de la Catedral San Pedro Apóstol. Diócesis Media

El padre Guido quedó a cargo de la Catedral San Pedro Apóstol debido a que el primer vicario, sacerdote José Luis Díaz Cruz, y el tercer vicario, padre Sadiel Eugarrios Cano, estuvieron presos y fueron desterrados a Estados Unidos.

Secuestros son ilegales y demuestran la “paranoia”

La experta Molina por su parte reiteró que “todos los sacerdotes que pidan por él van presos” y además explicó que los secuestros son ilegales.

“Es una ilegalidad, ya cayeron en la paranoia, (es) tanto el odio que le tienen al obispo Álvarez que ni siquiera su nombre quieren escuchar, parece que les ha afectado mucho la integridad, valentía, sinceridad que tiene monseñor, a pesar de todas las torturas que le están practicando no lo han logrado doblegar, eso los molesta más”, mencionó.

También añadió que “nos encontramos ante un clero qua le es fiel a su obispo y que está orando por él. El enojo de la dictadura es que quiere que el clero esté rindiéndole honores a la pareja de dictadores y no esté orando por monseñor Álvarez, ese es el centro de la saña y persecución”.

Monseñor Rolando Álvarez en una de las fotografías compartidas por el Migob.

En esa misma línea indicó que tanto el caso de monseñor Mora como del vicario general “son secuestros porque ahí no media la voluntad del juez, no hay una orden judicial, simplemente lo desaparecen, no dan información a nadie, entonces están en desaparición forzada”.

El abogado y experto en Administración de Justicia, Yader Morazán, explicó que a pesar de que horas después dejen a los sacerdotes en libertad después de haber sido conducido e interrogado en una delegación policial en contra de su voluntad “no significa que no se ha configurado el delito de ‘secuestro extorsivo con fin político’ del que habla el art. 164 del Código Penal de Nicaragua”.

Enseguida afirmó que “retenerlo por más tiempo, solo agrava la pena, pero el delito que ya se cometió en su contra. Además, la ley no permite allanamientos nocturnos, no estamos en presencia de un delito in fraganti, tampoco media una orden judicial que lo ‘justifique’, y las retenciones solo son en el lugar de los hechos para individualizar participación y no puede excederse a las tres horas”.

Le puede interesar: Régimen muestra fotografías de visitas a monseñor Rolando Álvarez

El pasado 27 de noviembre, monseñor Álvarez cumplió 57 años de edad, y un día después el régimen orteguista a través de los medios oficialistas expuso una galería de fotos donde aparece el obispo recibiendo la visita familiar y atención médica. El obispo cumple hoy 509 días de estar privado de libertad.

El 10 de febrero, el obispo fue condenado a 26 años de cárcel por traición a la patria y lo acusaron de “ser autor de los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, obstrucción de las funciones, agravada desobediencia o desacato a la autoridad”.

“Puerta giratoria” contra sacerdotes

La experta Molina no dudó en apuntar que el régimen está “ejecutando el mecanismo de la puerta giratoria” para intimidar a los sacerdotes bajo el contexto de la brutal persecución contra la Iglesia católica, debido a que ha encarcelado, liberado y desterrado a sacerdotes, y posteriormente, encarcelar a otros.

De hecho, la organización Foro Penal de Venezuela dice que el concepto de “puerta giratoria” bajo dictaduras es cuando se establece un modelo de represión selectiva y sistemática: “Salen unos y entran otros”. 

La dictadura encarceló, juzgó y condenó a los presbíteros Óscar Benavides, Ramiro Tijerino, Sadiel Eugarrios, José Díaz y Benito Martínez; también el diácono Raúl Vega; los seminaristas Melkin Centeno y Darvin Leyva. Y dos servidores de los medios de comunicación de la Diócesis de Matagalpa: Manuel Obando y Wilberto Astola, todos acompañaron al obispo Álvarez durante su cautiverio en la Curia Episcopal de Matagalpa y figuraron entre los 222 presos desterrados a EE.UU.

Lea aquí: Dictadura despoja de su nacionalidad a 222 presos políticos y los destierra a EE. UU.

Después detuvo a sacerdotes principalmente de la Diócesis de Matagalpa y Estelí. A un total de 12, incluyendo a sacerdotes a los que la dictadura les fabricó delitos comunes, desterró a Roma el 18 de octubre, entre ellos el padre Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, Julio Ricardo Norori Jiménez.

Los sacerdotes enviados a Roma. LA PRENSA

También los sacerdotes Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, Pastor Eugenio Rodríguez Benavídez, Yessner Cipriano Pineda Meneses, Ramón Angulo Reyes y José Iván Centeno Tercero. Todos los religiosos recientemente aparecieron cocelebrando una misa en Roma.

Personas infiltradas y aumento de la presencia policial

La experta manifestó su preocupación debido a que “los sacerdotes y fieles están expuestos a ser secuestrados si oran por monseñor Álvarez. Lo deben hacer en secreto”.

La dictadura se da cuenta de lo que sucede en las parroquias —según Molina—, ya que “no solo en Matagalpa existen personas infiltradas, la dictadura le paga a tres personas mínimo que al inicio eran policías, paramilitares o miembros del Consejo del Poder Ciudadano (CPC) o secretarios políticos que son los encargados de vigilar lo que pasa en las parroquias”.

Molina afirmó que en la mayoría de los casos las personas están identificadas, “los sacerdotes y laicos conocen quién es el infiltrado, el que no llega a misa sino a vigilar. Se hacen pasar por católicos, porque uno de verdad no anda persiguiendo al hermano, ni tampoco vendiéndolo por 200 o 300 córdobas que le dan por cada eucaristía vigilada, además que llevan aparatos para grabar y otras que vigilan las redes, las transmisiones de las misas”.

Ivania Álvarez, ex presa política y directora de la red ciudadana Urnas Abiertas, dijo a este Diario que después de la detención del obispo de Siuna “hemos recibido reportes de que ha habido un incremento de la presencia policial en las iglesias, y en la casa de laicos tanto en Matagalpa y sus municipios, si hay una reactivación de los asedios y detenciones, esto es una nueva oleada de más presos políticos antes que termine el año”.

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