Los opositores del Espacio de Diálogo y Confluencia entre Actores Nicaragüenses expresaron su respaldo a la propuesta de nombrar cardenal al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien está preso por pedir elecciones libres y justas en Nicaragua, y el pasado 10 de febrero fue condenado a 26 años de cárcel por negarse a abandonar su país.
“Respaldamos el pedimento de connotadas figuras religiosas de Centroamérica, que su santidad el papa Francisco lo nombre como cardenal de la Iglesia católica, porque ha dado pruebas de su profunda fe y coherencia cristiana y un gran ejemplo para todo el pueblo”, manifestaron los miembros del Espacio de Diálogo en un pronunciamiento denominado “Mensaje a la nación en el contexto del Día Internacional por la Libertad Religiosa”, leído en una conferencia de prensa virtual.
Idea original es de los jesuitas
La idea original de esta propuesta fue del sacerdote jesuita y portavoz de la Compañía de Jesús para Nicaragua, José María Tojeira, quien en entrevista con el programa Esta Semana, el pasado domingo 22 de octubre, dijo que el papa Francisco debería nombrar cardenal al obispo Álvarez.
“En algún momento he dicho que si algo quisiera hacer la Iglesia de reconocimiento del valor de este hombre, deberían nombrarle cardenal”, manifestó Tojeira, quien también es exrector de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador.
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El opositor y académico exiliado, Ernesto Medina, manifestó que esta solicitud está dirigida al papa Francisco, que es quien tiene la decisión de nombrar a los cardenales.
“Nosotros confiamos que su santidad el papa Francisco, que sabe cuál es la situación de la Iglesia en Nicaragua, pueda hacer eco de esta solicitud y contribuya de esta manera a ayudarnos a encontrar un camino pacífico hacia la libertad”, manifestó Medina, miembro del Espacio del Diálogo.
Impacto político
El académico valoró que si el obispo Álvarez llega a ser nombrado cardenal, sería un mensaje con un gran impacto político, debido al reconocimiento a la lucha de monseñor Álvarez por la justicia y la libertad de Nicaragua.
“Todos estamos conscientes de que solicitar de que se nombre cardenal a un obispo que está preso tiene un enorme significado político y la Iglesia es muy cuidadosa con estas cosas, pero como dije, la esperanza nuestra es que en estos momentos de renovación de la Iglesia pues tendría una mensaje profético enorme que se nombre cardenal a un obispo que está preso y lo vemos como regresar a los orígenes de la Iglesia. Sabemos que la Iglesia comenzó a extenderse desde las prisiones y muertes de miles de mártires que sufrieron para que el mensaje de Jesucristo pudiese extenderse, o sea que el sufrimiento, la cárcel no es ajeno al mensaje de la Iglesia”, expresó Medina.
La abogada e investigadora Martha Patricia Molina, que lleva un registro documentado de 667 ataques a la Iglesia católica en Nicaragua, confirmó que sería un evento inédito que un obispo sea nombrado cardenal mientras es preso de un régimen dictatorial. Molina dijo que si más voces se suman a esta iniciativa, este llamado llegará a oídos del papa Francisco, para hacer realidad la investidura de monseñor Álvarez como cardenal de la Iglesia católica.
La también opositora exiliada, María Haydée Castillo, dijo que esta solicitud también la harán llegar formalmente a la Conferencia Episcopal de Nicaragua, encabezada por el cardenal Leopoldo José Brenes.
Finalista del premio Sájarov
Anteriormente, los opositores promovieron la candidatura del obispo Álvarez para Premio Sájarov del Parlamento Europeo. Aunque no obtuvo este premio, quedó entre los tres finalistas.
En Nicaragua hay más de 70 personas presas por oponerse o criticar a la dictadura de Nicaragua. El caso del obispo Rolando Álvarez es el más emblemático, debido a su investidura religiosa. Ortega lo condenó a 26 años de prisión y lo despojó de su nacionalidad, bajo acusación de “traición a la patria”, “menoscabo a la integridad nacional”, “propagación de noticias falsas” y “desobediencia o desacato a la autoridad”. Monseñor Álvarez es uno de los sacerdotes más críticos contra la dictadura y había resistido a los ataques de Ortega dentro del país hasta que fue encarcelado en agosto de 2022.
La guerra de Ortega contra la Iglesia católica lo llevó a suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano, tras una crítica del papa Francisco por la detención de sacerdotes en Nicaragua.