Nicaragua nuevamente se ha convertido en el trampolín de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos por ruta terrestre. Recientemente, ha iniciado una nueva ola de migrantes africanos que viajan desde sus países de origen hasta territorio nicaragüense, evitando cruzar por la región del Darién, ubicada en la frontera de Panamá con Colombia, para seguir su tránsito hacia Estados Unidos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través de un comunicado divulgado este miércoles, informó que “la tendencia más significativa” de las personas migrantes originarias de Cuba y naciones africanas es que “cada vez están eligiendo rutas aéreas para llegar a Centroamérica, evitando el Darién para continuar hacia el norte”.
“Solamente 4,100 personas migrantes de África han cruzado el Darién entre enero y julio de 2023, un descenso del 65% en comparación con el mismo período en 2022. En cambio, Honduras ha sido testigo de un aumento impactante del 553% en llegadas desde naciones africanas, alcanzando la cifra de 19,412 personas a través de esta frontera meridional”, detalló la OIM.
Además, apuntó que en este período se registró la presencia de tan solo 524 cubanos en el Darién, Panamá, en contraste con los 17,157 registrados como llegados por vía terrestre en Honduras.
En Nicaragua, aunque se desconocen los datos oficiales de llegadas de cubanos y africanos, ya que la dictadura orteguista evita dar públicamente dicha información, las cifras reportadas por las autoridades hondureñas corresponderían al flujo que llega a territorio nicaragüense, puesto que los migrantes que llegan a ese país lo hacen, según la OIM, por la frontera meridional que divide a Honduras y Nicaragua.
Africanos intentan evitar peligros del Darién
Migrantes que recientemente llegaron a las ciudades mexicanas Tijuana (frontera norte) y Oaxaca (al sur), según un reporte de Reuters, afirmaron haber volado hacia Nicaragua para seguir su travesía a Estados Unidos, gracias a que en sus países de origen consiguen una visa de “bajo costo” y esto les permite evitar los peligros de la selva Darién.
Los migrantes, consultados por Reuters, son originarios de Mali, Angola, Guinea y Senegal, y, según el reporte, “casi todos dijeron que conocían los peligros del Darién, que solo se puede atravesar a pie”
“Cuando comencé a planificar mi viaje me dije: no quiero morir allí”, dijo en entrevista con Reuters un migrante de 32 años del oeste de Mali, quien explicó que había huido del país debido a la guerra y la violencia.
La OIM también alertó que “el viaje a través de la selva del Darién deja a muchos y muchas con heridas, a veces abandonados en pendientes lodosas, arrastrados por repentinas inundaciones de los ríos, y vulnerables a actos de violencia, robo y abuso sexual”.
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También advirtió que a lo largo de la ruta terrestre, que cruzan los migrantes para llegar a Estados Unidos, “las familias que han agotado todos sus recursos financieros sufren hambre, deben dormir en la calle y se ven obligadas a mendigar. Muchos padecen problemas de salud como diarrea y deshidratación”.
El Servicio Nacional de Migraciones de Panamá, según la OIM, informó que tienen cifras récord de personas migrantes cruzando por la selva Darién desde Colombia, contabilizando, entre enero y el 23 de septiembre pasado, más de 390,000 personas, la mayoría originarias de Venezuela, Ecuador y Haití.
La Organización Internacional para las Migraciones remarcó que algunos de los agentes impulsores de la migración “son complejos y van desde factores económicos y sociales hasta desafíos ambientales y políticos. Muchos de esos agentes impulsores se han intensificado por las repercusiones socioeconómicas de la pandemia de covid-19, por eventos climáticos extremos recientes y por la agitación política en los países de origen. El fenómeno climático del Niño, que ya fuera anticipado, amenaza con exacerbar aún más estas condiciones, haciendo que potencialmente muchas más personas tomen la decisión de migrar”.
OIM aboga por soluciones a largo plazo
Además, advirtió que actualmente, a pesar de los esfuerzos de los países de tránsito, de las agencias de Naciones Unidas y de las organizaciones humanitarias, “la capacidad para ofrecer asistencia vital está sujeta a una gran presión”.
“La OIM hace un llamamiento a los gobiernos de Centroamérica y México para que cooperen en el abordaje de las necesidades humanitarias inmediatas de las personas en movimiento, mientras cifras sin precedentes de migrantes vulnerables transitan por toda la región. Se busca asimismo que se busquen soluciones a largo plazo para luchar contra los agentes impulsores de tales movimientos migratorios”, resaltó la organización en su misiva.
Michele Klein Solomon, directora regional de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, según cita el comunicado, apuntó que la situación migratoria actual “pone de relieve la urgente necesidad de que haya una participación colectiva inmediata de parte de los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino, para brindar asistencia humanitaria, en especial a los grupos en situación de vulnerabilidad como las mujeres y los menores”.