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Estrategia migratoria de Ortega, ubica a Nicaragua entre los 10 países del mundo con mayor aumento de las remesas

Números del Banco Mundial revelan el impacto global que está teniendo la estrategia de Ortega de expulsar nicaragüenses al mundo

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Nicaragua registra el mayor índice en la tasa de crecimiento de remesas en América Latina y todas las regiones del mundo, con un 50 por ciento si se comparan los ingresos de 2022 versus el 2021, según revelan cifras del Banco Mundial.

A nivel mundial, Nicaragua ocupa el noveno lugar de los países con mayor tasa de crecimiento de remesas del año pasado y superada mayormente por naciones que tienen algún tipo de conflicto social. Estos países son Mauritania (280 por ciento), Azerbaiyán (159 por ciento), Irlanda (142 por ciento), Tayikistán (83 por ciento), Uzbekistán (80 por ciento) Islas Salomón (59 por ciento), Kazajistán (55 por ciento), Guinea (56 por ciento), Nicaragua (50 por ciento) y Georgia (46 por ciento).

Que Nicaragua esté en esta lista es el resultado de la estrategia del régimen de Daniel Ortega de empujar a los nicaragüenses hacia el exterior y una vez que consigan empleo, estos envíen dinero a sus familiares que quedan en el país. Una mayor circulaciòn de divisas en la economía mitiga la pobreza vìa consumo y alimenta la recaudación de impuestos.

Para el economista e investigador del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), Marco Aurelio Peña, Nicaragua registra un incremento “espectacular” en remesas y que ya representan un 20 por ciento del Producto Interno Bruto del país.

Las cifras del Banco Mundial indican que Nicaragua recibió en 2017 un total de 1,395 millones de dólares en remesas las cuales hasta 2022 se han más que duplicado, porque el año pasado el país registró un total de 3,227 millones.

En 2021, las remesas a Nicaragua se ubicaron en 2,150 millones de dólares y en cuestión de un año, los nicaragüenses en el exterior enviaron 1,077 millones de dólares más, registrando el total de 3,227 millones de dólares en 2022. Esto coincide con la ola migratoria que hubo ese año producto de la represión del régimen de Ortega.

En América Latina, ningún país tuvo mayor tasa de crecimiento de remesas que Nicaragua. El segundo lugar lo ocupa Argentina (38 por ciento), seguido de Brasil (21 por ciento) y Guatemala y Honduras con 18 por ciento cada uno, estos dos últimos pertenecientes al problemático Triángulo del Norte, azotado por las pandillas y la pobreza. El Salvador reportó un aumento de las remesas de tres por ciento.

Tal fue el aumento de las remesas en Nicaragua, que la tasa de crecimiento de esta supera la media mundial. El año pasado los envíos en 214 países crecieron 5 por ciento, por encima del 50 por ciento reportado en el país. Solo las remesas en países de ingreso medio bajo crecieron ocho por ciento.

Además si se revisa por región en el mundo, la tasa reportada en Nicaragua rebasa los crecimientos. Según datos del Banco Mundial, el año pasado las entradas de remesas aumentaron un 0.7 por ciento en Asia oriental y el Pacífico, un 19 por ciento en Europa y Asia central, un 11.3 por ciento en América Latina y el Caribe, un 12.2 por ciento en Asia meridional y un 6.1 por ciento en África subsahariana. Por el contrario, en la región de Oriente Medio y Norte de África, las entradas de remesas se redujeron un 3.8 por ciento.

Las remesas que envían los nicaragüenses en el exterior permiten que sus familias tengan mayor poder adquisitivo para comprar alimentos y también para pagar bienes y servicios como colegiaturas, créditos bancarios, deudas, entre otros, sin embargo, el economista Peña advierte que hay una fuga de cerebros y fuga de músculos, que se traducen en el incremento de las remesas.

“Nicaragua ha perdido capital humano y se corre el peligro que ese capital humano no vaya a volver. Lo ideal para un país en desarrollo como Nicaragua, no es que la gente se vaya y quede, si no que la gente vuelva”, comenta Peña.

Estrategia de Ortega

El economista Juan Sebastián Chamorro indica que la estrategia de Ortega de empujar a los nicaragüenses hacia el exterior persigue dos objetivos. “En primer lugar, se deshace de azules y blancos, porque como los azules y blancos somos mayoría, ahí también se despacha a potenciales personas que puedan hacer protestas (dentro de Nicaragua)”, explica.

“En segundo lugar, cuando estas personas migran, mandan remesas. Como se dio un masivo éxodo en los últimos dos años hacia particularmente Estados Unidos, pero también a Costa Rica y España, es que estamos viendo ese incremento en las remesas que es congruente con la masiva migración que se dio en los últimos dos años”, detalla Chamorro.

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Por su parte, el economista Marco Aurelio Peña coincide en que la fuga de capital humano en Nicaragua es deliberada. “No solo se trata de incompetencia, que el gobierno no puede evitar esto, sino que es deliberado, que cayeron en cuenta que la situación no les conviene buscar como revertirla, sino que es conveniente para ellos porque favorece a la perpetuación de su régimen autocrático”, indica.

Peña señala que la estrategia de Ortega de provocar la fuga de capital humano, puede ser sostenible en el tiempo para que las familias nicaragüenses puedan sustentar la alimentación o el pago de bienes y servicios, “pero no tenemos evidencia de que esto contribuya al avance tecnológico o a un cambio estructural en las posibilidades productivas del país. En otras palabras, eso no está modernizando el aparato productivo del país”, explica.

De acuerdo a la explicación de los economistas, las remesas solamente alivian el consumo de las familias, pero no ayudan a la economía del país. LA PRENSA/ ARCHIVO

De igual manera, Chamorro indica que esta práctica tiene un efecto negativo sobre el desarrollo del país “porque el capital humano es un capital que está ahí y que forma parte del acervo de profesionales. Es muy difícil de sentir el impacto económico de que alguien graduado de medicina, por ejemplo, termine trabajando en un hospital en Florida. Eso es muy difícil de contabilizar, pero ya se debe estar sintiendo”.

Sin embargo, explica Chamorro, esto le funciona a la dictadura de Daniel Ortega porque se deshace de potenciales protestantes y al mismo tiempo ayuda a la recepción de recursos que alimentan particularmente el consumo.

“Es una economía que no está generando empleo, no está generando posibilidades de generación de ingresos, y miles de familias han encontrado en las remesas la única forma de sobrevivir”, señala Chamorro.

Remesas crecerán

De continuar la tendencia de que las remesas que llegan a Nicaragua aumenten, Peña prevé que este 2023 se superarán los 4 mil millones de dólares. “Eso acerca a Nicaragua a El Salvador y Guatemala que son grandes receptores de remesas a nivel mundial”, señala

A criterio de Juan Sebastián Chamorro, este 2023 habrá más remesas que exportaciones, “lo que te indica es que se ha convertido Nicaragua en el principal rubro de exportación, su mano de obra, lamentablemente”.

Las afirmaciones de los dos economistas coinciden con las estimaciones del Banco Mundial indican que para 2023 se prevé un aumento del 3.3 por ciento de las remesas en América Latina y el Caribe.

El fuerte aumento de las remesas desde Estados Unidos propició que los ingresos globales acumulados crecieran 57.1 por ciento hasta julio de este año, lo que significó para la economía 953.3 millones de dólares adicionales, en comparación con igual periodo del año pasado.

“Este resultado fue explicado principalmente por el aumento de 74 por ciento en los flujos procedentes de Estados Unidos, que significó 917.6 millones de dólares adicionales en el periodo, y de 20.5 por ciento en las procedentes de Costa Rica, al incrementarse en 31.5 millones de dólares, entre otros países de origen”, según datos del BCN.

A nivel mundial, el Banco Mundial estima que los flujos de remesas registrados oficialmente hacia países de ingreso bajo y mediano crecerán un 1.4 por ciento hasta alcanzar los 656, 000 millones de dólares en 2023, mientras que se prevé una reducción de la actividad económica en los países de origen de las remesas, lo que limitará el empleo y los aumentos en los salarios de los migrantes.

“Las remesas complementan significativamente las transferencias de efectivo gubernamentales y son fundamentales para los hogares en épocas de necesidad”,dijo Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial en un reporte divulgado en junio pasado.

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