La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos presentó una actualización que expone las diversas vulneraciones que viven los nicaragüenses bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Esto es en respuesta a la resolución 52/2 del Consejo de Derechos Humanos.
Destacan entre las vulneraciones a los grupos indígenas, mujeres, grupos organizados de la sociedad civil, presos políticos sometidos a procesos sin garantías y despatriados. Como es de costumbre, le fue solicitado al Estado de Nicaragua la participación, pero este no abordó las preguntas que fueron expuestas de manera exhaustiva sobre los temas solicitados.
“El Gobierno de Nicaragua continuó limitando indebidamente los espacios cívico y democrático del país, incrementando su control sobre instituciones y espacios públicos, y restringiendo las actividades de individuos y grupos que sostienen voces disidentes y, cada vez más, también de quienes no caen bajo su esfera de influencia”, aseveran.
Persecución de mujeres en espacios políticos
Aunque la presencia de las mujeres en el gabinete de Nicaragua es de 62.5 por ciento, y ocupa el tercer lugar entre los países con mayor presencia de mujeres en el parlamento con 51.7 por ciento, existe una severa persecución a las mujeres que participan en espacios políticos de oposición.
En la actualización destacó que entre el 5 y el 8 de septiembre de 2022 fueron detenidas arbitrariamente cinco mujeres miembros del partido Unión Democrática Renovadora (Unamos.
“Además, 50 personas activistas políticas habrían sido detenidas arbitrariamente en relación con las elecciones entre el 1 y el 12 de noviembre, 16 de ellas en la víspera de la jornada electoral”, destaca.
Libertad religiosa coartada
La Iglesia Católica han sido objeto de ataques desde el inicio de la crisis sociopolítica en 2018, el informe documentó una fuerte escalada “con frecuencia y gravedad”. Detallaron la expulsión del nuncio apostólico en marzo de 2022, que fue dictada por la Comisión de Asuntos Jurídicos de la Asamblea Nacional, alegando que supuestas víctimas pedían penas “más severas” contra las figuras religiosas que se habían denunciado las violencias consentidas por el régimen, los señalaron de participar en el “golpe” contra el Gobierno de Nicaragua.
En 2023, la situación contra sacerdotes y creyentes de la fe católica se agravó. Entre el 21 y el 23 de mayo del presente año, cuatro sacerdotes y ocho personas empleadas de la Iglesia fueron detenidas arbitrariamente, sin orden judicial.
“Dos de ellos permanecen bajo arresto domiciliario en su seminario y uno está bajo custodia. Las ocho personas empleadas de la Iglesia siguen detenidas. El 27 de mayo, la Policía Nacional emitió un comunicado oficial en el que afirmaba que se estaba investigando a la Iglesia católica por blanqueo de capitales, lo que llevó a congelar las cuentas bancarias de tres de sus nueve Diócesis”, detalló en la actualización.
Tortura, trato inhumano y condiciones de detención
Esta sección del informe expone cómo los simpatizantes del régimen que laboran en la institución policial y carcelaria han violado las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, conocidas como Reglas Nelson Mandela. Además, que se han documentado casos de tortura física y psicológica.
Mala alimentación, negar acceso a medicamento y atención médica de calidad, aislamiento durante más de 22 horas, sin contacto físico, reclusión prolongada, inspecciones injustificadas, además del trato degradante a familiares de los presos políticos, son aristas que el informe destaca sobre la situación de los presos políticos del régimen.
Detalló la situación de al menos cuatro hombres y una mujer que fueron drogados por las autoridades en sus primeros días de detención, de confirmarse esto supondría una violación a un conglomerado de DD. HH. “A las personas detenidas, hombres y mujeres, se les pedía que se desnudaran cada vez que salían de sus celdas y que hicieran sentadillas desnudas cuando regresaban. Varias denunciaron haber sido sometidas a inspecciones visuales injustificadas y degradantes de sus cavidades corporales durante registros rutinarios en los que se les desnudaba. Según los informes, los guardias violaron a presas obligándolas a ponerse en cuclillas desnudas en mitad de la noche e introduciéndoles los dedos en la vagina con el pretexto de comprobar si ocultaban teléfonos móviles”, resaltaron.