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Mientras Daniel Ortega sigue reprimiendo a quienes considera enemigos políticos y cerrando cualquier espacio que sirva para alzar la voz contra sus atropellos, algunos sectores de la población reclaman la indiferencia de la comunidad internacional, especialmente de Estados Unidos, que pese a todas las sanciones, sigue siendo el origen del principal sostén económico de la dictadura: las remesas y exportaciones.
Algunos lamentan que las sanciones de ese país no frenen la represión, y exigen acciones más severas, pero algunos países e incluso dirigentes opositores creen que tampoco eso afectará al régimen, pero sí a la población vulnerable.
Entre las acciones más severas que algunos sectores reclaman está la exclusión de Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta por su sigla en inglés), ya que más del 50 por ciento de las exportaciones tiene como destino el mercado estadounidense. En 2022 el país exportó 3,878 millones de dólares en mercancías locales y 3,851 millones de productos de zona franca. Es decir, un total de 7,730 millones, de los cuales 3,847 millones absorbió el mercado estadounidense.
También piden algún control sobre el flujo de remesas, pues más del 70 por ciento del total proviene de ese país. En 2022, de los 3,224 millones de dólares que enviaron los nicaragüenses que se han ido al exilio, 2,469 millones llegaron desde Estados Unidos.
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Retirar el oxígeno económico al régimen
Según la dirigente opositora Haydée Castillo, en la propuesta que han presentado diversas organizaciones en busca de un consenso nacional para transitar hacia la democracia, algunos grupos han propuesto que una de las vertientes de la estrategia fundamental esté enfocada en retirar todo el oxígeno económico a la dictadura.
“Nosotros tenemos clarísimo que la economía nicaragüense depende esencialmente de Estados Unidos como primer socio comercial y por tanto del Tratado de Libre Comercio. También de la plata que le sigue dando la arquitectura financiera mundial y del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Nosotros eso lo hemos planteado hasta la saciedad, yo lo hice incluso en el lobby que hicimos recientemente en Bruselas, en el contexto de la Cumbre Unión Europea Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)”, asegura Castillo.
Según Castillo, la respuesta de la comunidad internacional ha sido que si Nicaragua sale del DR-Cafta o del Acuerdo de Asociación (AdA) con la Unión Europea, eso solo afectará a la población. “Nosotros hemos planteado que no estamos pidiendo que se afecte a la población porque ya está demasiado afectada con el desplazamiento forzado, el cierre de universidades, ONG, la represión, los muertos, entonces qué más indicadores quiere la comunidad internacional para darse cuenta que el daño ha sido excesivo”, manifiesta Castillo.
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Comunidad internacional se niega
Ante la negativa de la comunidad internacional de excluir a Nicaragua del DR-Cafta y del AdA algunas organizaciones opositoras han pedido que se evalúe quiénes se están beneficiando de estos convenios comerciales.
“Para que tengan más claro, para que tengan indicadores clarísimos de lo que para nadie es un secreto, que en este momento las empresas que se quedan con la mayor parte de las transacciones y las ganancias son empresas que están muy allegadas al régimen. Porque en Nicaragua no hay ningún capital totalmente independiente que no tenga que pasar por el visto bueno del régimen para poder obtener beneficios”, asegura Castillo.
Incluso, según Castillo, en la comunidad internacional hay consenso en torno a que prefieren seguir manteniendo relaciones diplomáticas con Ortega para tener “ese espacio abierto” de comunicación y no dejar al pueblo totalmente aislado. “Entonces es un escenario de mucha complejidad, pero nosotros tenemos clarísimo, no es la primera vez que hemos planteado de que se debe de aplicar a fondo la Nica-Act y la Ley Renacer… Y que el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el BID, el BCIE, deben de dejar de oxigenar al régimen”, advierte Castillo.
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Dirigentes opositores deben hacer su parte
Castillo considera que la comunidad internacional tiene una gran responsabilidad de proteger a los pueblos cuando los gobiernos son los victimarios y le hacen daño a los pueblos, porque es muy difícil que sin ayuda el pueblo de Nicaragua salga del secuestro al que lo tiene sometido la dictadura.
“Pero claro, yo diría que a la par de que sigamos exigiendo que la comunidad internacional pase a escenarios mayores y medidas más contundentes para ponerle alto al terrorismo de Estado… también se hace necesario que la oposición nicaragüense muestre una posición más sólida, coherente y más unificada, de manera que se manden mensajes esperanzadores al pueblo de Nicaragua y también a la comunidad internacional”, aconseja la activista.
Pero la negativa de tocar los tratados comerciales e incluso las remesas, para evitar dañar a la población es una posición de la comunidad internacional que comparten algunos dirigentes opositores, que aseguran que Cuba es el vivo ejemplo de que los embargos comerciales y la eliminación de tratados comerciales pueden poner de rodillas a la economía, pero no botan una dictadura. Mientras que otros aseguran que las sanciones por sí mismas no derrocan dictaduras.
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Remesas ayudan a la población a sobrevivir
“Es un tema de discusión, las sanciones generales que afecten a la población en primer lugar son cuestionadas por algunos miembros de la comunidad internacional e incluso por algunos miembros de la oposición como es mi caso. Yo no creo que castigando a la población se castiga a Daniel Ortega, esa ha sido una posición mía un poco diferente a algunos que sostienen que es importante poner de rodillas a la economía, para que la gente quede desempleada, en miseria y en más pobreza y así empujen un cambio”, dice el economista y exreo político Juan Sebastián Chamorro.
Chamorro añade que la evidencia, sobre todo la de Cuba, demuestra que las dictaduras se alimentan de las penurias económicas de la población, para achacarlas a un enemigo externo. Entonces los embargos y la eliminación de tratados comerciales no son efectivos y no vale la pena darle esa excusa al dictador.
“Pero existe una familia de sanciones a nivel intermedio que ayudan a restringir recursos. Entre ellas poner condicionantes al financiamiento externo, como ocurrió recientemente con el Fondo Verde del Clima; sanciones a instituciones que manejan sus recursos como Petronic, las previsiones que hubo con Bancorp que terminaron cerrándolo. Estas, en mi opinión, sí tienen efecto más directo sobre las finanzas de la dictadura. Hay otros casos extremos que hablan de suspensión de las remesas, pero estos son recursos que en realidad están encaminados a que la población pueda sobrevivir, entonces no hay consenso sobre el tema”, señala Chamorro.
Sanciones necesitan estrategia
Por su parte el economista y exdiputado opositor, Enrique Sáenz, reconoce que las sanciones han golpeado a la dictadura, pero considera que por sí mismas no la van a derrocar y considera que han tenido poco impacto porque se han aplicado sin seguir una estrategia.
“Las sanciones son un instrumento necesario para golpear los intereses económicos de la dictadura, pero por sí solas no van a botar a Ortega. Para comenzar, hasta ahora se han impuesto sanciones aisladas, sin estrategia y sin seguimiento. Es natural entonces que el impacto sea aislado y que la dictadura haya podido recomponerse y con el tiempo neutralizar el impacto del golpe”, dice el exdiputado.
Además, expone como ejemplo que las sanciones al Bancorp, “el banco de la familia, fueron un gancho al hígado al capital privado de Ortega, porque ahí tenía bajo la modalidad de fideicomisos 2,730 millones de dólares, según la auditoría correspondiente a 2018. El golpe lo llevó contra las cuerdas, pero quienes impusieron las sanciones no siguieron la pista del dinero y quedó como una acción aislada. Así, Ortega encontró modos de resguardar esa parte de su capital”, asegura.
Falta de estrategia permite neutralizarlas
Sáenz explica que algo similar ocurrió con las sanciones que Estados Unidos impuso a la Distribuidora Nicaragüense de Petróleo (DNP), ya que la sanción golpeó una de las “máquinas” que la dictadura usaba para acumular dinero. “Pero respondió creando cuatro empresas estatales con capacidad para asociarse con empresas privadas y así seguir en el negocio. Hasta ahí llegó el impacto del golpe. Por esta razón, algunas veces Ortega lloriquea por las sanciones a su capital, y otras se ríe cuando logra neutralizarlas”, asevera Sáenz.
El exdiputado advierte que está claro que a Ortega le duelen las sanciones que afectan su patrimonio y que sus intereses empresariales son tan amplios que “hay varios flancos para imponer sanciones”. Pero mientras se sigan imponiendo sin una estrategia podrá seguir neutralizándolas. “Sin debatir y acordar una estrategia con objetivos, instrumentos, plazos y acciones, discutir sobre sanciones, en mi opinión deriva en una discusión ociosa”, lamenta Sáenz.
Chamorro considera que otras sanciones como la eliminación o restricción de visas que ha impuesto Estados Unidos no están diseñadas para acabar con el régimen, pero meten presión y generan zozobra en las filas del orteguismo, en un escenario en el que muchos de ellos están desertando.
“Entonces hay que tomar en cuenta el efecto que sí tiene esta medida, obviamente esto hay que verlo desde un punto de vista complementario… Pero ciertamente no se trata de centrarse en estas acciones como la única herramienta que tiene la comunidad internacional para meter presión al régimen”, concluye Chamorro.