La perrita Sansa tenía un año y dos meses cuando Mariela Bendaña se vio obligada a migrar de manera irregular hacia los Estados Unidos, el 15 de octubre de 2021. Atravesó Honduras, Guatemala y México, la peligrosa ruta que han recorrido miles de nicaragüenses en busca del sueño americano.
“Por eso no me la pude traer”, dice Bendaña. Para ella, los nueve meses o 273 días que tuvo que esperar para reencontrarse con su mascota en EE. UU. fueron “eternos”, aunque sabía que en Managua había quedado en buenas manos: con sus amigas.
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“Nos tocó caminar varios días, muchas horas a medianoche, nos dejaron un día en el desierto a medio camino, sin agua y sin comida, dormimos en el suelo, en campos abiertos. Nos transportaban en furgones cerrados sin nada de aire prácticamente”, recuerda Bendaña sobre lo vivido con su esposo Kevin Medrano y tres miembros más de su familia.
Mariela y Sansa en EE. UU.
En Nicaragua, Bendaña, de 24 años, se graduó de la Licenciatura Banca y Finanzas en la extinta Universidad Politécnica Nicaragüense (Upoli), y su participación en las protestas antigubernamentales originadas en ese recinto en contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo la llevó al exilio en dos ocasiones: primero en Costa Rica, en julio de 2018, y el actual a EE. UU.
Dice que desde que entró al país norteamericano comenzó a indagar sobre los requisitos y los costos que implicaban que Sansa, de raza bichón habanero, viajara hasta suelo estadounidense, sin embargo, recuerda que “en el año que yo migré, EE. UU. extendió una nueva normativa para las exportaciones de animales. Había 100 países que tenían alto brote de rabia y los perros no podían ser recibidos sin antes tener un examen específico de rabia que no lo hacían en todos los países, solo en México y Chile, y yo no tenía a nadie allá”.
Aunque su deseo de tener a Sansa se frenó en ese momento, no se dio por vencida. Casi un año después, en julio de 2022, la llamada de una amiga la volvió a ilusionar. “Me dijo que el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) había suspendido la normativa y que llamó y le dijeron que para Nicaragua ya no era aplicada la ley”, comenta.
Al otro lado del celular, desde Richmond, Virginia, su voz se quiebra al contar el momento del reencuentro. “Me sentí súper feliz, la gente podrá decir ‘qué loca’, pero no todo mundo sabe el amor que le puede tener uno a un animal. Ella es mi vida y yo me moría sin ella, en cuanto supe que habían levantado la ley empecé a hacer todo el proceso. En ocho días lo hice todo y dos días después (Sansa) ya estaba aquí. Ahorita ya tiene tres años”, expresó la nicaragüense.
Requisitos
En cuanto a los requisitos, Bendaña explica que le solicitaron que la perrita tuviera ciertas vacunas, entre ellas contra la rabia y la parvovirus, un certificado de salud emitido por un veterinario, un transportador kennel (jaula) y un certificado emitido por el Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA).
Las declaraciones escritas y demás documentos, según el CDC, se deben presentar en inglés o tener una traducción al inglés certificada en la que se incluya el nombre, dirección y la información de contacto del traductor y tener un sello de firma o un sello en relieve con su número de habilitación o de traductor certificado.
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“El kennel tiene que ser certificado y con las medidas de la mascota, pero que no sea tan ajustado. La mascota debe tener un certificado de IPSA, las vacunas, un certificado de salud de la mascota, un microchip”, agrega Bendaña.
Costos
Sobre los costos enumeró que el más elevado fue el viaje de avión que le costó 780 dólares. Este, sin embargo, puede variar en dependencia del tamaño del animal o la aerolínea. A pesar de esto, el precio no dista mucho de los casi 800 dólares.
Además tiene que pagar un microchip de 25 dólares, las vacunas que en total rondan los 40 dólares, certificado de salud 25 dólares, certificado de exportación del IPSA que cuesta 15 dólares, el kennel con un precio variable según el tamaño de la mascota, en el caso de Sansa (una raza pequeña) costó 200 dólares; así como un desaduanaje en EE. UU. de 100 dólares.
El viaje, dice Bendaña, no debe durar más de seis horas. Su mascota tuvo que estar dos horas antes del viaje en el aeropuerto. Viajó de Nicaragua a Panamá y de Panamá a Washington. “No pueden viajar más de seis horas seguidas porque se convierte en algo muy estresante y pueden morir. Sansa salió de Nicaragua y fue recibida en Panamá donde estuvo una noche y al día siguiente la alistaron para Washington”, afirma.
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La recomendación para los perros es no darles alimentos ni agua cinco horas antes del viaje.
Los CDC reconocen que las aerolíneas tienen diferentes reglas sobre si una mascota puede viajar y cómo. Dependiendo de la aerolínea, su mascota puede viajar en su vuelo en la cabina o en la bodega de carga, e incluso en un vuelo separado como un envío de carga aérea.
Terrestre o aéreo a Costa Rica
Si usted se encuentra en Costa Rica, el ingreso de mascotas, ya sea por tierra o por aire, requiere de un esquema de vacunas completo, en especial la de la rabia con más de 30 días y vacuna Novibac DHPPi+L.
Asimismo, los animales deben estar desparasitados dentro de 15 días antes del viaje y se solicita un certificado veterinario oficial firmado por el departamento de salud animal en el país de origen dentro de 10 días antes del viaje, en este caso del IPSA.
Hay agencias en Managua que ofrecen el servicio de los trámites de exportación por un costo de 150 dólares, sin embargo, si usted desea que lo lleven directamente hasta la frontera vía terrestre el precio aumenta hasta 400 dólares.
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La agencia se encarga de revisar la cartilla de vacunas, de hacer una visita domiciliar personalizada, pagar en los bancos el trámite de exportación, asesoramiento para la compra de jaula o bolsos. Para tramitar el certificado de exportación la mascota debe contar con un certificado de salud y cartilla de vacunas.
Si la mascota viaja sin acompañante, vía aérea, tiene que hacerlo bajo la modalidad de cargo. Este servicio también lo ofrecen agencias costarricenses que cobran, ya con la liberación de aduanas y los costos por los trámites, 486 dólares más los impuestos, según una cotización realizada este mes. La compra del ticket, la reserva y la recepción de la mascota debe realizarla el cliente con la aerolínea que prefiera utilizar.
Si fuese vía terrestre, la agencia de Costa Rica puede recoger a la mascota desde el puesto fronterizo por 500 dólares, realizar los trámites en Nicaragua por 200 dólares y entregarlo a su domicilio si se encuentra en la zona metropolitana de San José.
Aéreo hasta Canadá
Si usted se encuentra en Canadá y está interesado en reunirse con su mascota debe tomar en cuenta que al llegar al aeropuerto, el agente migratorio de CBSA (Canada Border Services Agency) puede denegar la entrada de su mascota, en caso de que no esté declarado correctamente, que no tenga los certificados o vacunas necesarias, y si está enfermo o infectado con alguna plaga.
Los trámites básicos para emigrar a Canadá con perros y gatos incluyen un certificado de vacunación, un certificado de salud veterinaria y un permiso sanitario de exportación. Documentos que deben expedirse en el país de origen del animal, en este caso Nicaragua.
Si su mascota tiene más de 3 meses debe estar vacunada contra la rabia y presentar el certificado de vacunación. La vacuna contra la rabia debe haberse puesto con más de 40 días previos al viaje.
Una nicaragüense que en el 2020 se llevó a su mascota explicó que viajó bajo la modalidad de carga y el precio del viaje fue de 400 dólares, a eso le agregó los 250 dólares que le pagó a una agencia por los requisitos y 150 dólares más por el costo de la jaula y la pastilla para dormir a la perrita.
El certificado de vacunación contra la rabia debe estar escrito en inglés o francés o traducido, expedido y firmado por un veterinario autorizado por el respectivo colegio profesional de su país o por la autoridad sanitaria de su país donde se especifique la raza, color y peso del animal, a su vez indicar la fecha de la vacunación e indicar la razón social y el número de serie de la vacuna autorizada, y por último especificar la duración de la inmunidad.
La aerolínea Air Canadá en su sitio web explica que la mascota puede viajar acompañada o sola. Al llegar a Canadá, el agente de CBSA puede solicitar una segunda inspección de la mascota con Canadian Food Inspection Agency (CFIA), para corroborar que el animal está sano y que toda la documentación esté en regla. Esto tiene un costo de entre 30 y 50 dólares canadienses, equivalentes a 22 o 38 dólares americanos. No siempre solicitan esta segunda revisión.
Hasta España
Los trámites básicos para que una mascota pueda entrar a España incluyen un certificado de vacunación (contra la rabia y otras vacunas), un certificado de salud veterinaria y un permiso sanitario de exportación, documentos que deben expedirse en el país de origen del animal.
España, según el Ministerio de Agricultura, exige como requisitos la instalación de un microchip en el animal con los datos de identificación de la mascota y la aplicación de la vacuna contra la rabia. Perros o gatos menores de 3 meses no son admitidos en España.
Debe tener al menos 7 meses, dependiendo del país de procedencia, pero se aplica para la mayoría de los países de Latinoamérica. Una nicaragüense compartió en Facebook que a inicios de mayo se reencontró con su mascota; dijo que viajó a través de Avianca desde Nicaragua hasta El Salvador, y posteriormente a través de los vuelos interlíneas Iberia.
Recomendó que antes de viajar con mascotas, debe asegurarse del microchip, vacunas al día y reunir todos los requisitos solicitados por la aerolínea para viajar.