La dictadura de Daniel Ortega detuvo el martes 23 de mayo al sacerdote Jaime Iván Montesinos Sauceda, de la parroquia San Juan Pablo II, de Villa Chagüitillo, ubicada en el municipio de Sébaco, de la Diócesis de Matagalpa, uno de los departamentos más afectados por la represión de Ortega contra la Iglesia católica.
La detención del sacerdote había sido denunciada en redes, sin embargo, este jueves la Policía orteguista confirmó que el padre fue detenido y está siendo acusado de cometer “actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación de la nación, de conformidad con el artículo 1 de la Ley No. 1055, Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz”, una acusación que es habitual para incriminar a los opositores y críticos de la dictadura de Ortega.
Anuncian enjuiciamiento
“La Policía Nacional realiza las diligencias investigativas pertinentes y remitirá al investigado a las autoridades competentes para su enjuiciamiento y determinación de las responsabilidades penales”, agrega la nota de prensa de la Policía.
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Al igual que ha ocurrido con otros casos de sacerdotes encarcelados, la nota de prensa policial manifiesta que el sacerdotes estaba ebrio y lo acompañaba una mujer.
“Se encontraba en actitud sospechosa, en estado de ebriedad y en compañía de una joven, a bordo de la camioneta marca Toyota Hilux color blanco, doble cabina, placa MT 23726, estacionada a la orilla de la vía”, según la versión policial.
Tercer sacerdote detenido
El padre Montesinos es el tercer sacerdote detenido en los últimos días. La Diócesis de Estelí confirmó el martes 23 de mayo que los sacerdotes Eugenio Rodríguez y Leonardo Guevara Gutiérrez se encuentran en “una casa de formación de la iglesia”, en Managua, tras ser trasladados por la Policía para “investigaciones”.
El padre Rodríguez es de la parroquia Divina Providencia, de Jalapa, Nueva Segovia, y el padre Guevara de la Catedral de Estelí.
La dictadura de Ortega también encarceló y condenó a 26 años de prisión al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, por “traición a la patria”, “propagación de noticias falsas”, “menoscabo de la integridad nacional”. También están presos desde 2022 otros dos sacerdotes por delitos comunes, pero en el contexto de persecución de religiosos críticos al régimen de Ortega.
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Monseñor Álvarez fue detenido desde agosto de 2022 junto con otros religiosos que lo acompañaron durante más de 10 días de encierro en la Curia Episcopal de Matagalpa, por el asedio de la Policía. El pasado 9 de febrero sus acompañantes, junto a más de 200 presos políticos, fueron enviados a Estados Unidos despojados de su nacionalidad nicaragüense. Monseñor Álvarez se negó a subir al avión, convirtiéndose en el personaje más emblemático de los presos políticos en Nicaragua.
Los ataques a la Iglesia católica de parte de la dictadura de Ortega, también han incluido expulsión de sacerdotes del país, cancelación de asociaciones de la Iglesia, cierre de radios de línea católica, prohibición de eventos tradicionales, agresiones, entre otros.
La guerra de Ortega contra la Iglesia católica lo llevó a suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano, tras una crítica del papa Francisco por la detención de sacerdotes en Nicaragua.
