LA PRENSA publicó en su edición de este lunes 15 de mayo un trabajo informativo, en el cual se demuestra la falacia del llamado bloqueo de Estados Unidos (EE. UU.) a Cuba, con la que los gobernantes comunistas de este país lo culpan de su atraso económico y la miseria que sufre el pueblo cubano.
Fundado en publicaciones de BBC News Mundo, LA PRENSA informa que —por ejemplo— Cuba compra a EE. UU. el 80 por ciento de la comida que consumen los cubanos, recibe anualmente más de 2 mil millones de dólares en remesas familiares y hay más de cien vuelos de aviones comerciales semanales entre ambos países.
¿Qué bloqueo puede ser eso? Lo que EE. UU. impone al régimen de Cuba son sanciones económicas, pero con muchas brechas como lo prueban los datos anteriores. Eso aparte de que Cuba tiene libertad de comerciar con todos los países del mundo que quieran hacerlo, aunque la verdad es que tiene muy poco o nada que ofertar.
En realidad, lo del bloqueo de EE. UU. es un truco propagandístico del régimen de Cuba para ocultar el fracaso total del sistema económico comunista, justificar las penurias del pueblo cubano y mantener levantada internacionalmente una bandera de víctima que le reporta grandes réditos políticos.
Es lo que ocurre en las Naciones Unidas, cuya Asamblea General cada año aprueba por abrumadora mayoría una resolución que condena el falso bloqueo y exige a EE. UU. que lo suspenda inmediatamente y sin condiciones. Y pide que indemnice al régimen comunista cubano por los supuestos daños que le causa.
Por otra parte, se supone que las sanciones económicas —que no son un bloqueo— de EE. UU. contra el régimen comunista de Cuba es para obligarlo a hacer reformas económicas y políticas que beneficien a la población cubana; y que respete los derechos humanos.
Pero a lo largo de 61 años de sanciones económicas de EE. UU. el régimen de Cuba no ha cedido prácticamente nada. La verdad es que a la clase dirigente cubana nunca la han perjudicado las sanciones económicas, porque desvía sus efectos hacia la población sometida que al fin y al cabo es la que paga las consecuencias.
Se puede decir que al pueblo de Cuba le caen encima “tras cuernos palos”, refrán popular cuyo significado es que detrás de una desgracia viene otra. En efecto, a las consecuencias desastrosas del fracasado sistema económico comunista se agregan las de las sanciones comerciales estadounidenses que son descargadas encima de la empobrecida población cubana.
Precisamente la experiencia de Cuba es la mejor muestra de que las sanciones económicas no son eficaces, que no obligan a nada a las dictaduras, mucho menos a realizar las reformas democráticas que supuestamente son el motivo por el cual se las imponen.
Las sanciones económicas victimizan a las dictaduras, les dan argumento para justificar su incapacidad de gobernar y empobrecen más a quien se supone que deben beneficiar, como es la gente más pobre de los países sometidos a los regímenes dictatoriales.