Desde mediados de abril de 2018, la población estudiantil y otros sectores interrumpieron sus rutinas para manifestarse durante varios meses contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El pueblo nicaragüense conmemoró este abril cinco años de resistencia ciudadana y sigue demandando libertad, justicia y no repetición.
Hubo diversas protestas ciudadanas que demostraron el descontento de la población con los atroces actos que estaban cometiendo el Estado sandinista. La mayoría de la ciudadanía recuerda especialmente la marcha del 30 de mayo, llamada “La madre de todas las machas”.
Pero antes de ese crucial día, estas son otras de las protestas que hicieron temblar al régimen.
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23 de abril
En el sexto día de protestas, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) convocó a una manifestación en apoyo a los jóvenes estudiantes que resistían en la antigua Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli). Además, el lema principal de esta protesta civil fue demandar al régimen el cese de la violencia y exigir justicia por los asesinados hasta ese momento.
No se podía medir la magnitud de ciudadanos que asistieron. Los medios reportaban que aunque la marcha iba a más de la mitad del camino, cientos de manifestantes todavía se encontraban en la rotonda de Metrocentro, lugar donde se convocó que saldría la protesta.
“Un día antes e incluso antes de que arrancara, decíamos que esa marcha tenía que ir a la Upoli. No tenía sentido que fuera a otro lugar, tal como lo había planteado el Cosep, porque recordemos, esa marcha la convocó esa organización, pero el pueblo se la tomó”, relató un artículo de la Alianza Universitaria de Nicaragua (AUN),
Previo a esta marcha, se reportó un total de 28 fallecidos en el reciente ataque de agentes de la Policía y grupo de choque contra los universitarios que se encontraban en la Upoli.
En la marcha se podían escuchar diversas consignas del pueblo que hacían referencia a la esperanza, exigían la renuncia inmediata de Ortega y homenajeaban a los estudiantes y ciudadanos fallecidos durante los enfrentamientos. La ciudadanía no dudó en expresar su apoyo y se podía ver cómo quienes, aunque no se sumaban a la marcha, regalaban agua a los manifestantes.
En la Upoli, los estudiantes pudieron sacar a los heridos respaldados por los manifestantes y vecinos aledaños al recinto universitario, quienes les llevaban alimentos. Esto también provocó que en las ciudades de Boaco, Matagalpa y Juigalpa realizaran vigilias por las víctimas.
Peregrinación convocada por la Conferencia Episcopal
El 28 de abril, con el ambiente en el país aún tenso por los diversos enfrentamientos a nivel nacional la ciudadanía volvió a tomarse las calles. En esta ocasión fue la Iglesia católica que convocó a una peregrinación para pedir justicia por los crímenes que estaban ocurriendo en el territorio nacional.
Esta fue la primera gran manifestación a la cual llamaron los líderes religiosos. La ciudadanía se reunió en la rotonda Cristo Rey, las inmediaciones del Colegio Teresiano y la rotonda El Periodista; de estos tres lugares la ciudadanía marcharía hasta llegar a la Catedral Metropolitana de Managua.
A esta movilización se le sumó el Movimiento Campesino, que desde horas de la mañana del 28 de abril de 2018 se movilizaron de diferentes departamentos hacia Managua. La caravana de campesinos fue encabezada por Francisca Ramírez, líder campesina.
Asimismo, el llamado de la Iglesia católica se replicó en varios departamentos del país. “Es un evento de fe, pero también un evento de amor a Nicaragua”, dijo Silvio Báez, líder religioso quien actualmente se encuentra en el exilio.
A la manifestación asistieron miles de nicaragüenses que transcurrían entre consignas que exigían la salida del poder de Ortega y, oraciones por las víctimas, sus familiares y justicia para el país.
“Si en un mes no vemos que hay avance en el diálogo, si vemos que está estancado, que no hay buena voluntad, que no se logra ningún resultado, que estamos perdiendo el tiempo, los obispos nos retiramos. Eso es lo que el pueblo tiene que saber. Y a todo el pueblo de Nicaragua le vamos a tener informado de lo que estamos haciendo, no más misas negras, no más arreglos de cúpulas. El pueblo va a estar informado de lo que ahí ocurra”, aseguró Silvio Báez en esa ocasión.
Por la Justicia y la Democratización de Nicaragua
Estudiantes, campesinos y sociedad civil volvieron el 9 de mayo a tomarse las calles en una marcha nacional donde la principal exigencia era pedir justicia por los más de 60 muertos en las jornadas de enfrentamientos en Nicaragua, y la democratización del país.
La marcha salió de la Catedral de Managua, pasó por la rotonda Rubén Darío, continuó hacia Carretera a Masaya por el monumento Alexis Argüello, hasta llegar a los semáforos de Autolote El Chele, y finalizó en la rotonda Cristo Rey.
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Como respuesta al anuncio de esta marcha, el gobierno de Ortega y Murillo anunció una contramarcha que denominó “Canto por la paz y el cariño” y se realizaría en la Avenida Bolívar.
Con la represión a los manifestantes y la masacre ocurrida durante “La madre de todas las marchas”, Ortega y Murillo consolidaron lo que organismos de defensa de derechos humanos han llamado un “Estado de terror”, impidiendo que el pueblo se volviera a tomar las calles y continuara públicamente su reclamo por la restauración de la democracia, justicia y no repetición.