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Régimen dice que su política de congelamiento de combustibles da alivio a hogares y empresas

Este es el supuesto costo económico que tuvo para la economía de los nicaragüenses el congelamiento de los combustibles entre abril y diciembre el año pasado, según el Gobierno

Aunque los precios de los combustibles comenzaron a caer después de la mitad del año pasado y en Nicaragua ese alivio no ha sido trasladado a los consumidores, el régimen de Daniel Ortega asegura que su política de congelamiento de precios vigente desde hace un año ha “generado un alivio a hogares y empresas”.

Según el régimen, solo el año pasado el costo por mantener congelados los combustibles ascendió a 3,072.2 millones de córdobas (unos 84.8 millones de dólares), lo que ocasionó que el gasto público en subsidio prácticamente se duplicara y ascendiera a 7,959.1 millones de córdobas.

Dentro del programa de subsidios el Gobierno tiene en el Presupuesto General de la República gasto en subvención en el consumo de electricidad y agua para jubilados, universidades, en el caso de los barrios vulnerables en la electricidad, así como el subsidio para los que consumen igual o menos de 150 kilovatios mensuales, subsidio en el pasaje de bus en Managua y el interior del país, entre otros.

En el 2021 el gasto en los diferentes programas de subsidios estatales sumó 3,458.5 millones de córdobas, lo que equivalía a 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto y el año pasado este aumentó su equivalencia a 1.4 por ciento del PIB, un nivel no observado desde el 2005.

“El problema no es el costo del subsidio, porque si realmente estuviese beneficiando a la población, uno no cuestiona, acá la crítica se centra en dos enfoques: la falta de transparencia de cómo se repartió ese pastel de 3,072 millones de córdobas entre los que participan en el negocio de los combustibles en Nicaragua y segundo por qué no se han descongelado los combustibles si el precio del petróleo comenzó a caer a partir de la segunda mitad del 2022. Hay un manejo muy oscuro de esta política de subsidio a los combustibles y ahí está el cuestionamiento”, dijo un economista, quien prefiere no ser citado por temor a represalias.

En el informe anual publicado por el Banco Central, el régimen admite que los combustibles fueron congelados sus precios cuando estos alcanzaron el nivel más pesado para los consumidores, los que se mantienen hasta hoy sin tocar y siguen pesando sobre la economía nicaragüense, pese a que el precio del crudo está por debajo de los 85 dólares y lejos de los 100 dólares, razón para que se adoptara dicha política.

Según el reporte, en enero, por ejemplo, un litro de gasolina súper valía 41.96 córdobas y para abril ascendió a 48.97 córdobas y desde entonces este no ha variado, mientras en el resto de Centroamérica se vende más barata. La gasolina regular pasó de 40.90 a 47.81, una carga que aún pesa sobre la economía. Y el diésel en el mismo periodo de las gasolinas, pasó de 36.57 a 43.21.

Efectivamente el reporte el BCN no explica cómo se repartieron el pastel de 3,072 millones de córdobas las petroleras que operan en el mercado, recursos que finalmente saldrán de los impuestos de los nicaragüenses.

“El incremento de los precios internacionales de combustibles y otros insumos (e.g., fertilizantes) a inicios de 2022 motivó a la realización de políticas de mitigación en Nicaragua, buscando aminorar el impacto del encarecimiento de esas materias primas sobre los precios de bienes y servicios de primera necesidad”, dice parte del informe.

Y aunque el régimen asegura que su política de congelamiento de los combustibles aún no tiene fecha de caducidad, lo cierto es que un análisis regional de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca) actualizado hasta el 25 de marzo de este año confirmó que solo Panamá y República Dominicana mantienen algún tipo de subsidio en sus diferentes combustibles, mientras que el resto, incluido El Salvador, ya se está moviendo a precio de mercado.

En Nicaragua, el Gobierno admite que la tendencia alcista en el precio del petróleo afectó la primera mitad del año pasado, en gran parte por el conflicto geopolítico en Europa del Este a finales de febrero, a partir de lo cual el crudo WTI (West Texas Intermediate) de referencia para Nicaragua manifestó un alza de más de 20 dólares por barril en menos de un mes (+22.7 por ciento). Con esto, el petróleo alcanzó un precio de 113.4 dólares por barril en la segunda semana de marzo, lo que suponía un máximo no visto desde septiembre de 2008.

Por su parte, el precio de la gasolina de la Costa del Golfo también siguió la tendencia del precio del crudo, pues esta se encareció casi 30 por ciento en ese mismo lapso de tiempo, ocasionando presiones al alza en los precios de los combustibles en Nicaragua.

Sin embargo ese escenario es otro a nivel internacional. El barril de petróleo WTI, de referencia para Nicaragua, ascendió a 81.38 dólares el barril, un alza de 2.06 por ciento respecto al martes pasado.

Sobre el impacto en la tasa inflacionaria, el BCN dice que “la inflación observada en julio de 2022 fue 10.4 por ciento, mientras que la inflación interanual proyectada, sin condicionar en la fijación de precios de hidrocarburos, puntualizó 11 por ciento en el mismo mes”.

Y agrega: “De ese modo, se observa que las medidas implementadas han generado una influencia directa en cuanto a la disminución de las presiones inflacionarias en el país. No obstante, se debe destacar que su incidencia podría estar subestimada, considerando que existen efectos indirectos (o de segunda vuelta) que podrían no ser capturados de forma directa”.

Economía combustibles en Nicaragua archivo

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