Como consecuencia de la violenta ruptura que provocó el estallido social de 2018 entre el régimen Ortega Murillo y la empresa privada nicaragüense, el sector cafetalero le “perdió” la pista a más de 43.47 millones de dólares que los productores de café arábica aportaron, entre 2014 y 2023, al Fondo para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (FTDC).
A este monto hay que sumarle aproximadamente un millón de dólares recaudado a partir de 2017, por el envío al exterior del café robusta. Se sabe que esta variedad se comenzó en pequeños volúmenes. Pero no se conoce el detalle mensual de las ventas, ya que solo se publica el total exportado en cada cosecha. Pero mientras el monto del FTDC sigue creciendo, del laboratorio que pusieron la primera piedra en 2020 no volvieron a mencionar ningún detalle.
Una década después de que el régimen impuso un “impuesto” por cada quintal de café exportado, el proyecto de financiar con esos recursos el primer laboratorio de investigación del café y de crear un fondo semilla para impulsar su transformación, pasó a la larga lista de promesas incumplidas de los Ortega Murillo. Los recursos ni siquiera agilizaron la entrega de financiamiento al sector. Los grandes y medianos productores y exportadores, que aportan estos recursos, no tienen la menor idea del uso que se les da. Por eso, durante varios años demandaron que se suspendiera el cobro y ahora el fondo lo consideran perdido.
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En 2023 impusieron el aporte más alto
En lugar de suspender el cobro como ha demandado el sector, en 2017 reformaron la ley para incluir la variedad robusta y con ello elevar la recaudación. Y este año se estableció la tarifa más alta desde el inicio de la retención. A partir del 1 de enero de 2023 el aporte es de 4 dólares por cada quintal exportado. En los años anteriores fue de entre uno y dos dólares. Mientras que para el café robusta ha sido de entre uno y 1.75 dólares por quintal exportado.
El FTDC se creó en 2013 mediante la Ley 853, Ley de Transformación y Desarrollo de la Caficultura. Este se alimenta con el aporte que hace el sector por cada quintal de café que se exporta. El Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific), tomando en cuenta los precios internacionales de referencia, fija el monto anual del aporte. Nicaragua reporta las estadísticas de producción y exportación del café por cosecha. Es decir, de octubre de un año a septiembre del siguiente. Pero el aporte se establece y contabiliza por año calendario, o sea, de enero a diciembre.
Desde su creación el sector privado veló por la seguridad del fondo. Pero en medio de la crisis sociopolítica que estalló en 2018, los representantes del sector privado renunciaron a sus cargos en la Conatradec. Con su salida, el sector perdió el control del resguardo del dinero que en ese momento estaba en un fideicomiso en el Banco Produzcamos.
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Empresarios perdieron el control
Tras la salida de los empresarios el manejo del fondo quedó en manos de los titulares de las cinco instituciones que integran la Conatradec. Estas son: Ministerios de Agricultura (Mag), Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca); Fomento, Industria y Comercio (Mific), Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA).
También de un representante de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (Unag) y Pedro Haslam, secretario político del FSLN en Matagalpa. Haslam, aunque está vinculado a cooperativas cafetaleras, nunca aclaró a quién representaba en la Conatradec.
Los dos representantes del sector privado, cuyas firmas estaban registradas para hacer transacciones con el fondo, eran José Adán Aguerri, en su calidad en ese momento de presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y Michael Healy, entonces presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic).
Ambos forman parte del grupo de los 222 presos políticos que tras casi dos años de permanecer en el nuevo Chipote fueron enviados a Estados Unidos el pasado 9 de febrero y despojados de su nacionalidad, por lo que sus firmas ya no tendrían ninguna validez.
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Primera piedra del laboratorio, pero no construyeron
Luego de asumir el control absoluto de estos recursos del sector privado, el régimen anunció que el 18 de mayo de 2020, en un acto político en conmemoración del natalicio de Augusto C. Sandino, colocaron la primera piedra para la construcción del Laboratorio Nacional de la Caficultura. El acto se realizó en un predio ubicado en el kilómetro 102 de la Carretera Panamericana, en Sébaco, Matagalpa, y no dieron detalles de la inversión. Pero tres años después, los grandes productores y exportadores, que aportaron el dinero para financiar el proyecto, desconocen por qué la construcción no avanzó.
Además, solo supieron de dicho acto por las notas publicadas en los medios oficialistas, ya que no los invitaron al evento. En este solo participaron funcionarios públicos y los secretarios políticos del FSLN de los municipios de Matagalpa.
Tres meses después de colocar la primera piedra, obviando que la obra se financiaría con el aporte de los productores y exportadores del país, el régimen emitió un comunicado en que aseguró que junto a la Comisión Nacional para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (Conatradec) aprobaron la construcción del laboratorio.
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Prometieron laboratorio de primer nivel
“Este laboratorio cumplirá con estándares y normas internacionales de gestión de la calidad. Y contará con un complejo de laboratorios de referencia nacional y regional, que prestarán los siguientes servicios: análisis de suelo y agua, análisis fitosanitario, tejido vegetal, biología molecular, calidad de semilla, calidad de grano, y residuos y catación del café. Este laboratorio también contará con auditorio, salas de conferencia y reuniones a disposición de las familias productoras“, decía el comunicado.
Representantes del sector, que piden anonimato, explicaron que desde hace varios años han pedido una auditoría de estos recursos, pero hasta ahora no han tenido respuesta. Además, actualmente con la ruptura entre el sector privado y el régimen es más difícil exigir respuestas, ya que tras el cierre del Cosep y las cámaras que lo integraban ni siquiera existe una instancia que pueda demandar información sobre estos recursos. Es por ello que consideran que una vez más le robaron al sector. Y es que en la década de los 80, durante el primer gobierno de Ortega, el Fondo de la Estabilización de Precios también desapareció sin que hasta la fecha hayan dado alguna explicación.
Dirigentes de los productores y exportadores temen que este fondo que ya supera los 40 millones de dólares se esté usando para hacer populismo, con la entrega de paquetes tecnológicos a pequeños productores y se esté derrochando en supuestos gastos administrativos, ya que ni siquiera el laboratorio se construyó. O en eventos como el concurso Taza de la Excelencia que en su momento anunciaron que financiarían y desde entonces dejó de tener relevancia.
Tampoco se tiene información de cómo avanza el proceso de renovación de las áreas de cultivo de café, que el Gobierno había prometido con parte de esos recursos.