Los hijos e hijas de presos y ex presos políticos también han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los menores presenciaron detenciones violentas de sus madres y padres, la falta de comunicación por meses y la incertidumbre de no saber qué sucede a su alrededor. Una de las preguntas que surge es cómo explicarles lo que pasa en Nicaragua a la niñez.
Ruth Quirós, psicóloga del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, explicó que para relatarles las situaciones de vulneración que vivieron deben ser honestos y transparentes. Se suele subestimar la capacidad de comprensión de los menores, aseveró la especialista.
Los hijos de los privados de libertad vivieron un drama mientras sus padres se encontraban en las mazmorras del régimen. Las capturas violentas de Tamara Dávila, Suyén Barahona y Miguel Mora, quienes fueron detenidos en presencia de sus hijos, los cuales tuvieron repercusiones en la percepción de la integridad de sus padres. La hija de Dávila llegó a pensar que su madre estaba muerta.

Otro caso fue el de la hija de Miguel Mendoza, aunque la pequeña no presenció la detención arbitraria de su padre no podía entender por qué no podía verlo. En su cumpleaños número 8 pidió como único deseo poder ver a su papá. “Hola papi, tengo 10 meses que no te veo y hoy es mi cumpleaños, mi único deseo es que te vea y te bese. Te amo con todo mi corazón”, expresó la menor.
La psicóloga afirmó que es mejor hacerles saber a los menores cuál es la situación política del país porque también los niños pueden crecer con un sentimiento de culpa, porque no saben lo que está pasando y empezarán a crear respuestas por su parte.

Maneras de decirlo
Alguno de los exreos que fueron liberados el pasado mes de febrero, están ocupando recursos literarios para poder explicarles a sus hijo qué fue lo que vivieron y porque se ausentaron tanto tiempo de su vida.
Ruth Quirós explicó que recurrir al arte para contar esa etapa puede ser una buena estrategia, pero no debe cruzar la línea de lo fantasioso. El lenguaje se debe adaptar a la etapa de los menores. Agregó que cada padre debe conocer la sensibilidad de sus hijos para tener este tipo de conversaciones.
Además, es importante ocultar ciertos detalles, como algún detalle explícito de tortura o el haber estado en tiempo prolongado en una celda de castigo y lo que esta experiencia conlleva.
Ruth Quirós explicó que no se puede proteger a los infantes de eventos traumáticos, porque cada persona percibe los eventos. Sin embargo, es necesario dotar a los menores de herramientas para que puedan sobrellevar cualquier acontecimiento que les pueda causar miedo, que los ponga en peligro o asimilar la muerte.
“Enseñarles el manejo de emociones y no vivir peleados con ellas, a no vivir en guerra con nuestras emociones porque además las integramos muchas veces como algo negativo y las emociones son más funcionales, están ahí por una razón”, añadió la especialista agregando que la aceptación del cuerpo y la aceptación personal deben formar parte de las herramientas que los padres brinden a sus hijos.
“Hay muchísimos (recursos) desde la comunicación asertiva, la resolución de conflictos son muchas cosas las que podemos trabajar con los niños. Lo ideal es que sea el padre y la madre los responsables, o la persona a cargo quien dote a los menores de esos recursos que no tenga que ir por ahí buscándolo en otros lugares, sino que tiene un hogar donde se crezcan con esos recursos”, puntualizó.

Estrés por redes sociales
Los adolescentes y jóvenes en Nicaragua, e incluso a nivel global le dan un mal uso a la tecnología en ciertos ámbitos, mencionó la psicóloga. Aunque se puede rescatar diversas cosas sobre la idea de que un menor tenga un celular.
La tecnología puede ser especialmente beneficiosa cuando por alguna razón alguno de los padres ha migrado, esto permite que esté en constante comunicación para que el menor no sienta un abandono.
“Entonces creo que ahí es lo que te decía podemos estar presente de otras formas a través de la tecnología y eso también es parte de la verdad de permitirles crecer, de permitirles integrarse a una sociedad donde se está en contacto constante con la tecnología. Pero que yo tengo como adulto el control, que yo estoy supervisando la situación y que yo puedo manejarlo”, explicó Quirós.
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Trauma colectivo
La psicóloga afirmó que en Nicaragua existe una herida social que no se ha trabajado en décadas, por lo que la violencia repercute en las generaciones más jóvenes. Pero destaca que actualmente estos temas se están hablando entre la sociedad nicaragüense para evitar que las heridas se repitan. “Se quiere hacer para que la historia no se repita”, expresó.
“Podemos ver cómo las personas adultas traen una gran carga de violencia inyectada y la quieren reproducir, incluso grupos de nicaragüenses, acá dentro (Costa Rica), digamos que se confrontan entre ellos porque no saben ni cómo integrarse. Esa es la realidad, esos adultos que hoy se pelean y discuten son unos niños heridos del pasado, son los niños que no han resuelto sus traumas de la guerra, de la violencia, de todo lo que vivieron de múltiples abusos, violencia física, violencia sexual porque además hubo separación familiar”, explicó.