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Dante Mossi estuvo en mayo de 2022 en Nicaragua. Aquí con Daniel Ortega. Foto publicada por El 19 Digital

Financiamiento del BCIE a la dictadura desata polémica entre expertos de la región

El presidente del BCIE, Dante Mossi y los expertos Ryan Berg y Manuel Orozco debatirán si los cientos de millones de dólares del banco regional han beneficiado a la dictadura

El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, a quien se le señala de inyectar oxígeno al dictador Daniel Ortega, “debatirá” públicamente con Ryan Berg, director del programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) y Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de la fundación Diálogo Interamericano, sobre el financiamiento que esa institución regional brinda al régimen nicaragüense. El encuentro tendrá lugar en Washington DC, el próximo 16 de marzo.

La propuesta de un debate público se originó luego de que Berg compartiera en su cuenta de Twitter un reciente estudio en que el CSIS puso el foco sobre el continuo financiamiento del BCIE al régimen orteguista, pese a la condena internacional por las violaciones de derechos humanos, la falta de transparencia y los fraudes electorales. Además, el estudio plantea siete acciones mediante las cuales Estados Unidos podría “frenar” la oxigenación del banco regional a la dictadura.

Mossi reaccionó desafiando a Berg a un debate sobre lo que el BCIE financia a los países centroamericanos “con hechos y verdades”.

Berg replicó: “Señor Mossi, los hechos son criaturas testarudas. Y los hechos son así: Nicaragua recibe el 26 % del BCIE préstamos de (US$3.5 mil millones en los últimos años), superando a El Salvador y Guatemala. Hay una razón por la que te has ganado el apodo de ‘banquero de dictadores'”.

En su estudio, Berg sostiene que debido a la crisis de derechos humanos en Nicaragua, el BCIE debería de dejar de financiar los proyectos del régimen.

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Asimismo indicó que, mientras la mayoría de “proveedores de crédito bilaterales y multilaterales han suspendido sus operaciones con Nicaragua ante la brutalidad del régimen, el BCIE todavía tiene decenas de avisos de adquisiciones y planes para futuros proyectos de desarrollo por valor de cientos de millones de dólares”.

Además, cuestiona que “a pesar de tener una población menor que la de Guatemala y Honduras, Nicaragua ha recibido casi el 26 por ciento de la cartera de préstamos del BCIE, lo que ilustra la importante posición financiera del país dentro del BCIE”.

Los recursos del BCIE “sirven” para financiar dictaduras

Mossi ha recibido serios cuestionamientos sobre su continuo apoyo al régimen, pese a las sanciones impuestas de Estados Unidos, Unión Europea, Suiza, Canadá y Reino Unido a funcionarios, entidades y empresas vinculada al círculo íntimo de Ortega.

El BCIE ha sido un soporte de la dictadura de Nicaragua, desde la crisis sociopolítica de abril de 2018, al facilitarle cientos de millones de dólares a Ortega. Sobre todo, desde que Mossi asumió la presidencia ejecutiva del banco regional, el 1 de diciembre de ese mismo año.

Al choque en redes sociales entre Berg y Mossi se unió el politólogo, Manuel Orozco, uno de los más de 300 ciudadanos a los que el régimen despojó de su nacionalidad, ordenó confiscar sus bienes y declaró “traidor a la patria”.

“Señor Mossi, el financiamiento del BCIE a Nicaragua, es muestra de completa complicidad con una dictadura que reprime, mata, destierra, encarcela. En nombre del Diálogo Interamericano y con mi colega Ryan Berg, lo invitamos a un debate público”, escribió Orozco.

“Con gusto, pongamos fecha y lugar para esta cita. Me encantaría demostrarle con hechos, que son públicos, como confunde a la opinión pública”, contestó Mossi a Orozco.

El director para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional (Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral), Daniel Zovatto, también se sumó a la polémica y afirmó que “los recursos del BCIE a Nicaragua sirven para financiar a la dictadura de Ortega que viola los derechos humanos, asesina, encarcela y destierra a sus opositores y se roba las elecciones”.

“Me sumo con interés al debate público que usted propone. No más impunidad”, agregó a su tuit el politólogo y experto en elecciones y democracia.

Actualmente, el BCIE mantiene en Nicaragua operaciones activas de gran importancia dirigidas al sector privado, “con una cartera que asciende US$119.28 millones, en ocho instituciones financieras intermediarias”, según información

Uno de los más recientes préstamos que otorgó al régimen fue de US$200 millones para cubrir el subsidio a los combustibles.

Las siete opciones de política de EE.UU. contra el BCIE

Berg indica en su estudio que para Estados Unidos reducir los préstamos a Nicaragua es una tarea difícil dado que “no tiene presencia en la junta directiva ni accionistas” dentro del propio BCIE y porque no se aplican ni la Ley NICA (Nicaraguan Investment Conditionality Act) ni la Ley Renaacer (Reinforcing Nicaragua´s Adherence to Conditions for Electoral Reform Act).

Ley NICA restringe el acceso a préstamos de instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, hasta que el Gobierno se comprometa a promover la democracia y el Estado de derecho, celebrar elecciones libres y justas, y proteger los derechos humanos.

Dado que la Ley Nica Act no se aplicó en toda su extensión legal en los últimos años, los miembros del Congreso en Estados Unidos aprobaron la Ley Renacer e instaron a reforzar la supervisión de los préstamos y la asistencia técnica a Nicaragua por parte de instituciones financieras multilaterales. La Renacer también avanza en sanciones dirigidas y sanciones de bloqueo de visas a personas involucradas en corrupción y obstrucción de la democracia, recordó Berg.

Sin embargo, el experto estimó que se podría “construir una escalera de escalada en la que cada peldaño sucesivo aumente la presión que sienten Mossi y sus colaboradores”.  

Lo que plantea Berg:

Opción 1 : Estados Unidos podría comenzar por asegurarse de que sus agencias de desarrollo como USAID y la DFC, así como aquellas entidades pertenecientes al sector privado, suspendan todo trato con el BCIE mientras el banco esté asociado con el financiamiento de dictaduras. 

Además, el Comité de Servicios Financieros de la Cámara y el Comité Bancario del Senado, que ejercen la supervisión de las instituciones financieras internacionales, deberían celebrar audiencias para investigar al BCIE y sus prácticas.

Opción 2 : Estados Unidos debería involucrar a Taiwán, Corea del Sur y la Unión Europea (especialmente España), así como a otras partes interesadas en el BCIE, para ayudar a crear conciencia sobre la falta de transparencia dentro de la organización. 

Opción 3 : Estados Unidos debería hacer un llamado a los otros socios fundadores, (del BCIE) como Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras, para monitorear cuidadosamente las decisiones y el desempeño del BCIE. 

El BCIE no ha establecido un monto máximo de préstamos para cada país, por lo que los préstamos excesivos a la inestable Nicaragua no solo reducen la disponibilidad de crédito para otros países, sino que también constituyen un riesgo regional, ya que la situación política y económica de Nicaragua impulsa la migración regional y aumenta la inestabilidad.

Opción 4 : Estados Unidos podría tomar medidas que impacten la calificación crediticia del BCIE. Actualmente, el BCIE tiene una calificación crediticia sólida y estable en AA, según Standard & Poor’s. Sin embargo, si Estados Unidos toma algunas medidas sensatas contra el BCIE o su liderazgo, es lógico que su calificación actual al menos se revise y se rebaje, algo que los bancos multilaterales de desarrollo buscan evitar a toda costa. 

Opción 5 : Estados Unidos podría considerar retirar las visas de los funcionarios de alto nivel del BCIE y emitir prohibiciones de viaje para evitar que asistan a reuniones periódicas de accionistas que tienen lugar en Washington, DC y se reúnan con posibles inversionistas en los EE. UU., hasta que el banco acepte dejar de prestarle al régimen de Ortega.

Opción 6 : Estados Unidos podría abrir una investigación al liderazgo del BCIE, con la intención de imponer sanciones a los ejecutivos del BCIE. Ya existen denuncias en torno a la elección de Mossi para dirigir el BCIE, pues se cree que obtuvo apoyo gracias a un acuerdo entre Daniel Ortega y el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, a cambio de una mayor ayuda financiera a Nicaragua. 

Opción 7: Estados Unidos podría considerar impedir que el BCIE se endeude en los mercados de capital estadounidenses y presionar a la Unión Europea para que restrinja dicha actividad en sus mercados. Las instituciones financieras multilaterales a menudo hacen esto, aprovechando sus calificaciones crediticias para pedir prestado dinero a tasas más bajas que aquellas a las que prestan a su vez. El “spread” le permite al BCIE continuar financiandose a sí mismo y nuevas iniciativas como organización. El BCIE depende de esta capacidad para realizar muchos de sus préstamos en Centroamérica. 

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