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iglesia católica,

El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez.

“Vean las lecciones de la historia, no hay dictadores que hayan terminado bien”, dice Cardenal hondureño sobre sentencia a monseñor Álvarez

Monseñor Silvio Báez y el cardenal Leopoldo Brenes también se refirieron a la situación de Nicaragua en sus homilías de este domingo

El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez lamentó y rechazó la condena de 26 años de prisión que le impusieron a monseñor Rolando Álvarez, y comparó la situación con la persecución que sufrieron los primeros cristianos. El religioso también se solidarizó con los 222 excarcelados políticos que fueron desterrados y despojados de su nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega.

“Que triste esos jueces que son inicuos, ¿cómo a un hermano obispo, porque se atrevió a decir la verdad, lo han sentenciado a 26 años de prisión? Lo mismo que ocurría en los primeros siglos del cristianismo cuando se perseguía a las personas por su fe”, dijo Rodríguez en una homilía dominical desde la Basílica Nuestra Señora de Suyapa.

Lea además: El Papa Francisco preocupado por condena orteguista contra monseñor Álvarez y el destierro de exreos políticos

Monseñor Álvarez fue condenado a 26 años de prisión por “traición a la patria”. Y aunque el dictador Ortega también intentó desterrarlo, el prelado se negó a salir de Nicaragua, por lo que fue enviado al Sistema Penitenciario Jorge Navarro, en Tipitapa.

“¿Será que esos injustos piensan que van a vivir 26 años más o van a ser derribados así como los ídolos del Antiguo Testamento? La justicia no se puede vencer con la injusticia”, exhortó Rodríguez.

El religioso hondureño pidió a la feligresía orar por la “iglesia hermana” de Nicaragua.

“Ahora en el país vecino se priva de la nacionalidad a todo el que piensa distinto de unos dictadores que quieren oprimir la libertad, la verdad y la justicia”, repudió el religioso.

Monseñor Báez: son “criminales” lo que apresan y destierran

Por parte el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, catalogó de “criminales” a las personas que injustamente llevan a la cárcel a los ciudadanos y lo destierran de su propio país, en alusión a la pareja dictatorial de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, que excarceló a 222 presos políticos y los desterró a Estados Unidos.

En su homilía de este domingo, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Báez apeló al evangelio de Mateo 5, en el que refiere que Jesús no vino al mundo a abolir la ley sino a cumplirla. “Jesús nos enseña que para cumplir la plenitud de la Ley, no basta lo exterior, sino que necesitamos estar atentos al corazón y vigilar las intenciones más profundas que nos mueven”, manifestó el líder religioso.

Durante la prédica, Báez planteó lo que significa “la plenitud de la ley” y ejemplificó con el mandamiento No matarás, en el que enfatizó que “no es suficiente” no tomar un arma y quitarle la vida a una persona. “Se mata a los demás de muchas otras maneras”, destacó. 

“Atentar contra la libertad de las personas, denigrar su dignidad con falsedades, ensañarse con rabia para humillarlas, tratarlas con crueldad y condenarlas injustamente, son acciones homicidas, son auténticos crímenes. Por eso, son criminales quienes llevan a la cárcel a personas justas y quienes destierran a los ciudadanos de su propio país”, exhortó Báez, exiliado en Estados Unidos desde el 2019.

“Caprichos de gente desquiciada”

Monseñor continuó su homilía refiriendo que este tipo de actos son “abominables”, puesto que no solo son “caprichos de gente desquiciada”, sino también que son irregularidades jurídicas e incumplimiento de normas internacionales; “auténticos crímenes… que deberán comparecer ante la justicia tarde o temprano”.

Tras la excarcelación de los presos políticos, el régimen Ortega Murillo anunció el destierro y el despojo de la nacionalidad de estos ciudadanos, amparados en una “reformas exprés” que realizaron a la Constitución Política de la República de Nicaragua. Según el dictador, la decisión fue por la “paz” del país.

“Jesús interpreta el antiguo mandamiento que prohibía no matar, invitándonos a arrancar del corazón la agresividad, dejar de despreciar a los demás, renunciar a insultar y herir y no ceder jamás a la venganza. No basta no matar con un arma de fuego. Hay que ir más allá si queremos cumplir la plenitud del mandamiento y hacer la voluntad de Dios”, reflexionó monseñor.

El obispo de Managua señaló que “vivimos un momento histórico, en el que los tiranos violentos y criminales ya han cruzado la línea de lo racional y de lo humano”. Según el prelado, sus acciones no muestran fortaleza, sino “debilidad y su miedo”.

“Hoy más que nunca cobran actualidad las palabras de Jesús que nos pide ‘no matar’, no matar de ninguna manera, para no dejarnos enredar en la espiral de la violencia y de la muerte (…)Dañando a las personas, se dañan a sí mismos; condenando a inocentes, se condenan a sí mismos; robando libertades a los pueblos, se vuelven los esclavos más desgraciados”, reprochó.

Báez concluyo la reflexión animando a denunciar “con valentía” los crímenes de los tiranos, promover el diálogo y perseverar en la lucha por la justicia. “No callemos, que hay silencios que matan”, dijo.

Cardenal Brenes aboga por el perdón

Desde la Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción, en Managua, el cardenal Leopoldo Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, también centró su homilía en el evangelio del día (Mateo: 5:17-37), abogando por el perdón por “desvirtuar” las leyes, dos días después que en Nicaragua se reformó la Constitución Política.

“Si las leyes se han ido desvirtuando, si hoy tenemos situaciones totalmente distintas al pensamiento de Dios, el Señor nos llama a eso, y qué hermoso ¿verdad?: El perdón, reconcíliate con tu hermano”, inició la máxima autoridad católica de Nicaragua.

“Una frase tan bonita que nos decía el Señor al comienzo es: Yo no he venido a anular la ley, sino a darle el cumplimiento, pero, ¿dónde está el cumplimiento de la ley que el Señor nos propone, sino de una actitud de un cambio total?”, continuó.

Brenes compartió que le preguntaron qué se podía por monseñor Rolando Álvarez, a lo que él contestó: “orar, esa es la fuerza nuestra para que el señor le dé la fortaleza, le dé el discernimiento en todas sus acciones que pueda hacer”.

El prelado pidió a la feligresía seguir orando por “todos” para que “no exista odio y rencor en nuestros corazones”.

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