Pese a los supuestos esfuerzos que durante los últimos años realizó el régimen de Daniel Ortega para sacar a flote las finanzas del Instituto Nicaragüenses de Seguridad Social (INSS), las proyecciones oficiales indican que la entidad completó el año pasado una década de déficit anuales constantes y las perspectivas seguirán siendo negativas para el 2023, con un hueco financiero que crecerá en más de mil millones de córdobas con respecto al 2022.
Además mientras la propaganda oficialista intenta vender la imagen de un país con una economía recuperada y pujante, las estadísticas del mercado laboral dicen otra cosa. Las cifras oficiales indican que el empleo formal todavía no recupera los niveles que tenía previo al estallido social de 2018. Rebelión social que tuvo como detonante la aplicación de una reforma a la seguridad social, que entre otras cosas, imponía una tasa del 5 por ciento a las pensiones.
La reforma provocó un descontento generalizado que detonó en protestas masivas, ya que incluso, a pesar del compadrazgo que existía entre Ortega y el sector privado no fue consensuada con ellos. Esto obligó a derogarla a los pocos días de anunciada, cosa que no frenó las protestas. A la fecha, la crisis mantiene a más de 220 personas encarceladas, entre estas altos dirigentes del sector privado. Además dejó un saldo de más de 300 muertos y desató una ola migratoria que a la fecha ya supera las 500 mil personas.
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Reformas al INSS afectaron a empleadores y trabajadores
De acuerdo con las proyecciones del Presupuesto General de la República de 2023, las finanzas del INSS cerrarán el 2022 con un déficit calculado en 2,516 millones de córdobas. La cifra es menor en más de mil millones con respecto al año anterior. Esta reducción se registra a pesar de que este año la inversión en activos no financieros fue de 1,107.6 millones de córdobas, la más alta de la última década.
Sin embargo, esta merma en el déficit es temporal. El presupuesto calcula que en 2023 el hueco financiero se incrementará en casi la misma proporción que disminuyó en 2022 y alcanzará los 3,571 millones de córdobas.
El abultado hueco financiero registrado en estos años refleja el fracaso de las dos reformas (2014 y 2019) que se aplicaron durante estos diez años de crisis financiera. Cambios que afectaron a los asegurados activos y jubilados. Entre otras cosas, estos ajustes redujeron los beneficios, deterioraron la calidad de la atención médica, mermaron en más de 30 por ciento el monto de las pensiones de los nuevos jubilados y elevaron el porcentaje del aporte de empleadores y trabajadores.
La reforma del 2019 también eliminó el monto del salario máximo cotizable, que en ese momento estaba fijado en 96,841.56 córdobas mensuales. Al eliminarlo, todos los asegurados comenzaron a aportar en base al salario que reciben.
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En 2022 el INSS siguió contratando empleados
Sin embargo, ninguna de las dos reformas se enfocó en reducir los excesivos gastos administrativos, que al final son los que elevaron los gastos y en gran medida provocaron el desbalance, así como los problemas estructurales del mercado, agravado por el envejecimiento rápido de la población.
Tampoco se hizo nada por transparentar las inversiones de las institución que desde años se realizan sin ninguna supervisión. Ni se proyectó la viabilidad que le darían a la institución, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejaría de ser sostenible en 2019.
Y mientras la crisis se agudiza, la planilla del INSS sigue creciendo. Según el Presupuesto General de la República de 2023, en 2021 la institución empleaba a 3,960 personas. En 2023 la planilla se incrementó a 4,167 trabajadores y para el 2023 no se contemplan nuevas contrataciones.
Con respecto al monto de la planilla de los trabajadores del INSS, en 2021 fue de 1,407.6 millones de córdobas; en 2022 subió a 1,552.4 millones y para 2023 se calcula que se incrementará a 1,630 millones de córdobas.
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Planilla de asegurados no recupera niveles de 2017
Mientras tanto, la realidad del mercado laboral que es el que garantiza los ingresos a través de las cotizaciones, no es muy alentadora. Según los cálculos oficiales, en 2023 cuando se cumplan cinco años del inicio de la crisis sociopolítica que sigue afectando al país, la planilla de asegurados, es decir, la cantidad de empleos formales podría llegar a 826,429. De ese total, 51,498 pertenecerían al Seguro Facultativo.
Esa cifra representa casi 90 mil asegurados menos con respecto a los 914,196 que tenía al cierre de 2017. Además, refleja un crecimiento solo de 28,717 afiliaciones con respecto a los 797,712 trabajadores que tiene registrados al cierre de 2022.
Con respecto a los ingresos generados por las cotizaciones de empleadores y trabajadores, la entidad pretende recaudar 36,823 millones de córdobas en 2023. Dicho monto es superior en 1,335 millones con respecto a los 35,492 obtenidos durante el 2022.
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