Pese a que el sector privado continúa sin recuperar más de 100 mil puestos formales, que aportaban a las finanzas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el régimen de Daniel Ortega asegura que está empezando a estabilizar las finanzas de la entidad, luego que el instituto cerrara el primer cuatrimestre con un déficit global de 203.4 millones de córdobas, 600 millones menos que en igual periodo de 2021 (803.4 millones).
Los datos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) muestran que en el periodo de referencia se reflejó una disminución equivalente al 74.6 por ciento. Es decir, que se observa una aparente mejoría este año, pero la entidad aún sigue teniendo un abultado déficit financiero y problemas para recuperar la cifra de contribuyentes que tenía en 2017, previo al estallido de la crisis sociopolítica y la pandemia de la covid-19.
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Cabe mencionar que LA PRENSA realizó la comparación entre ambos años con información que se encontraba en sus archivos, porque el Banco Central de Nicaragua y Hacienda eliminaron la base de datos mensual del 2021 del INSS y de otras instituciones. Los últimos informes disponibles están hasta febrero.
2022 con alzas y bajas
Los números oficiales destacan que, en lo que corre de 2022, el desequilibrio financiero de la entidad ha cedido en dos ocasiones, pero en otros meses este se ha mantenido alto.
Específicamente, en enero la entidad reportó un déficit de 236.4 millones de córdobas, y en febrero hubo un superávit de 106.5 millones, un comportamiento positivo que no se observaba desde hace varios años. Sin embargo, en marzo el hueco financiero se ubicó en 141.1 millones de córdobas, pero luego volvió a observarse un superávit en abril (67.6 millones).
Lo acumulado hasta abril es el déficit más bajo que registra el Instituto en el primer cuatrimestre de los últimos cinco años, según muestran las estadísticas del Ministerio de Hacienda.
Ingresos versus gastos
En el primer cuatrimestre del año, los ingresos del INSS ascendieron a 11,873.4 millones de córdobas, 1,495.6 millones de córdobas más que lo obtenido en el mismo lapso de 2021 (10,377.8 millones). La diferencia equivale a un aumento del 14.4 por ciento.
De esos ingresos, 11,200.3 millones de córdobas correspondieron a las contribuciones realizadas por trabajadores y las empresas, mientras que el restante (673.2 millones) provino de “otros ingresos”, en los que se reflejan las ganancias por inversiones del INSS. Ambos montos suponen incrementos en comparación con lo contabilizado en el mismo periodo de 2021: 9,950.9 millones y 427 millones de córdobas, respectivamente.
Por el otro lado, en el periodo de referencia los gastos del INSS ascendieron a 11,789.5 millones de córdobas, un 6.7 por ciento más que en similar periodo de 2021, cuando la cifra se ubicó en 11,042.5 millones.
En concreto, del total del gasto de este año, las “remuneraciones a empleados” totalizaron 661.3 millones de córdobas, un 17.1 por ciento más que en igual lapso del año pasado (564.3 millones).
Con relación a la “compra de bienes y servicios” —que engloba la atención brindada a través de clínicas, compra de insumos, medicinas, entre otros—, hasta abril el INSS gastó 3,432.1 millones de córdobas, frente a los 3,372.1 millones desembolsados en 2021. Es decir que, en medio de la pandemia, el Gobierno ha restringido fuertemente el gasto de atención a los asegurados y pensionados.
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En el caso de las “prestaciones sociales”, que incluyen las pensiones que otorga el Seguro Social, el gasto pasó de 7,097.6 millones de córdobas en los primeros cuatro meses de 2021, a 7,683.1 millones en el mismo lapso de 2022. Eso equivale a un aumento del 8.2 por ciento.
Panorama luce desalentador
Y pese a esos signos débiles de mejoría que empiezan a dar los números del INSS, un economista y consultor externo, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, explicó a inicios de junio que intentar resolver el caos financiero del instituto en el largo plazo no es fácil, “porque primero se requiere de una tasa de crecimiento de la economía bastante elevada para que genere bastantes empleos y cotizaciones”.
Según la evolución de la base de afiliados al INSS, un total de 123,483 empleos destruidos por los tres años de recesión económica siguen sin recuperarse.
El economista recalcó que se necesita que el empleo formal aumente, así como las medidas sanas de inversión, “para que el INSS se mantenga estable y que las inversiones de recursos generen también un retorno de esas inversiones para que ayuden al instituto a mejorar su situación financiera”.
“Esta situación es un problema estructural de largo plazo, la solución no está cerca, ni va a estar cerca. Sigue el mismo esquema y la misma política, entonces ese es el problema y aunque muestran figuras de que hay pequeñas recuperaciones, lo que debería hacer el Gobierno, ahora que tiene recursos adicionales ahorrados, es un saneamiento del INSS, porque el problema está en que no pueden recuperar las inversiones que hicieron pues fueron mal hechas y además, bajo corrupción”, afirmó.
Para este año, el Gobierno proyecta que el INSS complete un nuevo ciclo de crisis en sus finanzas, con un déficit de 3,603.6 millones de córdobas al finalizar el 2022. En detalle, se estima que los ingresos totalicen 35,530.6 millones de córdobas y los gastos ronden los 39,134.2 millones.